Destacado
Hípico: el negocio de Gabino que fue ruinoso para Oviedo
El Centro Ecuestre El Asturcón, una de las joyas de la corona del gabinismo, necesita una inversión de más de un millón de euros para garantizar su futuro. Así lo refleja un estudio de viabilidad encargado por el Ayuntamiento de Oviedo a la consultoría externa Idom, que plantea transformarlo en un centro de ocio familiar de usos múltiples y que sugiere privatizar las instalaciones. El Gobierno popular de Agustín Iglesias Caunedo asumió la herencia envenenada de un equipamiento sobredimensionado, con graves problemas de gestión y mantenimiento y que costó casi 30 millones de euros frente a los 2,4 millones presupuestados. La última decisión municipal ha sido rescindir de mutuo acuerdo el contrato con la empresa concesionaria Urbaser e impulsar una nueva adjudicación.
José Cezón / Periodista.
El centro ecuestre se construyó a finales de los años noventa en una finca municipal denominada El Molinón, situada en los límites con Llanera. La primera idea era ubicarlo en Las Caldas, pero, tras la fuerte oposición vecinal, se optó por llevarlo a la ribera del río Nora. La parcela se consideraba por aquel entonces insuficiente y se adquirieron más fincas hasta alcanzar los 300.000 metros cuadrados de superficie. “Se hizo el centro ecuestre más caro de España, que era mayor que el de Nueva York, y no había demanda para un proyecto tan elefantiásico”, recuerda el portavoz municipal de IU, Roberto Sánchez Ramos, ‘Rivi’, uno de los políticos que más cuestionó ese proyecto y que lo llevó incluso a los tribunales.
Pese al millonario desembolso, el diseño de las instalaciones fue objeto de debate. “Hubo técnicos que se echaban las manos a la cabeza por la gran desproporción entre el gasto y la obra, y daba la sensación de que había sido proyectado por un neófito en la materia”, asegura ‘Rivi’. Un aspecto discutido fue que la pista de carreras no reunía las medidas reglamentarias de un hipódromo, algo que complicaba los giros de los caballos y entrañaba riesgo de lesiones. Algunas fuentes consultadas aseguran que la pista se “preoficializó” con el compromiso incumplido de alargarla, por lo que la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar en España no la dio de paso. Al final, quedó para carreras de asturcones y poco más.
La yeguada del alcalde
El centro ecuestre comenzó su andadura en septiembre de 1999 y llegó albergar concursos nacionales y grandes premios de salto. El Ayuntamiento nombró directamente a dos responsables de las instalaciones y contrató a personal de un plan de empleo. Pasó después a la empresa FCC, retornó a manos municipales y, por último, la explotación se adjudicó en 2004 a la empresa Urbaser, junto con el club de golf de Las Caldas, por un período de 40 años.
La oposición municipal comenzó muy pronto a percibir situaciones extrañas, como la aparición en escena de la Yeguada Picos de Europa, una empresa fundada por el propio Gabino de Lorenzo tan solo un año antes de la apertura del centro ecuestre, y que donó a su familia en 2006. “Nos dimos cuenta de que la única demanda real que había era la venta de caballos y que aquel macroproyecto no se entendía desde el punto de vista deportivo, sino financiero; era la plasmación de la especulación”, prosigue Sánchez Ramos.
La sospecha política de la existencia de un negocio oculto muy lucrativo se acrecentó cuando la oposición descubrió que muchos de los propietarios de los equinos “eran personas relacionadas con empresas que prestaban obras y servicios con el Ayuntamiento y que una parte de ellos había adquirido sus caballos en la yeguada del alcalde”, subraya. En 2007, la Asociación de Ciudadanos por la Izquierda -la escisión ovetense de IU que entonces encabezaba ‘Rivi’- presentó una denuncia ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Asturias para que investigara “el patrimonio del alcalde en relación con el hípico y la venta de caballos” y sus vínculos con la mencionada yeguada. Tras una implacable pugna política en los medios y en los tribunales, la causa fue finalmente archivada por el fallecido Gerardo Herrero. A ‘Rivi’ jamás se le olvidará una frase lapidaria pronunciada por el fiscal: “Todo el mundo conoce el amor que Gabino tiene a los caballos, pero él nada tiene que ver con la yeguada, porque era de su familia”.
Las denuncias de la oposición en relación con el centro ecuestre tuvieron nefastas consecuencias para sus actores. De Lorenzo dejó a Sánchez Ramos sin remuneración municipal y muchos analistas vinculan este episodio con la ruina política de la portavoz socialista de Oviedo, Paloma Sainz. Fue cuando el concejal del PP, Jaime Reinares, destapó el escándalo del millonario apoyo con fondos públicos por parte de Sainz, cuando era directora general de Formación del Principado, hacia la empresa Venturo XXI, propiedad de amigos de su marido, el entonces director del Idepa, Víctor González Marroquín. Venturo XXI resultó ser una de las empresas caza-subvenciones que arramplaron con los fondos mineros. El Tribunal Supremo acaba de asestar la puntilla a Sainz en la demanda que interpuso en 2010 contra Reinares.

El hípico ovetense costó casi 30 millones de euros y su estado actual presenta este aspecto. Foto / Iván Martínez.
Caballos y dinero negro
IU hace también una lectura político-económica del progresivo declive de usuarios y actividad en El Asturcón, pues lo sitúa en paralelo al desplome de la burbuja inmobiliaria. Hasta entonces, la inversión pública del Ayuntamiento de Oviedo llegaba a alcanzar los 40 millones de euros anuales. “No es casual que en aquellos años funcionara el negocio de caballos en toda España y el pionero fue Jesús Gil y Gil, porque era un mundo perfecto para trabajar en economías B”, apunta Sánchez Ramos. A su juicio, la caída de la construcción, y de las contrataciones en general, liberaba a los empresarios de tener que comprar caballos por compromiso cuando trabajaban para el Ayuntamiento.
Tras el ‘carpetazo’ de la Fiscalía, El Asturcón quedó un tiempo alejado del debate político, pero nunca cesaron las quejas por el paulatino deterioro de las instalaciones, el descontrol de los accesos, la mala gestión, los impagos o el deficiente cuidado y alimentación de los caballos. El malestar llegó a oídos del nuevo concejal de IU, Emilio Huerta, ‘Triqui’, quien vincula este declive con una pérdida de ingresos incesante. Según sus datos, Urbaser aligeró la plantilla “de unos veinte a nueve trabajadores”. El concejal aporta un informe de dos técnicos municipales -fechado en marzo de 2013- de evaluación del servicio prestado en el centro ecuestre, donde se registran “hasta 35 deficiencias y problemas” en su cronograma.
El director de la Escuela de Salto del centro, Antonio Barredo, desvela que las primeras quejas por el deficiente cuidado de los caballos y de los boxes son anteriores a la crisis y datan ya del año 2003. Él mismo presentó numerosas denuncias y documentos gráficos en los últimos años en el Ayuntamiento, “pero no sirvieron para nada”. Y reconoce que muchos usuarios expresaban su malestar en los corrillos, pero nunca llegaron a reflejarlas por escrito.
Los problemas se agravaron. Según Barredo, en 2010 se produjeron varios casos de desnutrición de los equinos, que coincidieron con un notable incremento del precio del pienso. “Intentaban recortar por donde fuera, pero el caballo no tiene la culpa”. Dos estudios veterinarios confirmaron que la deficiente alimentación afectaba a un número importante de caballos. La propia Urbaser tuvo que admitir ese mal estado de los cuadrúpedos, pero esgrimió razones de edad o de alto volumen de trabajo, unas excusas que Barredo considera infundadas.
Este profesional asegura también que el mantenimiento de las pistas “ha sido siempre nefasto”. En 2008 se registraron numerosos accidentes de jinetes y caballos de las escuelas. “Parecían pistas de patinaje y las lesiones no eran por las caídas, sino por el impacto contra el suelo”, recuerda. La situación era tan insostenible que su propia escuela decidió en octubre de 2009 pagar de su bolsillo la sustitución de la pista completa. De poco sirvió al no ir acompañado del necesario mantenimiento y el año pasado hubo que renovarla de nuevo.
Chapuzas e ignorancia
Con las onerosas pistas de competición sucedió algo similar. “La empresa que las montó dejó de venir por el mal mantenimiento”, afirma Barredo. Y la pista exterior blanca sufrió “arreglos chapuceros” que no resolvían el tema del drenaje. Esa peligrosidad manifiesta provocó un progresivo descrédito del hípico ovetense y que la mayoría de los jinetes se negaran a venir a competir a Oviedo.
El informe de Idom cifra la sangría de usuarios en un 40,8% desde 2010. Barredo calcula que las tres escuelas reúnen ahora alrededor de un centenar de caballos y no cree que haya más de 120 animales estabulados en la actualidad. Otro dato relevante del informe es que, si bien Asturias es la tercera Comunidad española en cabaña de equinos por habitante, con 48.533 cabezas, y que generan un movimiento económico de 313 millones de euros, la gestión de El Asturcón resulta deficitaria. Y lo achaca a unas tarifas “artificialmente reducidas” a menos de la mitad de otros centros ecuestres españoles.
Usuarios consultados explican que existen varias modalidades de pago mensuales, que van desde unos 100 euros por el alquiler de una cuadra a los 260 euros por la denominada pensión completa. Pero ante la escasa fiabilidad que ofrecía la concesionaria, cada vez fue más frecuente alquilar tan solo el box y contratar a un mozo externo para cuidar el caballo por unos cien euros al mes, a lo habría que sumar el gasto de pienso, heno y viruta. Ese sistema es, sin duda, el más rentable y cómodo para la concesionaria.
Tras el contundente informe de Idom y el acuerdo amistoso con Urbaser, el Ayuntamiento sacará de nuevo a concurso la gestión por separado del hípico y el golf. Su objetivo es reducir al máximo las ayudas públicas, que ahora ascienden a 610.000 euros al año. La rescisión del contrato se hará efectiva cuando llegue el nuevo adjudicatario. Barredo lamenta que un centro ecuestre “que tenía un potencial muy grande para convertirse en un lugar de referencia europeo lo único que ofrezca sean problemas”. Y resume en solo dos palabras el origen de todas las desventuras: “Por ignorancia”. No entiende cómo se pudo conceder la explotación de un centro deportivo “a una empresa gestora de residuos, que no tiene ni idea de lo que es el deporte y lo que son los caballos”, sentencia.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 31, MARZO DE 2014

You must be logged in to post a comment Login