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El Caso Villa y la financiación de los partidos

Joaquín Uría, ex alcalde de Morcín por IU y ex vicepresidente del Montepío de la Minería. Foto / María Arce.
En los largos años de silencio cómplice en Asturias sobre la corrupción en la “trama carbonera”, con sus múltiples ramificaciones, hubo excepciones, incluso en el seno de los sindicatos mineros y en los órganos de gestión de organismos ahora tan en el punto de mira como el Montepío de la Minería.
Joaquín Uría, ex alcalde de Morcín por IU y ex vicepresidente del Montepío minero, es una de esas excepciones. No quiso votar a favor de la cuestionada operación inmobiliaria en Murcia y Almería del Montepío, al que considera con tristeza “un entramado de empresas de servicios turísticos”.
En una entrevista aparecida en el número 19 de ATLÁNTICA XXII, en marzo de 2012, justo después de que esta revista destapase las llamativas relaciones entre el presidente del Montepío y el constructor del geriátrico de Felechosa, Joaquín Uría hacía públicas denuncias y sospechas basadas en su propia experiencia como político, sindicalista y vicepresidente del organismo que nació para atender las necesidades sociales de los mineros. Asegura que al menos desde 1989 hay opacidad en la gestión del Montepío y alude también a los dos antecesores de José Antonio Postigo en la presidencia del Montepío.
Para Uría, el gran agujero negro de la corrupción, también en las cuencas y en el sector minero, es la financiación de los partidos políticos.
Por su interés y su actualidad tras conocerse el Caso Villa reproducimos aquella entrevista elaborada por el periodista Jaime Santos.
Joaquín Uría San José: “Los partidos tienen recaudadores y el recaudador maquila pa él”
Al final de la entrevista Joaquin Uría San José (Mieres 1946) echa un cantarín. “Todo se compra y se vende, todos tenemos un precio… ¿Conoces la canción? Víctor Manuel ye primu míu”.Además de parentesco ilustre, Uría puede presumir de ser miembro de la familia minera. Sindicalista activo, fue uno de los 30 que se encerraron en Barredo, alcalde y concejal de Morcín, donde vive; trabajó en el pozo Tres Amigos y en los economatos de Hunosa y fue vicepresidente del Montepío de la Minería Asturiana (1989-1993). Ahora, jubilado, es de los pocos que habla de lo que califica de “opacos” asuntos en la gestión del Montepío.
Jaime Santos / Periodista.
Siendo yo vicepresidente del Montepío y presidente Ricardo López Estébanez me enteré de las adquisiciones de Los Alcázares, Murcia, en la víspera de que se fuera a votar en la comisión. ¿Qué inversiones en Murcia?, pregunté. Se trataba de comprar unos bungalows en la manga del Mar Menor para ofrecerlos a los mutualistas como lugar de vacaciones, pero yo quería saber en que consistía aquel negocio antes de votar a favor o en contra.
¿Había algo raro?
Yo comprobé que efectivamente el precio de los adosados se ajustaba al del mercado pero no entendía por qué estaban implicados en aquella operación el entonces secretario de Asuntos Económicos del PSOE nacional, Fernando Marugán, y el presidente de Cajastur, Ángel Fernández Noriega. No lo veía claro, así es que voté en contra junto con mis compañeros de CCOO. Un empresario de Promociones Europa, relacionado con el tema, me llamó para adularme y para decirme que ellos me debían algunas cosas… un claro intento de pago de atenciones. Pero no insistieron más tal vez porque a mi no me deben ver apto para recibir ese tipo de favores. Además la compra se aprobó a pesar del voto en contra de CCOO. También me negué a derivar la gestión de las propiedades del Montepío a empresas SL, yo siempre vi intentos de privatizar el Montepío, algo que hicieron tan pronto como salí de la Comisión Regional del Montepío. En 1985, por una ley de seguros, el Montepío se convierte en una mutua de pensiones, como una empresa de seguros privada, y eso lleva parejo la perdida del carácter solidario del Montepío y desde 1989, por lo que yo sé, hay opacidad en su gestión. Esos son sus males.
Los críticos ponen a los tres últimos presidentes bajo sospecha.
Ricardo López Estébanez y yo siempre nos llevamos a matar y además fuimos enemigos políticos en Morcín. Cuando yo fui alcalde con IU él hizo una oposición asquerosa en el PSOE. Yo finalmente presente mi dimisión pero él nunca más volvió a ganar allí. Coincidimos en la Comisión Regional él como presidente y yo como vicepresidente. De él se decía que cambiaba de coche muy a menudo, y ye verdad, cambiaba de coche muy a menudo. Podía ser que tuviera perres para comprar tanto coche pero su cese en el Montepío nunca fue explicado. Yo opino que se extralimitó o fue más allá de las directrices que tenía en el sindicato.
El presidente que le sustituyó, Alfredo Álvarez Espina, también se vio envuelto en la polémica.
Sobre Alfredo Álvarez Espina lo mejor es pasarse por Riosa para ver les barbaridades urbanístiques que se hicieron allí siendo alcalde. Durante su presidencia en el Montepío, un grupo de mutualistas, a los que yo apoyé, iniciaron una denuncia para que se explicase por qué se habían vendido parte de los adosados de Murcia, por debajo del precio del mercado, para comprar un hotel en Almería, por encima del precio de mercado. De Morcín eran los “jefes” de la operación, Amando, y también su yerno, Sariego, uno de los testaferros en la compra. Una juez de Oviedo sobreseyó el caso y quedó sin aclarar. Ya sabemos cómo funciona la justicia en España.
Y ahora José Antonio Postigo.
Lo de Postigo ya está en la calle y crea una alarma social porque el Montepío es un icono de la familia minera. Debe explicar por qué un hombre que tiene una jubilación de dos o tres mil euros, y que del Montepío tengo entendido que cobra otros mil más dietas, tiene un chalet de lujo en Valladolid y un apartamento en plena Costa del Sol. Y, sobre todo, explicar si el hecho de que el constructor del geriátrico de Felechosa tenga otra casa de lujo vecina a la suya en Valladolid está relacionado con la adjudicación de la obra, una obra de 31 millones de euros a cargo de los Fondos Mineros.
¿Algo más que opacidad?
El Montepío debe volver a sus valores y a su espíritu solidario, se creó sobre la solidaridad. Muchos seguimos pagando nuestra cuota por esa solidaridad, yo porque a mi padre y-sirvió pa tener una paga. Pero desde que el Montepío se convirtió en una empresa ese espíritu solidario ya no existe. La crisis está apretando mucho, hay ya casos terribles en families de les cuenques y ahora era más necesario nunca un Montepío solidario y no este entramado de empresas de servicios turísticos que tenemos. Que, !ojo!, son unos buenos servicios. Pero tal y como están las cosas, vamos a echar de menos la institución solidaria que fue. Debemos huir de la resignación en la Cuencas, la corrupción se puede combatir y hay que hacerlo y hay que llevar a los corruptos a donde deben estar. Pero me preocupa que nos desviemos en asuntos menores, nadie se vende por seis botellas de vino.
Formación, la palabra clave
La financiación de partidos y sindicatos es un tema oscuro.
Siempre se dijo que los proveedores de los economatos de Hunosa financiaban al SOMA, yo no tengo pruebas. De todos modos ahí la palabra clave ye “formación”. El SOMA nunca cumplió los estatutos iniciales de 1978 en los que se establecía que la presidencia del Montepío sería alterna entre SOMA y Comisiones Obreras, pero lo cierto ye que agarraron el poder y ya no lo soltaron. Gestionar el Montepío supone poder, poder económico a través de sus empresas y un nepotismo para colocar en puestos de trabajo a éste o a aquél. Aunque siempre se habla de Andalucía como ejemplo, en Asturias también hay mucho voto cautivo y eso el PSOE aquí siempre lo ha manejado. La ley de partidos consagró la opacidad en la financiación electoral. Los partidos tienen recaudadores y el recaudador maquila pa él. ¿Hasta dónde si maquila más de la cuenta el partido le va a parar? Pues depende. ¿Qué pasó en Asturias con Laudelino Campelo, que al final resulta que salió absuelto de todo lo que fue imputado? Los intereses para que esas cosas no transciendan son poderosos, pero es necesario que se sepa.
El geriátrico de Felechosa se hizo con Fondos Mineros. El recorte llega en el peor momento.
Si tienes algún punto débil siempre aparece cuando las defensas están bajas. Yo recuerdo cuando decían de Franco que no se enteraba de la mitad de las cosas que hacían sus acólitos. Se entere o no es responsable. A mi güelu fusiláronlu porque Franco puso la firma. Mucha gente diz que José Ángel Fernández Villa no se entera de la mitad de les coses, lo siento mucho, yo a Villa le tengo mucho afecto en lo personal pero creo que, en el mejor de los casos, no fue capaz de controlar a la gente que representándole a él y al sindicato actuaba en otros foros; y si no fue capaz de controlar a esa gente que actúa al margen de las directrices del sindicato, la culpa la tiene él.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 19, MARZO DE 2012

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