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La casta funcionarial que sostiene a la partitocracia

La secretaria municipal de Cudillero, Paula Fernández, habla con la alcaldesa, Olga Fernández, en un reciente pleno. Foto / Ricardo Solís.
No habría corrupción ni abusos del poder sobre los ciudadanos con funcionarios absolutamente independientes, o, al menos, el problema se minimizaría extraordinariamente.
El Régimen del 78 que ahora se desmorona, y especialmente después del secuestro del Estado por el PSOE a partir de 1982, basó su férreo control de las Administraciones públicas en el sometimiento de los funcionarios, especialmente de los de mayor rango. En muchos casos los convirtió en comisarios políticos y en personal de confianza, imprescindibles para tapar todo tipo de irregularidades, corrupciones, ilegalidades y fechorías.
Los Ayuntamientos han sido una buena muestra de ello y la figura de los secretarios municipales una de las más sometidas, aunque haya en ese Cuerpo excelentes y honrados profesionales, muchos de ellos marginados y hasta depurados en sus cargos.
El Ayuntamiento asturiano de Cudillero, ahora en manos de una gestora tras múltiples escándalos y actuaciones judiciales contra gobierno local del PSOE, es un ejemplo paradigmático de este problema democrático. En su número 31, aparecido el pasado mes de marzo, ATLÁNTICA XXII informó profusamente sobre el papel de la secretaria municipal en la crisis del Ayuntamiento de Cudillero. Reproducimos ahora ese artículo de Patricia del Gallo.
CUDILLERO, LA SUPEDITACIÓN DE LOS FUNCIONARIOS A LOS POLÍTICOS
La secretaria ¿del PSOE?
Es la secretaria del Ayuntamiento de Cudillero, pero la oposición del PP y Foro Asturias la considera la secretaria del PSOE. La crisis municipal del concejo, ahora en manos de una gestora monocolor socialista, ha colocado en el punto de mira a Paula Fernández Rubiera como ejemplo de dependencia de los funcionarios de los políticos.
Patricia del Gallo / Periodista.
En uno de los últimos plenos del Ayuntamiento de Cudillero, en el que se decidía la formación de la gestora, los dos partidos de la oposición hicieron una consulta legal a la secretaria en medio de una discusión con el gobierno local del PSOE. Desconcertada, Paula Fernández Rubiera consultó a la alcaldesa Olga Fernández. Ambas cuchichearon en voz baja y finalmente la secretaria municipal se negó a atender la petición de PP y Foro, instándoles a presentarla por escrito. Algunas risas se mezclaron con el estupor en el salón de plenos.
No es el primer incidente similar, ni mucho menos la primera muestra de la connivencia con el equipo de gobierno de la secretaria municipal, que para la oposición no es más que una subordinada que se dedica a certificar la legalidad de decisiones que no siempre la tienen, para que el PSOE no pierda la Alcaldía. “Es la mano ejecutora que estampa su firma y hace oficiales las decisiones políticas, siguiendo las directrices de un partido para el que no trabaja”, dice la portavoz popular Carmen Pérez García de la Mata, que también apostilla: “Es funcionaria y se le supone independencia”.
Muchos de los informes y actuaciones de Paula Fernández no los rechazó solo la oposición, sino también el Tribunal Superior de Justicia de Asturias e incluso el Constitucional, que intervino en la escandalosa crisis municipal de Cudillero, donde llevan cinco alcaldes en dos años.
La portavoz del PP ha hablado siempre de “informes partidistas” elaborados en clara connivencia con el PSOE. Uno de los más polémicos fue el que permitía a Luis Fernández Garay ser nombrado alcalde por segunda vez, después de que hubiera renunciado al puesto y de que el Constitucional anulara su primer nombramiento. Paula se reincorporó el mismo día del pleno de elección, tras una baja. Desde la oposición siempre han sostenido que no tuvo tiempo material, esa misma mañana, a redactar el informe y que alguien lo había hecho por ella, pero no quien la estaba sustituyendo, “que seguramente no quiso estampar su firma y oficializar algo que no compartía”, asegura Juan Carragal, de Foro. Fernández Rubiera, de nuevo en su puesto, no lo dudó. La Justicia tumbó de nuevo aquella elección.
Nombramientos a dedo
Si Antonio Muñoz Molina conociera sus actuaciones posiblemente pusiera de ejemplo a la secretaria pixueta de ese cáncer para la democracia española que denuncia en su libro Todo lo que era sólido y que viene del felipismo de los años ochenta, cuando los altos funcionarios municipales pasaron a depender absolutamente de alcaldes y políticos. Hasta éstos lo admiten abiertamente. “Van con el alcalde a muerte”, dice de los secretarios municipales Gabriel López, el ex alcalde de Cudillero cuya dimisión desencadenó el esperpento que no parece tener fin.
Natural y residente en Gijón, Paula Fernández Rubiera es hija del que fuera concejal socialista en el primer Ayuntamiento democrático de su ciudad a partir de 1979, Mariano Fernández Fombella. Estudió Derecho en la Universidad de Oviedo y aprobó la oposición para ser funcionaria de habilitación nacional. Su primer destino fue Cangas del Narcea. De allí la trajo a Cudillero el entonces alcalde Francisco González, “Quico”, en octubre de 2010. Empezó de forma provisional hasta que en el pleno del 28 de diciembre de 2012 el alcalde Gabriel López y el resto de concejales socialistas aprobaron, con los votos en contra de la oposición, las bases para su plaza, que ella misma redactó. Foro y PP no entendían la prisa por convocarla. Dos horas después, recuerda Carmen Pérez de la Mata, el regidor presentaba su dimisión. En esas bases figuraba entre los criterios a puntuar el haber participado en la tramitación de un expediente de regulación de empleo, algo que ella hizo.

El papel de Paula Fernández es clave en la crisis del Ayuntamiento de Cudillero. En la foto aparece durante uno de los numerosos recuentos de votos que ha supervisado desde las últimas elecciones municipales. Foto / Ricardo Solís.
Curiosamente Cudillero ha sido hasta la fecha el único municipio asturiano que presentó un ERE para sus trabajadores, aunque se retiró posteriormente. Fernández Rubiera se convirtió desde junio de 2013 en fija. Pero su caso a la hora de elaborar las bases para convertir en definitivas este tipo de plazas no es único, más bien al contrario, suele ser habitual. Se hacen “casi a medida”, cuenta un secretario municipal asturiano que prefiere no dar su nombre. En general “somos quienes elaboramos las bases del concurso y el pleno quien las aprueba”. “Nos debemos a nuestra ética-dice este secretario-, no a nuestro alcalde”.
Pero en Cudillero la oposición cuestiona la ética de la secretaria municipal y cree que se debe absolutamente a los designios del PSOE, sobre todo a los de Francisco González, que sigue siendo el secretario general de la agrupación socialista y el alcalde a la sombra. Hay quien asegura que Paula despacha aún con el ex alcalde en la casa de “Quico” en Novellana, la última vez hace pocos meses y por un asunto de urbanismo. Ella no niega que mantiene “excelentes” relaciones con el hombre fuerte del PSOE local, aunque defiende su profesionalidad y entiende que la oposición la critica “porque no le gustan mis informes”, algo que atribuye a que “no les favorecen”, según manifestó a esta revista.
Cobros y denuncias
El traslado de Cangas del Narcea a Cudillero mejoró la calidad de vida de Paula Fernández Rubiera, que está más cerca de su domicilio de Gijón y trabaja en el concejo de donde es la familia de su marido, que tiene casa en la villa pixueta.
La secretaria tiene, en palabras de sus superiores, “un horario flexible”, tanto que, como ella misma reconoce, no ficha. “No conozco a ningún secretario que lo haga”, asegura. Según muchos de sus compañeros en el Consistorio, hay semanas en las que apenas pasa por allí dos o tres días. La justificación que ella da es que está inmersa en la preparación de los numerosos juicios que afronta el Ayuntamiento y el trabajo lo realiza desde casa. El sueldo de Paula supera los 4.600 euros al mes y por ejercer de abogada para el Consistorio quiere cobrar además unos ingresos extras, un asunto que ha provocado una denuncia del sindicato Manos Limpias.
En octubre de 2013 la secretaria pasó por ese concepto una minuta de 8.200 euros al Ayuntamiento. Los quería sin descuentos de IRPF. Dada la grave situación económica del municipio, con una deuda de más de seis millones de euros, el alcalde le pidió que lo hiciera en dos veces. El primer pago, de 4.000 euros, se tramitó aprovechando las vacaciones del interventor municipal, que se lo encontró al volver y formuló un reparo Los otros 4.200 euros aún no han sido abonados y tampoco Fernández Rubiera ha pasado una nueva minuta por todos los juicios en los que interviene desde agosto.
La denuncia de Manos limpias ante la Fiscalía se basa en presuntos delitos de prevaricación y apropiación indebida, porque una secretaria municipal no puede cobrar productividad ni gratificaciones. Ella sin embargo ha asegurado a esta revista que lo que pide no solo es “legal, sino además es justo”, y que si no se le abona denunciará al Ayuntamiento por “enriquecimiento ilícito”, ya que ella estaría haciendo un trabajo gratis. Antes que ella ese trabajo lo hacía Proley, el despacho que tiene en Oviedo con otros abogados el ex diputado socialista y actual vocal del Consejo del Poder Judicial Álvaro Cuesta. Según Pérez de la Mata, Proley facturó al Ayuntamiento de Cudillero en una década 300.000 euros.
Aunque no solo el dinero que percibe ha obligado a Paula Fernández Rubiera a dar explicaciones a la Justicia. Por el último informe en el que atestiguaba que en Cudillero se daban las circunstancias para la creación de una gestora, la oposición ha pedido al TSJA que deduzca su testimonio. Ha estado imputada por un presunto delito de prevaricación. Presidió el Tribunal para la elección de varias plazas de la policía local que algunos agentes impugnaron. Al parecer se anuló una primera convocatoria porque algunos aspirantes no cubrían los requisitos. El problema es que la oposición sostiene que tampoco algunos lo cumplían en la segunda. El caso ha sido sobreseído penalmente por un defecto de procedimiento, aunque sigue abierta la vía contencioso-administrativa.
La economía familiar de la polémica funcionaria del Ayuntamiento pixueto no solo depende de sus ingresos. Su marido es un hostelero muy conocido en Gijón, donde tuvo algunos negocios a los que afectó la crisis y acabaron cerrando, El pasado verano inició una nueva aventura empresarial con un negocio hostelero en Somió, “La Nieta”. A su inauguración acudió la plana mayor del PSOE de Cudillero, incluido “Quico”. Paula se niega a comentar la situación de su economía familiar, al considerarlo un asunto personal, y amenazó a esta revista con poner una denuncia si desvela su relación con la Hacienda pública.
Gijón, la situación contraria
En la inauguración el pasado verano de “La Nieta”, el establecimiento hostelero que abrió el marido de la secretaria municipal de Cudillero, Paula Fernández Rubiera, coincidió la plana mayor del PSOE pixueto, con Francisco González “Quico” a la cabeza, con la alcaldesa de Gijón Carmen Moriyón, a la que acompañaban otros dirigentes locales de Foro Asturias.
Una curiosa coincidencia, no solo porque son partidos rivales que compiten por el poder, sino porque los Ayuntamientos de Cudillero y Gijón representan las dos caras de la moneda en relación al ejercicio del poder municipal y al papel que en él representan los altos funcionarios.
En Cudillero la oposición de PP y Foro Asturias consideran a Paula Fernández una comisaria política al servicio de la alcaldía y del poder local socialista. En Gijón la oposición de PP, PSOE e IU consideran un intolerable escándalo democrático el cese por parte de Moriyón de la secretaria municipal Dora Alonso por no plegarse a sus designios. La defenestración de Alonso llegó después de un pleno solicitado por la oposición sobre la ordenanza de fachadas, que la alcaldesa se vio obligada a convocar por un informe de la entonces secretaria.
El Colegio de Interventores y Secretarios Municipales salió en defensa de Dora Alonso y propone que se vuelva a la situación anterior a la reforma del Gobierno de Felipe González que acabó con su autonomía. Quieren volver a depender de la Administración del Estado y no de la Administración local, tanto para cobrar como para rendir cuentas. Solo así creen que volverán a ser totalmente independientes del político de turno.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 31, MARZO DE 2014

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