
Una sidrería llena de clientes. Foto / Mario Rojas.
Aladino F. Pachón / Periodista.
Su asociación y varios hosteleros consultados por ATLÁNTICA XXII aseguran que en el sector se respeta el convenio, pero solo hay que hablar con el personal que nos atiende detrás o delante de las barras de los establecimientos públicos para comprobar sus lamentables condiciones en muchos casos: jornadas agotadoras, trabajadores sin asegurar, pagos en dinero negro… pura explotación laboral. Algo que se agrava durante los veranos y en época de vacaciones. Varios trabajadores consultados por esta revista son unánimes: “El convenio no se cumple y los empresarios pagan lo que quieren, y o lo coges o te quedas sin nada”.
María D. es una joven camarera de 30 años con algunos de experiencia en la profesión. Ha trabajado, como eventual la mayor parte de las veces, para diferentes empresarios de hostelería de Oviedo y su comarca. “Lo que yo sé y he vivido y sufrido es que el convenio no se cumple, digan lo que digan los empresarios”, señala.
Aunque actualmente ha conseguido un empleo de camarera en un bar que considera relativamente bien pagado, afirma que es “casi una excepción”, porque lo más normal, “sobre todo cuando empiezas”, es que “te exploten y te paguen mal”. A modo de ejemplo personal explica que “al principio yo estuve trabajando en varios sitos donde me pagaban muy mal y hacía muchas horas en mi turno, más de las debidas. Por ejemplo, trabajé en un restaurante de la zona de La Florida, en Oviedo, en el que me contrataron por cuatro horas diarias, en el contrato oficial, pero mi jornada laboral se prolongaba diez, doce y hasta catorce horas diarias”. Y añade que el sueldo “por todo” era de 1.000 euros al mes: “500 me los pagaban en nómina, y los otros 500 en negro”. Según ella, “tenías que coger el trabajo, tanto si te gustaba como si no, porque de lo contrario no tenías nada”.
Otra joven camarera, Claudia F., que actualmente también ha tenido la suerte, después de algunos años, de encontrar un trabajo de camarera en una cafetería donde le pagan algo más de 1.000 euros al mes con contrato incluido, indica que antes de llegar a este empleo tuvo que pasar por una largo rosario de trabajos mal pagados, en Oviedo, en este caso. Dando detalles, explica que trabajó de camarera en varios pubes del Oviedo Antiguo en horario de 22 horas de la noche a 06 horas de la madrugada cobrando tan solo cincuenta euros por jornada laboral. Y sin contrato.
A la hora de establecer el ranking de establecimientos hosteleros donde se paga mal y se explota al personal, son precisamente los bares nocturnos de copas los que se llevan la palma, según relatan casi una decena de camareros eventuales consultados por esta revista. “Lo normal es que te paguen cincuenta euros, o sesenta en el mejor de los casos, por una jornada nocturna poniendo copas y trabajando mucho si hay lleno a rebosar, como suele pasar un fin de semana, y sin contrato y sin nada; no hay más”, dice uno de ellos.
Sidrerías y restaurantes
En la Federación de Servicios de CCOO, sindicato con la mayor implantación en el sector, se señala que, de los 19.000 asalariados que en 2015 hay en la hostelería asturiana (incluyendo también hoteles), los 7.000 eventuales contratados a tiempo parcial en realidad “trabajan la jornada completa y más”.
En CCOO explican que “según el convenio de hostelería se han de trabajar cuarenta horas semanales, a razón de ocho diarias, con dos días ininterrumpidos de descanso; pero en la práctica esto no se respeta en absoluto”. Añaden que “a los que acuden en demanda de empleo en el sector se les dice que trabajarán diez y doce horas diarias, que esa es la jornada completa, y que se les asegurará más adelante, y que los sueldos son de 300 euros, condicionados a que traguen con lo que se les eche encima en cuanto a tipo de labores a realizar y horas de trabajo”.
El sindicato matiza que “con la crisis vamos a peor en materia laboral: hay más explotación”, aclarando que “en sidrerías y restaurantes es donde más existe esta explotación de los trabajadores”. Añade un portavoz sindical que “en hoteles es donde se respetan más las condiciones laborales”, pero que en estos establecimientos hay otro peligro para los trabajadores: la externalización de muchos servicios.
“En muchos hoteles se están externalizando servicios o trabajos como los de camareras de pisos”, indican en CCOO, “de modo que se contratan empresas de limpieza, creadas a propósito, para suplir o eliminar esos empleos”. Según este sindicato, el origen de esta situación y que las irregularidades laborales en el sector hayan aumentado tiene directa relación con la reforma laboral del año 2012 del Gobierno de Rajoy, “de manera que las plantillas no se amplían, se reducen constantemente”. A las empresas hoteleras les beneficia enormemente porque ahorran costes, sin crear empleo, “pagando de media 1,5 euros por habitación a las empresas de limpieza, no profesionales del sector, creadas para la ocasión”.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 40, SEPTIEMBRE DE 2015
You must be logged in to post a comment Login