
Rajoy en la mili, primero por la izquierda, ya con barba. / Foto de Levante-EMV
Xuan Cándano / Periodista
Nada de extraño tendría para Mariano Rajoy recibir sobresueldos del
PP, porque el presidente del gobierno está acostumbrado a vivir en la
abundancia y a sumar billetes casi desde la cuna. Hijo de un
prestigioso magistrado y hermano de dos registradores de la propiedad
como él y de un notario, Rajoy es el típico producto de la burguesía
funcionarial española de provincias, que es como aún denominan los
madrileños más chauvinistas a todos los que no nacieron en la Villa y
Corte. Sus primeros y ya abundantes sueldos los ganó en Villafranca
del Bierzo, donde consiguió su primer destino como registrador
de la propiedad, entonces el más joven de España con 23 años. Allí
vivía como «un señorito de provincias», según el Diario de León, ciudad
en la que había vivido de pequeño por el destino de su padre.
Después se cruzó la mili en su biografía, en la Capitanía General de
Valencia bajo el mando del general Milán del Bosch, que participaría
en el golpe del 23-F poco después de que Rajoy se licenciase. Pero ni
la reclusión del servicio militar, en el que el presidente del Gobierno se ocupaba de la limpieza del cuartel, rebajó los emolumentos de Mariano, sin libertad pero con dinero.
En una ocasión, de regreso hacia Galicia en coche desde Valencia con
unos días de permiso, acompañado por dos compañeros de la mili,
Mariano Rajoy hizo un alto en el camino para detenerse en el registro
de la propiedad de Villafranca del Bierzo. Salió con un cheque de más
de un millón de pesetas. Uno de sus amigos recuerda que eran algo
así como 1.100.000 pesetas. No lo olvida, porque era una cantidad
muy relevante en aquellos años, mucho más para un joven uniformado,
aunque ya fuese todo un profesional con plaza fija.
De aquella a Mariano le interesaban más los deportes que la política,
aunque es cierto que aún ahora los debe preferir, como indica que su
periódico de cabecera, el único que lee a diario, sea el Marca. Y ya
cobraba sobresueldos. En un sobre. Habrá que comprobar ahora si sigue
con el mismo hábito.
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