
La consulta de Xixón Sí Puede en la que se aprobó presentar candidatura en la investidura a la Alcaldía, lo que haría alcaldesa a Carmen Moriyón (Foro Asturias).
Jaime Poncela / Un personaje de John Le Carré decía: “Nosotros no vivimos en la realidad, pero la visitamos de vez en cuando”. Los socialistas y Xixón Sí Puede están en esta categoría de políticos de paso por la realidad para quienes la presencia en las instituciones consiste más en destruir al contrario que en propiciar un gobierno para la mayoría. La imposibilidad de llegar a un acuerdo ha dado como resultado que en Gijón revalide la Alcaldía Foro Asturias, el partido fundado por Francisco Álvarez-Cascos, el personaje más representativo de la derecha más dura, el mencionado por informes policiales como una de las claves de los tejemanejes corruptos del PP.
Foro vuelve a la palestra pese a ser ya un partido en retirada en toda Asturias y con una gestión local que brilla por la ausencia de cualquier proyecto destacable. Pese a todo vuelve a la Alcaldía, debido a que quienes llegaron aquí como la gran renovación de los modos y maneras de gestionar la realidad política parece que solo están en ella de visita, ajenos al contexto general, capaces solamente de presentar ante la sociedad gestos tan estériles y surrealistas como un esperpéntico referéndum sin control ni garantías en el que 3.500 personas decidieron más que todo el resto del electoral que votó el 24-M.
Podemos y sus socios han demostrado que para ellos la democracia tiene un valor muy relativo y que solo vale si les da la razón. De no ser así, ellos aplican otra democracia, la propia, la amasada en la trastienda y respaldada estrategias que recuerdan a las asambleas de la facultad y a las barricadas. Voces, pitos, silbatos, letanías viejas sobre el Muselón y otras antigüedades, hacer caso omiso y emplear el victimismo o la prepotencia de ante quienes discrepan, han sido sus armas de debate. XSP es un bluff asambleario con modales que recuerdan a veces a los de una pandilla de adolescentes ofendidos y otras a los de una secta en la que la pureza ideológica impide cualquier contacto real con la sociedad. O ellos, o el diluvio.
Los socialistas, en su peor momento y su peor resultado electoral municipal, trataron de agarrarse a sus exiguos siete concejales para mandar. Las matemáticas les daban la razón, pero a XSP les vale más la suma de sus resentimientos personales contra José María Pérez que la de los 15 concejales que reunían entre las tres fuerzas de izquierda. A la FSA, encantada de no tener que juntarse con los de las coletas, le vino de perlas la salida de tono de Xixón Sí Puede. Quedó con el culo al aire tras el desmarque de Somos Oviedo dándole la Alcaldía a los socialistas, pero les da lo mismo porque nada de esto afecta al núcleo duro del socialismo asturiano que lleva décadas chupando del bote sin más oficio ni beneficio que el sueldo de diputado. Pactar con Ciudadanos es mucho más cómodo.
Los esfuerzos de IU por proponer una Alcaldía rotatoria no sirvieron de nada ante dos fuerzas políticas que, por mucho que digan, necesitaban el sillón para mostrar ante su público de lo que realmente son capaces, para demostrar ante su clientela quién la tiene más grande.
La suerte está echada y Gijón será a buen seguro una ciudad ingobernable durante cuatro años. Todos los políticos regresan ahora a su realidad paralela y es posible que vuelvan a visitar la nuestra en noviembre, cuando haya que pasar de nuevo por las urnas. Muchos ya no estaremos aquí dispuestos a escuchar una nueva sarta de discursos amañados, falsos y previsibles. Lo que pasa en este lado de la realidad cada vez tiene menos que ver con la realidad que ven nuestros políticos cuando viene de visita a pedirnos el voto.
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