
Colas en un banco, una escena cada vez más cotidiana por falta de personal. Foto / Mario Rojas.
Por Bernardo Solís / Periodista. En torno a unos 25.000 trabajadores del sector bancario español han perdido su puesto de trabajo desde el inicio de la crisis. De ellos el 70% -entre 17.000 y 18.000- lo han sido por prejubilaciones. La cifra es una estimación de los sindicatos, porque sobre las prejubilaciones en la banca hay una absoluta opacidad: nadie parece interesado en airear lo que, para los asesores fiscales, para muchos de los afectados y por supuesto para la ciudadanía, es un privilegio más concedido a las entidades financieras para aligerar el sector.
Desde la Asociación Española de Banca (AEB) aseguran no disponer de cifras generales y remiten a las de cada banco. “Este tipo de datos, cuando los planes o programas de prejubilaciones son significativos, son publicados por las entidades en sus memorias así como en sus informes de Responsabilidad Corporativa. En la AEB no disponemos de los datos globales sobre esta cuestión para lo que tendríamos que acudir a las entidades”, asegura su directora de comunicación, Encarna Pérez.
En el Anuario Estadístico de la Banca en España 2012, publicado por la AEB, en el apartado “Bancos: Consejo de Administración, cifras significativas de los estados financieros y otros datos relevantes” (páginas 9-70, dedicadas a los bancos españoles), en el que se ofrecen las cifras principales de cada entidad -entre ellas, el número de empleados- no se mencionan las prejubilaciones. Tampoco en el apartado “Otras informaciones” (p. 207-230), donde se da cuenta de las fusiones y absorciones de bancos, así como de los datos agregados generales (empleados, accionistas, entidades, oficinas, cuentas de pasivo, cajeros automáticos).
El asesor fiscal Juan Carlos Álvarez apunta que, si el modelo español de prejubilaciones bancarias no es transparente, se debe a que coinciden los intereses de gobernantes y banqueros: “Que el poder financiero y el poder político son casi lo mismo se ha podido ver en las cajas de ahorros, gobernadas por Consejos de Administración formados por políticos de partidos de izquierda y derecha. Esa mezcla hace que la banca haya tenido un trato privilegiado. La reducción de puestos de trabajo es lógica, lo discutible es quién se tiene que hacer cargo de los costes. En teoría no lo paga el contribuyente, pero la realidad es que hasta hace poco el Estado se hacía cargo de la parte del león de las prejubilaciones. Ahora parece que la carga se ha trasladado más hacia las entidades, pero es seguro que esto no se ha producido sin contrapartidas. Por eso hay opacidad”.
En cambio patronal y sindicatos coinciden en defender las prejubilaciones bancarias. Justo Ruiz, secretario general de CCOO-COMFIA Asturias, considera que, especialmente las que se pactan entre los bancos y los sindicatos, son una buena opción frente a medidas más traumáticas y de mayor coste social: “Una prejubilación le cuesta al Estado lo mismo que un despido, con la diferencia de que el trabajador que se va al paro deja de cotizar a la Seguridad Social en la misma medida en la que pierde su nómina. Teniendo en cuenta que el salario medio de los trabajadores de banca está en torno a los 41.000 euros brutos al año, muy superior a la prestación por desempleo (unos 13.000 euros de media), nos encontramos con que ese trabajador, al final, va a dejar de ingresar a la caja de la Seguridad Social en torno a 8.000 euros cada año. Además, en las prejubilaciones, cuando se acaba el paro, el trabajador sigue cotizando mediante un convenio especial del que se hacen cargo las empresas”.
Los bancos dicen que gana el Estado
Del lado de las entidades las cosas se ven de forma similar. Encarna Pérez considera que el sistema es útil para evitar medidas drásticas: “La figura de la prejubilación, tal y como se ha venido llevando a cabo por los bancos de la AEB, suele suponer un mayor coste para la entidad con relación a otros procedimientos de reestructuración de plantillas, ya que las prejubilaciones realizadas hasta ahora contemplan en el período de prejubilación la suscripción de un Convenio Especial con la Seguridad Social a cargo de la entidad, con la finalidad de mantener el nivel de cotizaciones hasta la jubilación, y el compromiso de la entidad de abonar un determinado porcentaje de las retribuciones ordinarias (entre el 75 y el 90%) hasta la jubilación. Para las finanzas de nuestro país, las prejubilaciones realizadas por los bancos de la AEB también han sido beneficiosas, ya que no han supuesto coste alguno para el Estado sino, muy al contrario, le han comportado y asegurado ingresos, al suponer por cada prejubilado la suscripción de un convenio especial con la Seguridad Social hasta la jubilación efectiva, lo que ha asegurado y garantizado el ingreso de las correspondientes cotizaciones”. Además, la portavoz de la patronal bancaria considera que, gracias a las prejubilaciones, se ha reactivado el relevo generacional: “En la práctica, cuando las coyunturas económicas así lo han aconsejado, han permitido a las entidades volver a llevar a cabo nuevas contrataciones de jóvenes generalmente mejor preparados, aunque sin experiencia, con el consiguiente efecto positivo para la Seguridad Social (nuevos cotizantes y cotizaciones), para la Hacienda pública (nuevos ingresos por tributación), para la propia competitividad de la entidad y para el país en general”.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 28, SEPTIEMBRE DE 2013.
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