(Un grupo de ancianos forma un corrillo en mitad del parque, uno de ellos observa asombrado su diario)
MANUEL.- ¿Cómo era? (Parodia) ¡¡Esto solo conduce a la anarquía!! ¡Ahhh! (Suspira) ¡Qué tiempos!
(Pausa)
PACO.- ¿Aquellos?
MANUEL.- Estos, Paco. ¡Estos! Me siento como un chaval. A mis 83 me están haciendo rejuvenecer.
MARISA.- (Echando mano a su oreja) ¿Quéee?
PACO.-Ya. ¿Quién lo iba a pensar?
MANUEL.- Solo nos falta la Brigada Político-Social.
PACO.- Todo se andará. Tú qué creías, Manolito, que lo de volver al antiguo régimen era quitar los bollos y comer sin sal…
MANUEL.- Ya no soy un octogenario subversivo, no, vuelvo a ser un chico progre, ¡un radical!
(Todos sonríen. Marisa se ajusta el sonotone y, recolocando sus gafas de aumento, se acerca al diario para distinguir mejor el titular)
MARISA.- “Ley-de-Segu-ri-dad Ciu-da-da-na” (Pausa) ¿Es que nos sentimos inseguros?
PACO.- (Como un resorte) Sí, por ellos, por sus fechorías.
MANUEL.- Sí señor, el desmantelamiento de los servicios públicos, la corrupción generalizada, el trato de favor a banqueros y empresarios…
MARISA.- No estoy de acuerdo.
PACO.- ¿Cómo que no? Marisa, haga usted el favor.
MARISA.- Los que se sienten inseguros, los que tienen miedo son ellos. (Pausa) ¡Se protegen ellos mismos!
PACO.- Ah. Pues también es verdad.
MANUEL.- (Sobrado) Bah. (Blandiendo su muleta) ¡Mordazas a mí!
PACO.- Primero nos roban todo y luego nos dan de hostias para proteger el botín.
MARISA.- ¡Ay botín, botín! ¡No me hable usted de Botín!
PACO.- ¡Y lo que queda por venir! Más recortes, más follones…
MANUEL.- ¿Follones? Pero si aquí somos unos benditos. Que pregunten a un francés, un inglés o un alemán qué pasaría en sus países si el paro pasase del 25% y el juvenil superase el 50%…
PACO.- Ya, pero a éstos lo de la protesta, aunque sea pacífica…
MANUEL.- ¡Como en los viejos tiempos, joder! ¿No os lo estoy diciendo?
(Pausa. Manuel vuelve a hundir su cabeza en el diario mientras los demás hacen ademán de empezar a caminar)
MANUEL.- ¡Esperad, coño, esperad! Si es que, encima, ¡serán los grises!
PACO.- ¿Qué grises, Manolito?
MANUEL.- Bueno… Los antidisturbios, quiero decir.
MARISA.- La pastilla, Manuel. Que no se le entiende ná.
MANUEL.- Que serán los antidisturbios y no los jueces quienes decidirán arbitrariamente qué pancartas, cánticos o actitudes serán punibles.
MARISA.- ¿Punibles?
PACO.- ¡Lo de las multas, Marisa!
MARISA.- ¿Cómoooo?
PACO.- Tendremos que ahorrar lo que nos quede de pensión para pagar las multas.
MARISA.- ¿Las qué?
PACO.- ¡Las multas! ¿¿¿Me oyó???
MARISA.- Mee, mee usted, si quiere. Tiene lavabos ahí dentro. (Paco y Manual se desternillan, ella les mira desconcertada) ¿De qué os reís?
MANUEL.- ¡El Gobierno, Marisa! Este Gobierno que tenemos, que es un despiporre. Mire, le preguntaron al ministro del Interior qué era ofensa y ¿sabe qué respondió, el tío? Ofensa es lo que es ofensivo.
PACO.- Genial, como el tipo ese de la película, ¿cómo… cómo se llama?
MARISA.- ¡Forrest Gump!
MANUEL.- Caray, Marisa, cuando a usted le da por escuchar…
MARISA.- ¡Ay sí! Yo es que para eso de los chistes… Si los cuentan los del Gobierno no me lo pierdo. ¿Os acordáis cuando la Cospedal dijo que los escraches son nazismo puro? ¿Y cuando la Botella soltó que la reforma laboral es lo que más progreso ha traído a la humanidad?
PACO.- ¡Relaxing cup jajaja! ¡Relaxing cup jajaja!
(Manuel cierra el periódico eufórico y se coloca las muletas)
MANUEL.- ¿Pues qué queréis que os diga? ¡A mí me la pone dura!
PACO.- ¿La Botella?
MANUEL.- No, coño, ¡esta Ley de Seguridad! Es un Viagra para el espíritu, se siente uno como un chaval, a punto de volver al Estado Policial. ¡Me la pone dura!
MARISA.- (Teniente) Igual, sí. Igual que en la dictadura…
PACO.- ¡Abuelo antisistema, hay que joderse! ¿Quién me iba a decir a mí, con 70 años, que acabaría siendo un peligro para las fuerzas del orden público?
MANUEL.- Normal. Si es que nosotros, entre el Trankimazin, la Diagosina y el Sintrón, cada vez que vamos juntos a una “mani” movemos más pastillas que el Festival de Benicasim! (Risas)
PACO.- ¡Subversivos gritones, a la pata coja y con sonotone!
MARISA.- (A vueltas con su oreja) ¡Ya lo ajusto, ya! No, si cuando no habláis bajito, el aparato va genial.
(Se han puesto a caminar ocupando toda la acera, altivos, impetuosos, emulando al mítico “Equipo A”)
MANUEL.- ¡Vamos, chavales! ¡Ni un paso atrás! ¡No paremos a ver las obras inacabadas por la crisis!
PACO.- ¡Que sepan que ya luchamos, hace muchos años, para lograr los derechos que ahora se están cargando!
MARISA.- Fíjese, que yo soy hija de presos políticos. Y no nací en la cárcel de casualidad.
MANUEL.- Ahora vienen a darnos en el bolsillo. 30.000 euros por intentar parar un desahucio. (Ríe) ¡Será por pasta jajaja! ¡Invita Manolito, el yayoflauta!
PACO.- No pasé yo un cáncer de laringe para quedarme ahora sin alzar la voz. No señor.
MARISA.- Ya. Pero lo que no nos dejan es insultar. Y el día que ocupamos la Bolsa se lo dije a un policía: ¡Señores, que les estamos defendiendo, que a ustedes también les roban, y a sus padres, y a sus hijos!
MANUEL.- ¿Y él qué te dijo?
MARISA.- Un gruñido. No sé. Un gruñido muy feo. ¡Menos mal que estoy sorda! ¡Menos mal!
(Los tres estallan en una carcajada)
PACO.- ¿Cómo no vamos a luchar por defender una sociedad que nos costó tanto conseguir?
MANUEL.- ¡Ahí vamos, señores, a formar parte del fichero de infractores! ¡Joder, como en los viejos tiempos! ¡Me siento un chaval!
MARISA.- Ay. Cuando uno es activista y de la tercera edad…
MANUEL.- ¡Que no Marisa, que no! ¡Que ahora nos han convertido en jovencitos! ¿No se da cuenta? Mire, mire, si hasta caminamos más rápido.
MARISA.- (Risueña) ¡Ay, sí, sí, como antes!
PACO.- Sí. Como antes. (Circunspecto) Vagos y maleantes.
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PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 30, ENERO DE 2014.
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