Carmen Moriyón en televisión, a finales de noviembre de 2014. Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license
Mario José Diego Rodríguez / Sindicalista jubilado
No es fácil detectar lo que ha cambiado en la actualidad política para que Izquierda Unida en Gijón haya puesto de nuevo encima de la mesa, a diez meses de las elecciones municipales, un posible acuerdo entre las llamadas “fuerzas de izquierda” para desbancar, presentando una moción de censura, a la actual alcaldesa Carmen Moriyón.
Al parecer se abrió un nuevo panorama político en España. Por una parte la llegada a la Moncloa de Pedro Sánchez con el apoyo incondicional de Unidos Podemos y por la otra, a nivel local, los recortes previstos por el gobierno de Foro en el Plan Económico Financiero, han sido el incentivo, si creemos lo que nos dice Izquierda Unida, que ha motivado esa proposición.
Con respecto a los recortes previstos por el gobierno de Foro, no pienso que sea cosa nueva, ya son casi dos legislaturas que Foro lleva gobernando y recortando. En cuanto al nuevo panorama político nacional, quizás eso sea cierto para el PSOE y Unidos Podemos cara a las futuras elecciones generales pero, para la clase trabajadora, nada es menos cierto.
Los presupuestos establecidos por el gobierno del PP siguen de actualidad, la reforma laboral en vigor sigue siendo la del PP, la ley Mordaza también sigue de actualidad y las víctimas de dicha ley siguen perseguidos y en prisión. En cuanto a las subidas de las pensiones y salarios, sin ninguna duda una “mejora” digna de mención: 9,60 € para una pensión de 600 € y 30 € para un salario de 1000 €.
Si añadimos que a cambio de ese “salto” salarial – por ahora solo una promesa – los sindicatos han concedido facilitar el despido individual de las/los trabajadoras/es así que una eventual reducción salarial a las plantillas, en caso de que sus empresas respectivas sean afectadas por cualquier “crisis”, no veo el supuesto cambio de panorama político. Lo que sí veo y comprendo cada vez mejor, es más bien lo que entendía la Vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en la emisión, el Objetivo de Ana Pastor del 24 de junio, cuando decía “No queremos generar expectativas que no sean razonables”.
Si las elecciones generales aún están relativamente lejos, sin embargo las elecciones locales están a la vuelta de la esquina y pienso que la propuesta de Izquierda Unida de Gijón no es ajena a esa perspectiva. Quiere poner en evidencia, poco antes de las futuras elecciones, que si el gobierno de Foro agota esta legislatura, en ningún caso se lo podrán achacar. Una manera como otra cualquiera, y habitual por parte de IU, de echar balones fuera.
Hay que decir que tampoco lo hacen mal los otros dos componentes de esas “fuerzas de izquierdas” en cuanto uno se refiere a echar balones fuera. El candidato del PSOE, José María Pérez declaraba, después de las elecciones, que iba a poner todo de su parte para cesar al gobierno de Foro Asturias y se mostraba satisfecho del mandato de las urnas. Lo que no tardó en decirnos es que esa disposición a poner todo de su parte estaba condicionada a su elección como alcalde.
Mario Suárez del Fueyo, él, después de escudarse detrás de una consulta de las bases, acababa diciendo que en ningún caso José María Pérez representaba un cambio de gobierno. Sin embargo, Aurelio Martín, representante de IU y propuesto por Podemos Xixón para asumir el papel de alcalde, él, sí representaría ese cambio. El hecho de que IU haya sido el “caddie” del PSOE durante todos los años que este último gobernó tanto en Gijón como a nivel autonómico, no constituye un problema para calificarlo de cambio de gobierno.
Si ese desacuerdo entre los tres partidos fuese el resultado de una contradicción profunda y básica entre sus políticas, no sería preocupante para cada uno de ellos, sus militancias y sus electores comprenderían; como no es el caso y la siembra de ilusiones es el punto común de los tres, Aurelio Martín tiene razones más que suficientes para estar preocupado. Coincido con él. Efectivamente, cuando la izquierda no es parte de la solución se convierte en parte del problema y más aún, esto lo añado yo, cuando el punto común de esa izquierda es el reformismo.
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