Responsabilidad política

El consejero de Sanidad asturiano Francisco del Busto interviene en la comisión parlamentaria en la que negó la imputación de Rosa Urdiales. Foto / Mario Rojas.

Javier Álvarez Villa / Portavoz del Conceyu por Otra Función Pública n´Asturies.

En el año 2013 el ministro danés de Justicia dimitió por mentir ante una Comisión parlamentaria sobre la cancelación de una visita oficial. En 2014 el ministro alemán de Agricultura tuvo que abandonar el cargo tras reconocer que había avisado a un compañero de partido de que estaba siendo investigado. Otro ministro, esta vez holandés, presentó su renuncia este año 2015 por mentir en el Parlamento sobre el importe de una compensación económica pagada por su departamento.

Se trata tan solo de algunos casos que demuestran que en las democracias europeas avanzadas cuando un alto cargo político miente, oculta información o actúa de forma negligente, especialmente cuando lo hace en sede parlamentaria, abandona el puesto de forma inmediata.

Los miembros del Gobierno deben conocer si las personas a las que nombran  por razones de confianza política están imputadas en un proceso penal, sobre todo  cuando esa imputación fue publicada en medios de gran difusión. Si se les pregunta en una comparecencia parlamentaria y tienen al lado al subordinado afectado, por prudencia deben cederle la palabra. Si no lo hacen y se demuestra que no dijeron la verdad, no tienen otra salida que dimitir.

PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 41, NOVIEMBRE DE 2015