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ASCAC, la web y las escuchas

Caso Marea

ASCAC, la web y las escuchas

El gerente de ASAC, Maximino Fernández (derecha), en su comparecencia ante la Comisión parlamentaria del Caso Marea. Foto / Mario Rojas.

El gerente de ASAC, Maximino Fernández (derecha), en su comparecencia ante la Comisión parlamentaria del Caso Marea. Foto / Mario Rojas.

Patricia del Gallo / Periodista. El caso de ASAC es paradigmático en relación a las empresas que parecen servir para todo a las Administraciones, incluyendo las contrataciones de personal, sin distinción de siglas ni orientaciones políticas. Esta empresa asturiana trabaja tanto para el Principado, gobernando por el PSOE, como para el Ayuntamiento de Oviedo, del PP. Y en ocasiones el Gobierno autonómico y el local de la capital asturiana se cruzaron en su camino.

Ocurrió en las elecciones autonómicas de 2011, como viene reflejado en las escuchas telefónicas del Caso Pokémon. El principal asturiano entre los imputados, Joaquín Fernández, responsable de la campaña electoral de la entonces candidata popular Isabel Pérez Espinosa, cuestiona en una conversación el coste de la página web encargada a ASAC. El PP ordenó el pago de 25.000 euros por un servicio que, según Joaquín, no había costado ni 3.000.

De las escuchas se desprende que Mercedes Álvarez, cuando accedió a la Junta General tras el fracaso de Pérez Espinosa, no se quiso hacer cargo de la factura. Joaquín Fernández elude responsabilidades y se las achaca a Rodolfo Sánchez, jefe de gabinete del alcalde ovetense. “Fue un capricho de Rodolfo”, llega a decir. Finalmente el PP zanjó el tema pagando el pasado mes de febrero 18.000 euros a ASAC, tras una denuncia por impago de la empresa.

“Todo esto nos ha hecho daño a nivel empresarial”, reconoce Maximino Fernández. Todo lo que está saliendo en los medios es “falso y además injusto”. “Somosuna empresa con capital asturiano ubicada en Llanera que tiene más de 120 trabajadores”. Maximino es el socio mayoritario y administrador de otras dos empresas, Rolan Telecomunicaciones y AICOM.“Solo queremos trabajar”, insiste. Aunque, como otras muchas empresas, para ello hayan sucumbido a los intereses de quienes les contratan.

PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 32, MAYO DE 2014

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