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La calidad, un dolor de cabeza para Bayer

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La calidad, un dolor de cabeza para Bayer

Imagen tomada con un móvil en 2011 en la que se aprecia el escaso mantenimiento de la fábrica de Bayer en Lada (Langreo).

Imagen tomada con un móvil en 2011 en la que se aprecia el escaso mantenimiento de la fábrica de Bayer en Lada (Langreo).

Fernando Romero / Periodista. Las diferencias en la planta langreana de Bayer entre los departamentos de producción y calidad finalizaron cuando el director Manuel Fernández Ortega despidió a la que había sido jefa del control de calidad durante treinta años, Nieves Fernández Madera. Previamente se habían sucedido las denuncias por parte de este departamento y de los propios trabajadores sobre la falta de higiene y mantenimiento en zonas en donde se produce la Aspirina para todo el mundo.

A pesar de todo el bombo mediático que anunciaba que 2014 sería el año de la fábrica langreana, con inversiones millonarias, aumento de plantilla y de producción, lo cierto es que en la actualidad lo que hay es una situación de crisis debido a la paralización de la planta de fabricación del ácido acetilsalicílico por un problema de aguas residuales. Ese componente, imprescindible para la producción de la Aspirina, se  a la fábrica francesa Rhone-Poulen. El problema con las aguas residuales no es nuevo. Hace tiempo pescadores del barrio del Pilar, en el entorno de la fábrica, denunciaron la aparición de peces muertos en el río Nalón. Al parecer la fábrica tiene un convenio con la depuradora de Frieres para expulsar un límite de residuos (fenol y sulfatos) que en ese momento se estaba superando.

Entre 2009 y 2010 se agudiza la falta de mantenimiento y se cuestiona la calidad en el proceso productivo, lo que motivó muchos informes sobre la discordancia de las prácticas utilizadas con la normativa GMP (Good Manufacturing Practices) vigente en la industria farmacéutica. Así, se detectaron fallos en la documentación de los productos y de los equipos y hasta se llegaron a detectar firmas de personal que no habían recibido la capacitación para trabajar en esas zonas.

Por otro lado, tal como corroboraron algunos trabajadores, había un abandono en el mantenimiento en las instalaciones y se producían reiteradas averías a consecuencia de ello. También se llegó a denunciar el incumplimiento de las normas por parte de las empresas externas cuando se llevaban a cabo obras en el interior de la planta.

La jefa de calidad llevó a cabo varias reuniones con todos los empleados, detectando tras consultarles una situación poco recomendable para una fábrica que produce medicamentos. Y a pesar de las advertencias a la dirección de la empresa y al jefe de producción, Ángel Cajigas, dichas denuncias se archivaban. Se comentaba que desde producción se decía que las normas GMP “eran una tontería”.

Otra imagen en la que se aprecian las malas condiciones de mantenimiento de la fábrica.

Otra imagen en la que se aprecian las malas condiciones de mantenimiento de la fábrica.

De Barcelona a Basilea

En 2010, en el informe de evaluación del curso de formación sobre auditorías y autoinspecciones, los comentarios por parte de los asistentes son: averías, pequeñas goteras, mal funcionamiento de grifos, atascos de jaboneras y otras anomalías y que estaban “cansados de comunicarlos a sus superiores”. A estos problemas de mantenimiento sumaban otros más graves, como el mal etiquetado de contenedores y el exceso de aguas residuales. Los asistentes, según dichos informes, estaban de acuerdo en que la situación actual en cuanto a cumplimiento de normas no era la correcta.

La empresa Bayer, sin embargo, niega que se esté bajando la guardia respecto a la calidad en la fábrica langreana. La responsable de prensa de Barcelona, Carlota Gómez de la Hoz, señaló a esta revista que la planta asturiana “cumple con los más estrictos controles de calidad y de medioambiente” y respecto al sistema de gestión de calidad GMP dice que “ha sido auditado por la Agencia Española del Medicamento (Ministerio de Sanidad y Consumo), la Food and Drug Administration (EEUU) y la Agencia Japonesa de Medicamentos y Dispositivos Médicos”. Añade que la fábrica posee el certificado de Gestión Medioambiental ISO 14001 y el certificado de salud y seguridad en el trabajo, según la norma OHSAS 18001. De la Hoz considera “muy graves” esas acusaciones, “porque desde hace setenta años siempre hemos tenido unos estándares de calidad muy altos”.

Sin embargo, desde la fábrica la versión es muy diferente e incluso se comenta que en Barcelona y en Alemania desconocen la verdadera situación de Asturias. El propio Antón Saavedra, cuando se entrevistó en Barcelona con Stefan Hesse y su equipo, preguntó si habían ido alguna vez a visitar la planta asturiana, a lo que estos contestaron negativamente.

Lo cierto es que dichos estándares son verdaderamente altos y se aplican en el momento que se inicia el proceso productivo de la Aspirina. La firma de la directora de calidad es imprescindible para continuar con la producción. Pero empiezan a ponerse pegas y estalla el conflicto. Las inspecciones internas (unas ocho al año) se pasaban bien porque se preparaba todo para evitar el mínimo fallo, pero eso no era lo habitual. En el día a día las cosas eran muy diferentes y no se cumplían los mínimos de calidad, según fuentes cercanas a Bayer. Desde producción se alegaba que no había dinero para ello.

El presupuesto de las inversiones para la planta lo controlaba y distribuía personalmente Manuel Fernández Ortega. Los laboratorios necesitaban inversiones y mejoras, como reformar los baños, pero ese dinero, por ejemplo, se desvió para dejar bonita la parte a la que iban a acudir los Reyes de España en una visita que tuvo lugar en 2006.

El caso es que la calidad de la planta de Langreo iba por “el libro” mientras se dependía de Barcelona, pero tras el cierre hace once años de esta central la calidad de Asturias empezó a depender de Basilea y es cuando se empieza a deteriorar, según las fuentes consultadas. No se controlaban los aparatos de medición, no se mantenía la limpieza de la sala y las puertas de emergencia se utilizaban para entrar y salir habitualmente. Además, señalan las mismas fuentes, cuando había inspecciones el director estaba siempre de viaje.

También se cuestiona la seguridad laboral en Bayer Asturias tras una reciente sentencia judicial que condena a la empresa a indemnizar con 71.800 euros a los familiares de un trabajador fallecido en 2009 por su exposición al amianto durante su trabajo en la factoría, entre 1951 y 1991.

En Lada se fabrica la mayoría de los doscientos millones de aspirinas que se consumen a diario en el mundo. Foto / Paco Paredes.

En Lada se fabrica la mayoría de los doscientos millones de aspirinas que se consumen a diario en el mundo. Foto / Paco Paredes.

El fantasma de la deslocalización

F. R.

Bayer pretende que este año culmine el proceso de ampliación de su capacidad en Lada, que le permitiría asumir el 100% de la producción del ácido acetilsalicílico en el mundo, aunque los primeros meses no están siendo buenos para conseguir este objetivo debido a problemas con las aguas residuales. En el ámbito sindical hay una gran preocupación por la deriva que está tomando la empresa con la actual dirección y el fantasma de la deslocalización planea sobre la fábrica langreana.

Hace unos meses los planes eran mucho más optimistas. Bayer produce unas 5.000 toneladas de ácido acetilsalicílico al año en Langreo, aunque su pretensión es alcanzar las 6.000, lo que supone el 100% del principio activo necesario para generar los 200 millones de unidades de Aspirina que se consumen diariamente en el mundo. También se producen en esta planta, en mucha menor cantidad, el clotrimazol (antimicótico) y el Butafosfan, principio activo veterinario fijador del calcio.

Hay un gran hermetismo sobre lo que está ocurriendo dentro de la empresa alemana y oficialmente se habla de un horizonte sin regulaciones de empleo. Ya se habían producido en 2007 con reducciones de jornada y salario. “La planta no prevé la introducción de ningún tipo de medidas de regulación de empleo”, señala la empresa. En Lada había 112 trabajadores y en los dos últimos años se han reducido a 94 con el programa Horizon de prejubilaciones. Además hay aproximadamente 50 personas en empresas externas, que trabajan fundamentalmente con el departamento de ingeniería.

PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 31, MARZO DE 2014

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