
Manifestantes que secundan la movilización «Somos Reales» delante del Teatro Campoamor de Oviedo, donde se entregan los Premios Príncipe de Asturias.
Foto / Pablo Lorenzana.
Por vez primera en su historia, los Premios Príncipe de Asturias tendrán una multitudinaria contestación en las calles de Oviedo a partir de hoy mismo, víspera de la entrega de los galardones. Bajo el lema “Somos Reales”, miles de manifestantes se concentrarán mañana en la capital asturiana convocados por numerosos colectivos sociales y políticos que consideran que estos Premios suponen concentrar en Oviedo, con los reyes al frente, a las élites financieras, políticas e institucionales del país, a las que responsabilizan de la crisis, el paro y el aumento de las desigualdades en España.
A primera hora de la mañana saldrán a pie varias columnas de manifestantes de Gijón, Avilés, Siero, Langreo y Mieres. Se concentrarán en Oviedo y a ellos se sumarán manifestantes venidos de diferentes lugares de España en una treintena de autobuses.
Hoy por la tarde hay previstos actos y debates en el Campus del Milán de la Universidad de Oviedo y a las 20.30, en La Corredoria, habrá una mesa redonda con el título “Hacia el poder de la mayoría”. Intervendrán Lara Hernández (IU), Juantxo López de Uralde (Equo), Juan Carlos Monedero (Podemos), Celia Mayer (Ganemos Madrid) y Sabino Cuadra (Bildu). Cerrará el acto el sindicalista Diego Cañamero.
Mañana a las 17 horas, coincidiendo con la entrega de los Premios y en la plaza de la Escandalera, a pocos metros del Teatro Campoamor, hay convocada una concentración de protesta. Ya se celebraron otras similares años pasados, pero sin la presencia de manifestantes de fuera de Asturias. El programa de la movilización finaliza por la noche con un concierto del grupo asturiano Dixebra.
Hay un inmenso despliegue policial en Oviedo, con más de 600 efectivos, y en la Fundación no se oculta la preocupación por las protestas y por la posibilidad de que haya incidentes.
En el artículo que publicamos a continuación Diego Díaz explica los motivos que le llevan a manifestarse.
Premios Príncipe, la fiesta de la casta
Diego Díaz / Historiador.
Como muchos ovetenses y asturianos recuerdo haber vivido en el pasado los Premios Príncipe de Asturias con mucha ingenuidad y un punto de emoción tontorrona. Eran otros tiempos, y la visita de grandes figuras de la cultura, la política, la ciencia, el deporte y el famoseo nos llenaba a la mayoría de la gente de esta tierra de un orgullo y satisfacción bastante provincianos que los medios y los poderes públicos se encargaban de promocionar a base de bien: por un día los ovetenses y los asturianos nos creíamos el centro del mundo mundial. Eso nos repetía machaconamente año tras año la propaganda de la Fundación Príncipe de Asturias, ya saben: los segundos premios más importantes después de los Nobel, un impacto económico increíble, la mejor campaña de publicidad para Asturias y al mejor coste (casi regalado) para que nos conozcan hasta en la Conchinchina, bla, bla, bla…
Afortunadamente creo que cada vez somos menos las personas que nos tragamos el cuento de hadas de unos Premios que básicamente son la fiesta privada de la casta patria. El guateque pagado con fondos públicos de las élites políticas y empresariales de nuestro país. La excusa es el acontecimiento cultural, y el fondo de la cuestión organizar un gran sarao para mayor gloria de la Monarquía, en el que políticos y grandes fortunas, siempre bajo el paraguas de la realeza, puedan hacer negocios urdangarinescos en los elegantes salones del Hotel Reconquista, con buenos vinos y mejores licores. Vamos, como la Escopeta Nacional de Berlanga, pero a la altura de los tiempos, con un suave aroma progre y canciones de Leonard Cohen sonando de fondo.
Este año la casta está especialmente nerviosa, y no porque vengan a destrozar la ciudad los bárbaros del Norte, como pretenden hacernos creer el delegado del Gobierno Gabino de Lorenzo y su sucesor en la alcaldía Agustín Iglesias Caunedo, sino porque el personal, vaya a manifestarse o no en la plaza de la Escandalera, empieza a darle la espalda al evento y al invento. El saqueo del Estado por parte de unas élites que se iban de black card, mientras nos predicaban austeridad, ha minado casi por completo su credibilidad. En mayo empieza el cambio en España y lo que se va a visualizar mañana en la Escandalera es la imagen de un país real cansado de fartones y de farturas pagados con nuestros impuestos.
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