
Cumbre del PP asturiano en Navia. La de la chaqueta blanca es la presidenta del partido, Mercedes Fernández. A su izquierda está el secretario general, Fernando Goñi, y a la izquierda de éste el presidente local, Roberto Santiago. Foto / Tania Cascudo.
Xuan Cándano / Periodista. El Caso Pokémon, al menos en su vertiente asturiana, pone de manifiesto las estrechas y sospechosas relaciones entre la política y los negocios. Los empresarios de Aquagest -una sociedad con presencia en toda España y en la que en Asturias tuvo la mitad de las acciones hasta 2008 Serafín Abilio Martínez, el presidente de la patronal asturiana de la construcción- tenían en nómina a Joaquín Fernández para que “abriera la lata” de los contratos públicos en las instituciones, sobre todo en los Ayuntamientos gobernados por el PP. El ex vicesecretario de Comunicación del PP ironiza sobre ello:
– ¿Yo abrelatas? Abrelatas ye Felipe González.
Y no le falta razón. ¿Qué otra cosa hacen Felipe González o José María Aznar en las multinacionales de la energía o de las comunicaciones que les contratan que facilitar negocios para las empresas que les pagan, a costa de usar sus relaciones y sus influencias?
Las latas que abría Joaquín estaban en Asturias, donde entraba y salía de los Ayuntamientos del PP con total familiaridad. En las escuchas del Servicio de Vigilancia Aduanera su vinculación con Juan Carlos Guerrero y con Roberto Santiago aparece nítida. Los tres son buenos amigos, comparten negocios, son cargos o ex cargos públicos del PP y no parecen distinguir muy bien las sutiles líneas rojas que separan a las actividades mercantiles de las políticas. Tampoco está claro si llegaron a la política para ganar dinero o si se pusieron a ganar dinero cansados de la política. O ambas cosas, que es lo más probable. Lo que está claro es que las relaciones y amistades que labraron en la política les abrieron muchas puertas en sus tareas de “abrelatas”.
Juan Carlos Guerrero
Juan Carlos Guerrero es abogado y tiene una dilatada carrera política en la que conoció varias siglas, siempre en la derecha asturiana. Fue alcalde del PP en su Pravia natal, estuvo en la aventura de la URAS de Sergio Marqués y volvió al redil de los populares. No parece fácilmente explicable que haya aterrizado en el Ayuntamiento de Cangas del Narcea como asesor del alcalde popular José Luis Fontaniella. Supuestamente es por su experiencia municipalista. Hasta que fue forzado a dimitir por el PP cobraba 2.000 euros brutos al mes en catorce pagas y 1.800 euros como asesor jurídico del partido en la Federación Asturiana de Concejos, donde sigue trabajando.
Guerrero está imputado en el Caso Pokémon por favorecer supuestamente a Aguagest en concesiones de limpieza y multas de tráfico, además de la compra de un gps. Es muy amigo de Joaquín Fernández, con quien conversa sobre negocios municipales en las escuchas interceptadas por el Servicio de Vigilancia Aduanera.
Roberto Santiago
Roberto Santiago es el presidente del PP en Navia y concejal en el Ayuntamiento. Cuando el partido gobernaba este municipio, ahora en manos del PSOE, fue el hombre fuerte en el equipo del entonces alcalde Manuel Bedia.
Pero ahora, en la oposición municipal, Roberto Santiago apenas aparece por el Ayuntamiento, ni siquiera por los plenos, y se busca la vida como puede. Él es el que en las escuchas del Caso Pokémon cuestionaba los 25.000 euros que la empresa ASAC pretendía cobrar por una web de la campaña electoral al Principado de Isabel Pérez Espinosa.
Roberto es amigo de Joaquín Fernández y fue su empleado en el negocio de ropa laboral del que fuera vicesecretario de Comunicación del PP. Era una especie de comercial que recorría los Ayuntamientos del Occidente de Asturias para abrir vías de negocio. No tenía que picar muchas puertas, porque todo el mundo lo conoce en la vida municipal de la zona, sobre todo los alcaldes y concejales del PP.
En la empresa de Joaquín dice que solo estuvo dos meses y medio, hasta la detención del patrón por su implicación en el Caso Pokémon. “La empresa no llegó ni a tener un presupuesto que presentar”, explica.
Roberto Santiago es el máximo responsable del PP en su concejo, el más potente del Occidente asturiano, pero el partido muestra en Navia un declinante “perfil bajo”, muy común en buena parte de la geografía asturiana. Y ya habla de la política desde la distancia, como un ex desencantado volcado ahora en ganarse el pan por otros cauces. “Conocí bien la política, vivir de ella te exige estar siempre con una tensión enorme”, sentencia.
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