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Como si el Reconquista volviera a ser un hospicio

Una de las movilizaciones a la puerta del Hotel de la Reconquista de Oviedo. Foto / Mario Rojas.
“Cualquiera que llega hoy al Hotel de La Reconquista puede ver que algo está pasando con sus trabajadores”, comenta la abogada laboralista ovetense Olga Blanco, que, como ejemplo, cita lo que le dijo un alto cargo del diario La Razón: “Yo vengo todos los años a los Premios y fíjate que noté que algo está pasando en el Reconquista. Este hotel ya no es como era”. El que es uno de los principales escenarios de los internacionales Premios Príncipe de Asturias (ahora Princesa), pese al lujoso decorado y al glamour que lo habita durante una semana al año, entre bastidores oculta tal sufrimiento laboral que no solo lo perciben muchos clientes sino que sus paredes levantadas en el siglo XVIII para albergar inicialmente un hospicio son hoy como las de una grande, lóbrega y torturadora mazmorra.
Aladino F. Pachón / Periodista.
Un infierno laboral
Desde el último trimestre de 2014 para acá fueron despedidos 26 empleados del Hotel de La Reconquista de Oviedo, de cinco estrellas, bajo pretextos claramente estrambóticos e improcedentes en todos los casos, salvo en uno (pendiente de recurso), a tenor de las correspondientes sentencias judiciales habidas, en las que los jueces evidenciaron que los motivos esgrimidos por la empresa para los ceses laborales, “causas económicas y organizativas”, no se ajustaban a la verdad. De hecho, y según señalan fuentes de los trabajadores afectados, si las causas fueran básicamente de índole financiera, en todo caso “la dirección se cerró en banda a dialogar y a aplicar alternativas al despido”.
Según entienden estas fuentes se trataba de expulsar a los trabajadores con antigüedad, muchos de ellos con más de 40 años, y contratar a personal extra más barato. Previamente a su cese, y según fuentes del comité de empresa, a los trabajadores veteranos en capilla “se les degradó en sus funciones” y fueron destinados a puestos inferiores “con el fin de presionarlos para abandonar el empleo y minar su moral”.
Por si fuera poco, en el guión maquiavélico de esta aparente película de terror se han programado cuidadosas acciones de presunto acoso laboral: “Gritos, amenazas, vejaciones, transgresión de los derechos de los trabajadores, falsas promesas, ausencia de una dirección permanente en el hotel, coacción a trabajadores para firmar en contra de sus representantes y restricción de derechos sindicales”, relatan trabajadores a ATLÁNTICA XXII; acciones que le han costado a la empresa varias denuncias en Inspección de Trabajo y en los juzgados de lo social.
Sobre la existencia de un supuesto maltrato laboral, el director del hotel, el gallego José María Barrán Pereira, ha respondido por escrito a esta revista negándolo, “según la Inspección de Trabajo y la última sentencia del secretario del comité”. Sin embargo, su respuesta técnica no reflejaría en principio toda la verdad, porque ya ha sido condenado en firme, junto al grupo hotelero al que pertenece y con ratificación del Tribunal Supremo, por acoso moral a una trabajadora que fue subdirectora del Reconquista.
Otro asunto escabroso que afecta a este directivo es una denuncia por amenazas a la presidenta del comité de empresa, Raquel Agüeros, a quien el pasado 18 de octubre habría dicho supuestamente: “No sabes con quién estás jugando, voy a matar a tu hijita”. Esta presunta actuación amenazadora (que será juzgada por los tribunales el próximo 11 de enero y que ya fue dada a conocer públicamente en rueda de prensa por el sindicato CC OO) ha sido calificada por el secretario general de este sindicato en Asturias, Antonio Pino, como métodos “mafiosos y matones”, y como “prácticas inmorales”.
Por su parte, Barrán Pereira ha manifestado a ATLÁNTICA XXII que él no profirió tal amenaza, agregando que “por eso le he puesto una demanda penal tanto a ella como al sindicato CCOO”.
Un compañero de trabajo y del comité de empresa de la presunta amenazada, si bien no estuvo en el lugar de los hechos, un despacho, sí presenció objetivamente “que ella entró tan tranquilamente a trabajar” y que posteriormente “salió del despacho directa a urgencias y no por su propio pie, porque no podía caminar siquiera”. Desde entonces Raquel Argüeros está de baja debido a una grave depresión.
Cultura laboral gallega
Coinciden todas las fuentes, a excepción de las de la empresa, lógicamente, en que el enrarecimiento del clima laboral en el Reconquista se produce con la llegada del directivo galaico Barrán Pereira en el mes de agosto de 2014.
En esa fecha, el Gobierno del Principado de Asturias, propietario de más del 50% del Hotel de La Reconquista mediante la empresa pública Hostelería Asturiana SA (HOASA), tras la aprobación de la Ley de Reestructuración del Sector Público, decide adjudicar (mediante contrato de arrendamiento por 30 años) la gestión de la instalación hotelera a la compañía catalana Hoteles Turísticos Unidos SA (HOTUSA), que preside otro gallego, Amancio López Seijas, amigo personal de la infancia del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, con quien se le ve en un vídeo que circula en Internet bailando amistosamente en una fiesta de Nochevieja en el hotel de La Toja, propiedad también de HOTUSA. También se le identifica por su fuerte temperamento, que pagan a veces sus teléfonos móviles rotos o los muebles, como se señala en una información en prensa; una carácter que, según algunos trabajadores, podría haber contagiado a Barrán.
López Seijas y su gente crean una empresa específica para gestionar el Reconquista, Ópalo Hotels SL, con Barrán a la cabeza, que toma el mando del hotel en agosto de 2014 y el 1 de septiembre ya despide a la primera persona, contraviniendo al parecer el pliego de condiciones de arrendamiento firmado con HOASA, en el que se establecía claramente la permanencia de la plantilla indefinida, 60 empleados fijos, que debían ser subrogados y no despedidos, y que el cese de trabajadores solo sería en caso de prejubilación, jubilación anticipada, fallecimiento, incapacidad o despido disciplinario.
El incumplimiento de estas condiciones es para la abogada Olga Blanco “un fraude” y motivo suficiente para abordar la rescisión del contrato con HOTUSA, como piden los trabajadores del hotel, y que es algo de lo que no quiere ni oír hablar el Gobierno del Principado, de quien esta revista, a pesar de intentarlo, no ha obtenido declaración alguna. No obstante, hay quien opina que la decisión de adjudicar a HOTUSA se tomó “de forma extraña” en FITUR 2014 en Madrid, “estando allí el presidente de HOASA, Julio González Zapico”, director general de Turismo del Principado.
En todo caso, Barrán ha manifestado a este medio sobre el conflicto que “los tribunales más bien antes que después pondrán a cada uno en su sitio”, y que “algunos empleados quieren vernos fuera por intereses particulares” y “eso no lo permitiré”; unos intereses desconocidos para los trabajadores: “Nuestros únicos intereses son conservar nuestros puestos de trabajo”, según fuentes del Comité.
Son muchas las fuentes que han destacado el estilo autoritario de este ejecutivo gallego, cuyas formas empresariales vinculan a lo que denominan “el estilo gallego de la miseria laboral”, que consiste básicamente en pagar bajos sueldos a los trabajadores. De hecho, en el ranking nacional de retribuciones mensuales a trabajadores Galicia (junto a Extremadura y Canarias) figura entre las Comunidades Autónomas donde menos se paga y un sueldo de 800 euros al mes ya se considera alto en muchos sectores de la Autonomía que preside Núñez Feijó.
La influencia de esa cultura laboral gallega también se evidencia en otra cuestión curiosa, que consiste en barrer para casa, en este caso para el otro lado del Eo. Así, la administración del Reconquista se ha llevado a la localidad gallega de Chantada a la empresa Citadel. Además, para realizar los servicios en el hotel durante los Premios Princesa de Asturias y sustituir a los trabajadores de plantilla “se ha traído en un autobús a 50 alumnos en prácticas de una escuela de hostelería gallega”, según fuentes del comité de empresa, con los que, por si fuera poco, “se sacó una foto la directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo, y salió en La Nueva España”.
La sustitución de los profesionales con años de oficio (muchos ya despedidos) por personal en prácticas y con contratos de formación se está notando en la calidad del servicio, como lo señaló aquel directivo de La Razón y lo notan clientes selectos, algunos de los cuales ya han optado por no hospedarse en el Reconquista, buque insignia de la hostelería asturiana que entre finales de los años ochenta y principios de los noventa del siglo pasado estuvo entre los 100 mejores hoteles del mundo.
Premios y famosos
El edificio que alberga el hotel, de estilo barroco, es Bien de Interés Cultural (BIC) y monumento histórico artístico nacional. Su construcción se inició en 1752 por orden de Isidoro Gil de Jaz, regente de la Audiencia, para albergar el Hospital Hospicio de Oviedo desde 1770. Por tanto, 246 años contemplan una emblemática arquitectura restaurada en 1942 por la Diputación Provincial y que desde 1972 es un hotel de cinco estrellas que en 1981 comenzó a ser una de las sedes principales de los Premios Príncipe de Asturias (desde 2015, Premios Princesa de Asturias) para las recepciones oficiales, las votaciones de los jurados y para hospedar a los galardonados anuales.
Entre sus centenarias paredes, además de reyes y jefes de Estado, han estado, servidos profesionalmente por parte del personal hoy despedido, premiados como Isaac Rabin y Yaser Arafat, el expresidente portugués Mário Soares o el rey Hussein de Jordania, además de cerca de 300 personalidades de la ciencia, la economía, la literatura, el deporte, la investigación, las humanidades y las artes (muchos fueron Premio Nobel posteriormente). También otras figuras al margen de los Premios, como Michael Jackson, con quien un veterano trabajador jubilado tras 40 años en el hotel -que asegura que el declive hoy es tan patente que, “de seguir así, el Reconquista terminará cerrando”- recuerda con emoción haber subido con él en ascensor hasta su habitación.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 48, ENERO DE 2017

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