Roberto Macías se enfrenta a una posible condena de cuatro años de prisión y 60.000 euros de indemnización por destapar la contabilidad interna y el fraude de las facturas falsas de UGT en Andalucía
Roberto Macías durante su visita al parlamento asturiano / Foto: Iván G. Fernández
Carlos Álvarez | Periodista
@alvarezzcarlos
Roberto Macías trabajó desde 2006 hasta 2012 como administrativo en el departamento de compras de UGT-Andalucía. Está acusado de destapar la contabilidad interna y el fraude de las facturas falsas del sindicato y piden para él cuatro años de prisión y una indemnización de 60.000 euros por daños morales. Aprovechando su visita al Parlamento asturiano nos ha contado su historia personal y las represalias que ha sufrido durante estos años.
¿Cómo ha ido la visita al parlamento asturiano?
Diría que bien, he intentado aportar mi experiencia y mi conocimiento para explicar los mecanismos de fraude utilizados por el sindicato UGT en Andalucía. Mi intención de alguna forma es aportar mi testimonio y ayudar.
La sombra de la corrupción en UGT va más allá de Andalucía.
Sí, claro. Los mecanismos de allí guardan gran similitud con lo que ha ocurrido en Asturias. Son calcados, diría. Pero se repiten también en otras regiones de España, como pueden ser Baleares o Extremadura.
¿También ha habido mordidas en Asturias?
El tema de las mordidas y los botes es algo que solo ha ocurrido en Andalucía pero hemos visto otros mecanismos como imputación de nóminas, trabajadores, acciones formativas… También, por ejemplo, locales cedidos por el gobierno se alquilaban a alguna de sus sociedades para poder justificar las ayudas. Todo eso sí lo hemos podido ver en Asturias pero también en Baleares o en Extremadura.
¿A qué se destinaba el dinero defraudado en Andalucía?
En Andalucía era un dinero que utilizaban principalmente a cubrir gastos de la organización.
¿Cómo ha afectado todo este caso en su vida personal y laboral?
En mi vida personal me ha obligado a reinventarme. UGT me señaló como la persona que había filtrado los desmanes contables del sindicato durante un periodo de 3 o 4 años y a partir de ahí me encontré en una situación que considero que fue provocada por ellos. Me he sentido estigmatizado y perseguido y, además, excluido en las empresas. Durante seis años he mantenido una relación laboral con UGT Andalucía y cuando he intentado reintegrarme me he encontrado con las puertas cerradas. Te vinculan al sindicato y tus posibilidades se reducen y además el sindicato te señala como traidor y como vendido. Eso es un daño muy grande a tu imagen y credibilidad.
¿Qué siente ahora que puede ver lo sucedido con perspectiva?
Estoy muy decepcionado, creo que no es lo que venden de cara a la opinión publica. En Andalucía nos aplicaron un ERE siguiendo lo más duro de la reforma de Rajoy, a 20 días por año trabajado. Cuando nosotros salíamos a protestar el sindicato lo utilizó para echar a la calle a casi 200 trabajadores. Cuando entras en las entrañas del sindicato es una decepción ver que hay mecanismos muy sofisticados para desviar presuntamente dinero público.
¿Ha dado el sindicato alguna respuesta contra los imputados?
Ni los ha sancionado pese a las pruebas. La última prueba pericial certifica al menos 5,3 millones desviados. Es increíble ver cómo te tienes que pagar a los letrados, con los recursos limitados, mientras que UGT decidió pagar las defensas de los imputados porque considera que ese presunto delito se cometió durante el ejercicio de sus funciones como sindicalistas.
¿Se ha sentido apoyado por alguna institución durante todo este tiempo?
A mí no me ha apoyado absolutamente nadie, he vivido en una situación de total desamparo por parte de partidos e instituciones. A los denunciantes o testigos no los protege nadie. Una vez que colaboras con la justicia quedas a merced de los corruptos. Es una situación terrible porque después viene el ensañamiento, la muerte civil, la estigmatización, la exclusión del mercado laboral. Amordazan también a la prensa y la presionan, por eso muchos periodistas no siguen con su trabajo. Leo desde hace mucho ATLÁNTICA XXII y eso fue lo que os pasó, por culpa de estos señores casi cierra la revista.
¿Cómo cree que acabará todo esto?
De lo que me acusan no tiene sentido. Me acusan de revelar un documento del 28 de diciembre de 2012 cuando yo estaba en la calle un mes antes, el 28 de noviembre. De las pruebas aportadas por UGT trece son portadas de periódicos. Cuando recurrí la Audiencia Provincial de Sevilla dijo que las dos primeras no eran posibles porque eran posteriores a mi despido. La propia Audiencia se da cuenta de que los documentos de la prensa son facturas y eso no contiene ningún dato de carácter personal, por tanto no hay delito. Curiosamente el fiscal anticorrupción con el que colaboro también está personado en mi caso contra la UGT y utiliza mi testimonio para imputar al sindicato. Yo creo que finalmente voy a ser absuelto.
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