La asturiana Ana Sirgo participa en la inauguración de la exposición «Liderazgos femeninos en comunidades mineras», comisionada por el historiador de la Universidad de Oviedo Rubén Vega y promovida por los diputados europeos de Podemos. «Tengo 89 años y todavía estoy luchando», destaca la langreana, ejemplo de la importancia de las mujeres en las comunidades carboníferas
Margot Russell, Ana Sirgo, Rubén Vega, Tania González y Cristina Auerbach, en la exposición sobre liderazgo femenino y minería que se exhibe en el parlamento europeo.
Redacción
@AtlanticaXXII
Si no se hubiese impedido la entrada al trabajo de esquiroles durante las grandes huelgas asturianas, no se habrían mejorado las condiciones laborales. Sin las presiones para alcanzar más seguridad, no se habrían reducido los índices de mortalidad en las explotaciones mexicanas. Sin el esfuerzo de muchas luchadoras, las comunidades que apoyaron las mayores protestas del Reino Unido jamás habían logrado unirse. Y, sin embargo, el papel de las mujeres, crucial en estos y otros muchos asuntos, pasa desapercibido en las historias que narran las mayores conquistas que se han logrado en las comarcas con explotaciones de carbón. Una situación injusta que persigue paliar la exposición «Liderazgos femeninos en comunidades mineras», promovida por los diputados europeos de Podemos y comisionada por el historiador y profesor de la Universidad de Oviedo Rubén Vega. Esta semana, el ejemplo de diez mujeres que influyeron de forma decisiva en los conflictos que afectaban a su entorno, se muestra en el Parlamento Europeo como ejemplo de la importancia que han tenido las mujeres en las luchas obreras.
Tres de ellas, la asturiana Anita Sirgo, la escocesa Margot Russell y la mexicana Cristina Auerbach, estuvieron presentes en la inauguración de una exposición en la que las mujeres ponen rostro a las libertades que se consiguieron con un intenso sacrificio personal. Las que acudieron a Bruselas para hablar por todas sus compañeras presumieron poco y apenas se enredaron con sus discursos. Y aunque agradecieron el homenaje a los diputados también les pusieron deberes. Porque, como destacó Anita Sirgo, todo un icono de la movilización obrera y la resistencia contra los abusos de la dictadura franquista, «la lucha sigue».
Panel de Ana Sirgo en la exposición «Liderazgos femeninos en comunidades mineras»
«Quiero animaros a pelear por mejores condiciones de trabajo y mejores pensiones. Porque nos las merecemos», destacó la asturiana cuando tuvo ocasión de hablar ante los diputados del GUE/NGL, entre los que se encuentran los españoles de IU y Podemos. Los parlamentarios, tomaron nota. Apuntaron también la labor que Anita Sirgo (1930) y otras mujeres desarrollaron para impedir que algunos hombres renunciasen a la huelga, que la comunidad minera permaneciese unida y que se mejorasen las condiciones de mineros que apenas tenían seguridad, se duchaban en agua fría después de trabajar en complicadísimas condiciones y «muchos estaban silicosos perdidos«.
La langreana fue torturada y rapada durante la gran huelga de 1963 y estuvo entre las mujeres que protagonizaron el encierro en la Catedral de Oviedo. Pero no se da por vencida porque considera que la «mini-libertad» y «mini-democracia» actuales deben ampliarse. En especial tras la pérdida de derechos que se ha producido tras la crisis: «Tenemos que empezar a movilizarnos otra vez«, resaltó Ana Sirgo, que no se cansa pelear. «Tengo 89 años y todavía estoy luchando y ahí estaré mientras pueda», remató.
Ana Sirgo interviene en el Parlamento Europeo ante los diputados del GUE/NGL.
Una agitación que fue fundamental en las protestas de los mineros británicos, que lograron una gran apoyo en sus primeros compases gracias a la labor de mujeres. Entre ellas estaba Margot Russell (1944), que ante los diputados del GUE/NGL, lamentó que el efecto de la propaganda provocó una caída de ese apoyo social. «Había una gran camaradería, los mineros estaban dispuestos a hacer lo que fuese los unos por los otros«, elogió una militante que, tras el fin de las huelgas, siguió luchando por su comunidad. Participó, por ejemplo, en el apoyo a alcohólicos y drogadictos y entró en política de la mano del partido laborista.
«Los mineros no enferman, los enferma la falta de condiciones dignas», resaltó por su parte Cristina Auerbach (1965) que relató la explosión en 2006 en la Mina 8 de Pasta de Conchos. La más joven de las ponentes relató que fallecieron 65 mineros y a día de hoy solo dos cuerpos han sido rescatados. Tras la gravedad de los sucesos, las mujeres comenzaron a presionar para que se mejorase la seguridad en los centros de trabajo y a denunciar la corrupción en las inspecciones. El liderazgo femenino, salva vidas: «Hemos conseguido un descenso de las muertes del 97%».
Ante la dureza de los testimonios de tres de las protagonistas de la exposición, la diputada Tania González elogió que «es luchando como se conquistan grandes derechos«. Por eso, reconoció el valor y esfuerzo de mujeres que «han jugado un papel fundamental» y con las que «había una deuda». Para iniciar el pago, la parlamentaria celebró la inauguración de una exhibición que pretende visibilizar la aportación histórica de las mujeres en las conquistas sociales.
Instante de la inauguración de «Liderazgos femeninos en comunidades mineras»
Como resumió el historiador Rubén Vega, «nada se consigue gratis» y la acción colectiva tiene una importancia capital en la lucha. Lo saben bien las mujeres de la exposición que comisiona, capaces de fomentar la solidaridad y «transgredir los roles que les han sido asignados» para que toda la población se beneficie. Porque para avanzar son imprescindibles mujeres como Ana Sirgo, Margot Russell, Cristina Auerbach y muchas otras a las que se recuerda mucho menos de lo que merecen. Porque de su valor y sus acciones provienen buena parte de los derechos que nos empujan hacia un mundo mejor.
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