
Cientos de personas participan en la mayor manifestación del sindicalismo alternativo celebrada en la capital asturiana.
Diego Díaz / Enviado especial.

Cientos de personas participaron en la manifestación celebrada en Oviedo por el sindicalismo alternativo, sin CCOO ni UGT. Foto / Pablo Lorenzana.
Los tiempos están cambiando. No tan rápido como quisiéramos algunos, pero están cambiando. Cientos de personas se manifestaron este sábado en el centro de Oviedo, en la mayor manifestación celebrada por el sindicalismo alternativo en la capital asturiana. La marcha, convocada por la coordinadora de empresas en crisis, no tuvo el carácter masivo de las protestas celebradas en Gijón, con el conflicto de Tenneco de fondo y en un terreno mucho más favorable para la izquierda sindical, pero pasó del millar largo de manifestantes en una tarde soleada de primavera y con el Barça-Atleti de fondo.
“Hemos ganado el partido al partido”, dijo desde el micrófono Marco Antuña, trabajador de Cajastur, de la CSI, aliviado, refiriéndose a la dura competencia futbolística. Y siguiendo con el símil futbolístico podríamos decir que la organización logró “salvar los muebles”, en un partido jugado fuera de casa, en Oviedo, ciudad con menor músculo sindical que Gijón, aunque donde el sindicalismo alternativo también está conquistando posiciones en sectores que hace unos años parecían inaccesibles, como banca, sanidad o administración pública.
La manifestación, encabezada por las plantillas de las empresas afectadas por cierres y despidos, sin siglas ni banderas, para destacar su carácter unitario y el protagonismo de los propios trabajadores y trabajadoras por encima de todo, recorrió las principales calles de Oviedo arropada en la parte trasera por organizaciones políticas y sindicales, así como por algunos cargos públicos, como los concejales de IU Roberto Sánchez Ramos ‘Rivi’ y Alejandro Suárez, acompañados de Manuel González Orviz, que acudieron a título individual, y gentes de otros colectivos, como el candidato de ‘Podemos’ Daniel Ripa, que estuvo presente, igualmente sin ningún tipo de símbolo alusivo a las elecciones.
Banderas rojas y republicanas de los comunistas, asturianas de un nutrido bloque de la izquierda soberanista, rojinegras de los anarcosindicalistas, azules de la CSI, camisetas verdes de la PAH y amarillas del 22-M, mujeres del carbón, activistas del Sindicato de Estudiantes, del Partido del Trabajo Democrático y también gentes del CSOA La Madreña, que participaron con un cortejo propio, llenaron junto a las pancartas de las plantillas de trabajadores la plaza de la Escandalera al finalizar la marcha, en la que una usuaria de La Madreña también tomó la palabra para convocar a la manifestación que tendrá lugar este miércoles contra el desalojo del centro.
Esta campaña electoral nos está dando mucho para hablar de la crisis que está viviendo el bipartidismo. La pregunta es si esta crisis de legitimidad del régimen nacido en 1978 entre amplios sectores de la opinión pública tendrá también su correlato en el plano sindical, con el crecimiento de los pequeños sindicatos y de alternativas unitarias y asamblearias como el frente de empresas en lucha, en el que participan también muchos afiliados a CCOO y UGT pero no sus dirigentes.
El desempleo y la precariedad son situaciones cada vez más generalizadas entre el conjunto de los trabajadores de Europa. De quien organice y exprese la frustración y el malestar producido por esta situación dependerá el futuro político del continente en los próximos años.
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