
Xabier Arrizabalo durante la entrevista. Foto / Pablo Lorenzana.
Xabier Arrizabalo, madrileño de origen guipuzcoano, es profesor de Economía en la Universidad Complutense. Vinculado al Instituto Marxista de Economía de esta misma Universidad, es autor de una extensa obra que arranca en los años noventa con su investigación ¿Milagro o quimera? La economía chilena durante la dictadura. Su último libro es Capitalismo y economía mundial, publicado recientemente.Es muy crítico con la Unión Europea, en la encrucijada tras el Brexit de Gran Bretaña.
Diego Díaz / Historiador.
¿Seguimos en la crisis, estamos saliendo de ella o estamos al borde de una nueva recesión?
Estamos en un escenario de constantes vaivenes. El relato que tratan de vendernos es que la crisis fue un tropezón puntual que ya está afortunadamente superado. Sin embargo, otra lectura más crítica nos dice que estamos instalados desde mediados de los años setenta en una situación económica de permanente inestabilidad, donde los periodos de crecimiento son siempre burbujas, cada vez más cortas, a las que suceden de forma acelerada nuevos periodos de recesión. El capitalismo mundial vive una crisis crónica. Después de la II Guerra Mundial hubo 25 años de expansión económica. Hoy en día es casi imposible imaginar de nuevo un escenario de crecimiento tan sostenido como ese.
¿Está de acuerdo con la idea de que la UE está imponiendo un austericidio a los pueblos de Europa?
Creo que conviene matizar. No hablamos de la austeridad por la austeridad. Irlanda tuvo durante una década una situación de superávit. Sin embargo, eso se acaba con la crisis y el rescate a la banca con dinero público: el endeudamiento se dispara hasta el 30%. Es decir, quienes luego nos hablan de austeridad en el momento del crack apostaron por un endeudamiento masivo de los Estados para salvar a la banca. Es decir, más que de austericidio lo que estamos sufriendo es un paquete completo de medidas económicas dirigidas a dinamitar el gasto social y las conquistas históricas de la clase trabajadora europea. Paul Krugman dice que la austeridad europea es irracional, como si la adopción de esta política se tratase de únicamente de una mala decisión técnica, yo creo que es criminal, y que responde a unos determinados intereses, que son los de las clases dominantes europeas.
De ponerse en marcha el TTIP no solo la clase trabajadora, sino también el pequeño y mediano empresariado podría salir muy mal parado…
En Chile, caso que conozco bien, ese pequeño y mediano empresariado apoyó el golpe de Estado de Pinochet. Luego las políticas neoliberales que el pinochetismo aplicó, por ejemplo, la bajada de los aranceles y la apertura del mercado interno, arruinó a esa misma pequeña burguesía nacional que contribuyó al derrocamiento de Allende, pero que no podía competir con la llegada de productos importados a bajo precio y que apenas tenía capacidad exportadora. El objetivo del TTIP es lograr una caída de los salarios y de las condiciones laborales europeas a través de un escenario de competencia masiva. Es algo que ya sucedió con el acuerdo de libre comercio de 1994 entre México, EEUU y Canadá. Muchas empresas norteamericanas se trasladaron al norte de México en busca de salarios más bajos, y las que quedaron en los EEUU pudieron amenazar a sus empleados, o convergían con los salarios mexicanos o la empresa podía terminar deslocalizándose al sur de Río Grande. En la UE pasa algo parecido. Una empresa irlandesa por ejemplo se traslada a Polonia: salarios bajos y muchas ayudas económicas del Gobierno polaco para instalarse. ¿El resultado? Irlanda baja su impuesto de sociedades del 40% al 12% para poder competir y detener una fuga de empresas hacia Europa del Este.
El euro y los ajustes
El discurso de la CEOE es que eso de querer un empleo fijo con sueldo, vacaciones, pagas extras y seguridad social es viejuno.
Antes tú podías estar empleado o desempleado. Hoy día sin embargo la precariedad se ha generalizado tanto que las posibilidades intermedias son enormes. Hay gente trabajando de forma intermitente, que entra y sale del paro casi cada día. En Gran Bretaña hay 700.000 personas, sobre todo jóvenes, con contratos de 0 horas. ¿Qué es eso? Que el empleador no te garantiza carga de trabajo mensual, pero te exige disponibilidad total en el caso de que la haya. Si te ofrece un encargo tienes que aceptarlo sí o sí si quieres seguir recibiendo esporádicamente sus encargos.
Es muy crítico con la UE y con el euro, ¿por qué?
El euro es el último eslabón de un proceso que se inicia en los años ochenta, continúa con el Tratado de Maastrich y persigue vaciar de contenido las democracias, sacando la política económica del control de los parlamentos nacionales, es decir, del debate ciudadano, para así poder aplicar en toda Europa de forma simultánea las políticas de ajuste neoliberal. El objetivo es consolidar a través del BCE, que es totalmente independiente del poder político, una política económica claramente neoliberal que se mantenga imperturbable gane quien gane las elecciones.
¿Euro y neoliberalismo son inseparables?
Puede haber ajustes sin euro, pero no puede haber euro sin ajustes. Ha sido creado para eso. Forma parte de ese club exige una disciplina fiscal muy dura. Además, los países del Sur de Europa necesitamos una moneda menos fuerte que Alemania, una potencia industrial con una capacidad exportadora enorme, incluso con un euro caro. Con el euro podemos comprar fuera a buenos precios, pero nuestras exportaciones se vuelven demasiado caras y la única forma de ser competitivos es devaluar los salarios y las condiciones laborales. Una moneda propia no resuelve todos los problemas, pero permite cierto margen de maniobra a un país con una economía más débil como la nuestra.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 45, JULIO DE 2016
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