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Atlántica XXII

La vuelta a la política con Podemos

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La vuelta a la política con Podemos

Numerosas personas levantan las manos en el encuentro de Podemos celebrado el pasado sábado en la Facultad de Filosofía de Madrid.

Numerosas personas levantan las manos en el encuentro de Podemos celebrado el pasado sábado en la Facultad de Filosofía de Madrid. Foto / María Valdés.

El efecto Podemos está suponiendo para esta organización un verdadero aluvión de nuevas incorporaciones a sus “círculos”, lo que supone un gran reto y también un peligro por la llegada de oportunistas, e incluso de personas infiltradas. Ya antes de las elecciones europeas se notó el regreso a la política activa a través de Podemos de veteranos activistas que en los últimos años habían desaparecido de la escena pública. En Asturias, la Autonomía donde más apoyo electoral tuvo Podemos, se incorporó José Manuel Chico, “Pin”, el primer insumiso asturiano que ingresó en prisión en los años noventa. “Pin”, uno de los fundadores del primer círculo de Podemos en Oviedo, asistió el pasado sábado en Madrid a la asamblea abierta de este partido. Sobre ella y las decisiones que allí se tomaron, y sobre los retos y el futuro de Podemos, se manifiesta en un artículo que remitió a esta revista y que publicamos a continuación.

La bendición del asamblearismo desorganizado

José Manuel Chico, “Pin” / Podemos Asturias.

El pasado sábado Podemos celebró un encuentro para preparar la Asamblea Ciudadana “Sí Se Puede” que tendrá lugar en otoño. Mediante elecciones abiertas, en las que participaron más de 55.000 personas, se eligió el equipo de gestión que coordinará la preparación de esa asamblea constituyente.

La lista ganadora dirigida por Pablo Iglesias contó con la confianza del 86 % de los votos. Se puede estar más o menos de acuerdo con que el equipo promotor haya  decidido que era conveniente la elección mediante listas cerradas y lo haya trasladado al resto, a través de una votación ciudadana. Personalmente no me gusta este procedimiento, porque ha limitado la participación de las personas que forman los círculos y no se ha buscado el consenso. Puntualizado esto, hay que señalar que solo se trata de elegir a una comisión técnica; por tanto, hay que hablar de un error menor y subsanable  Lo cierto es que únicamente se ha elegido a las personas que  recogerán las propuestas de la ciudadanía para organizar el encuentro “Sí Se Puede” en el otoño. No hay incompatibilidad entre los círculos y la participación a través de otros mecanismos. Aún tenemos muchas cosas por inventar si no queremos desaprovechar esta ocasión repitiendo errores del pasado.

Han transcurrido solo seis meses desde que, con la presentación del manifiesto “Mover Ficha”, se abriera la posibilidad de un proceso aglutinador, dirigido hacia mucha gente, que llevaba indignada, movilizada, e incluso una parte hasta organizada, mucho tiempo sin encontrar una alternativa en la que integrarse.

El resultado ha desbordado todas las expectativas. Desde aquellas 50.000 firmas que pidió Pablo Iglesias para encabezar la iniciativa, hasta los 1.250.000 votos obtenidos en las Elecciones Europeas. Hemos realizado un proceso basado en el trabajo y esfuerzo de una gran cantidad de activistas. Se hicieron unas primarias abiertas para elegir la candidatura a las elecciones europeas en las que participaron más de 33.000 personas, se elaboró un programa participativo en Internet, una campaña electoral impresionante tanto en redes sociales como en la calle con un coste económico pequeño. Todo esto ha propiciado que nos hayamos convertido en protagonistas mediáticos. La  página de Facebook de Podemos tiene hoy 569.000 seguidores, lo que nos permite tener una gran independencia y capacidad para generar noticias y llegar a mucha gente. Sin mencionar esto, es imposible entender que en las elecciones para elegir el equipo técnico que preparara la Asamblea se haya producido esta  multitudinaria participación.

Participantes del círculo asturiano de Podemos posan en Madrid.

Participantes del círculo asturiano de Podemos posan en Madrid. Foto / María Valdés.

Alrededor de todo ello, un clamor Podemos ha recorrido toda la geografía del Estado, incluso sobrepasando las fronteras. Se han constituido círculos, unidades básicas de participación socio-política, como herramientas  de construcción del pueblo para el pueblo, basadas en el empoderamiento y la participación de la gente, desbordando todas las previsiones. Ahora mismo las cifras están en más de 500 círculos. En clave asturiana los resultados electorales son excepcionales, superiores a los obtenidos en el resto del Estado. Nos colocan en una posición privilegiada para ser opción de Gobierno, tanto en la Junta General como en gran cantidad de Ayuntamientos. Hemos triplicado el número de círculos extendiendo nuestra presencia a la mayoría de los concejos y no pararemos este proceso hasta consolidarnos en todos. Además en los concejos más grandes hemos tenido que crear grupos de barrio para acercarnos más a la gente. Para completar y coordinar este trabajo hemos creado una Comisión Asturiana de Municipalismo.

En la “Asamblea de Extensión, Comunicación y Coordinación”, realizada dentro del encuentro del sábado, una gran cantidad de intervenciones recogían que cada vez se está incorporando más gente a los círculos; por eso tenemos que modificar las Asambleas, desorganizarlas para hacerlas más eficientes, atractivas y útiles. Bendito problema después de tantos años de mantras, dogmas, postulados y paradigmas que conformaron el pensamiento único neoliberal: individualismo social, fatalismo, conformismo, sumisión y desencanto.

En la Facultad de Filosofía de la Complutense revalidamos el encuentro de la alegría, porque hemos abierto nuevas posibilidades. Evidentemente tenemos la preocupación por la incertidumbre que esto conlleva. Desde el momento en que se mira hacia afuera la tensión es sustituida por la ilusión. A nadie se le escapa que estamos ante un momento histórico. Si lo aprovechamos o no es responsabilidad de toda la buena gente, no solo de la que impulsa Podemos. Lo importante es traducir la ilusión en herramienta de transformación. De aquí a un año la buena gente debe disponer de nuevos mecanismos para gobernarse y defenderse de las políticas de austeridad.

Los debates no deben ser “internos”. Cuando se habla únicamente de organización dejamos de ser una herramienta de participación ciudadana para convertirnos en otro partido más de la sopa de siglas. Limitamos el discurso, porque perdemos la capacidad de ilusionar a la gente y de ser útiles como expresión de sus necesidades políticas, económicas, sociales y culturales. En definitiva, extraviamos el objetivo de transformar esta sociedad, buscando que la mayoría de la gente pueda tener una vida buena vida.

El sábado pasado iniciamos un Proceso Constituyente que va más allá de Podemos. Los debates se desarrollaron con respeto a la diversidad de posiciones, a pesar de que la multitudinaria asistencia de personas interesadas no siempre facilitó la participación. Se dice que en Podemos hay dos posturas, una defendida por el equipo promotor que entiende que las decisiones más importantes sigan abiertas a la ciudadanía mediante diferentes herramientas de participación. Y otra, que considera que los círculos Podemos deben tener más voz y peso en la toma de decisiones porque si no se corre el riesgo de “caer en una democracia plebiscitaria” donde los líderes toman decisiones y después éstas son sometidas a la votación de la ciudadanía ignorando el importante papel a jugar por los círculos y las ganas de participación democrática de la ciudadanía. Pienso que en Podemos no hay dos posturas sino infinitas tendencias; tantas como las que pueden nacer de las singularidades que informan la multitud, de sus encuentros, de sus interacciones, de sus simbiosis…

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