
Concentración en Avilés de trabajadoras de los Centros de Día. Foto / Marieta.
No piden dinero, rechazan la precariedad, los despidos y los recortes que podrían hacer peligrar uno de los logros del Estado del Bienestar y de los servicios públicos en Asturias: los Centros de Día. Sus trabajadores, contratados por las empresas privadas que los gestionan, llevan tiempo movilizándose.
Ismael Juárez / Periodista.
Desde hace seis años la Plataforma de Trabajadores de Centros de Día adscritos al Principado de Asturias está tratando de levantar su voz ante la precariedad que aseguran están sufriendo de modo alarmante y progresivo desde el año 2009. Desde entonces han realizado concentraciones en distintas ciudades asturianas aunque con apenas repercusión mediática. “Somos alrededor de doscientas personas las que estamos en estas protestas y el 99% somos mujeres”, remarcan desde la plataforma.
Los Centros de Día en Asturias han ganado gran importancia en los últimos años, especialmente tras la aprobación de la Ley de Dependencia hace una década, ya que permiten que las personas mayores con deterioro físico y cognitivo mantengan cierta independencia y una mejora en su calidad de vida que evita su ingreso permanente en residencias para la tercera edad. Las trabajadoras recuerdan que la red de Centros de Día asturianos ha sido un referente en toda España, pero la precariedad laboral puede estar poniendo en peligro lo que para el Principado es un orgullo y un ejemplo de eficiencia.
“Estamos hablando de usuarios que necesitan mucha atención pero cada vez somos menos profesionales y con menos horas para cuidar de ellos”, afirma las psicóloga Lucrecia Villamarzo, una de las portavoces de la plataforma. La Consejería de Servicios y Derechos Sociales, por otra parte, asegura que ninguna asociación de usuarios le ha hecho llegar ninguna queja.
En Asturias hay más de setecientos usuarios, repartidos por veinticinco centros, tres de los cuales son específicos para enfermos de Alzheimer. El número de trabajadores por usuario está cuantificado en una ley autonómica de 2009 que fue parcialmente modificada en 2011. Estos ratios están especificados en la ley en función de la gravedad del usuario. El grado 3 es el de mayor gravedad y en el que se ubican los usuarios con una dependencia más severa. “Aquí es una de las partes donde está la trampa”, asegura Lucrecia Villamarzo. Para la Plataforma todos los Centros de Día deberían tener el número de trabajadores en función del grado 3 porque de hecho, según la ley, tienen preferencia este tipo de dependientes y además cada vez hay más usuarios con esa catalogación. La Consejería por otra parte dice que se limita a cumplir la ley.
Lo cierto es que, más allá de los ratios, en el año 2011 había en cada centro seis auxiliares a jornada completa, junto con un psicólogo y un terapeuta ocupacional a media jornada. Actualmente la media de auxiliares es de cuatro y no todos a jornada completa; el resto de los profesionales mencionados mantienen la media jornada pero con menos horas semanales. Según Lucrecia, “puede que no impresionen los números pero en un sector tan minoritario, teniendo en cuenta el tipo de usuario tan vulnerable, esta reducción supone mucho”.
Gestión privatizada y despidos
Los Centros de Día están gestionados por empresas privadas. Para conseguir la gestión la Administración debe estudiar sus condiciones y adjudicar la oferta más ventajosa. “Lo que más cuenta es la oferta económica, por encima de los recursos humanos”, cuenta Gil Rico, uno de los seis hombres que integran el colectivo de trabajadores, “y eso acaba pervirtiendo el asunto ya que la empresa que sea capaz de ofrecer el servicio más barato se quedará con la gestión”. Fuentes de la Consejería matizan que “la oferta económica pesa 17 puntos sobre 35 y se adjudica a las empresas una vez analizado y valorado el conjunto de lo que ofrecen”.
Sin embargo, los números muestran que los despidos y reducción de plantillas desde 2009 son evidentes. Aun cuando el presupuesto para estos centros se ha aumentado ligeramente este año. “De nuevo nos encontramos con la trampa”, afirma Gil Rico, “porque en ocasiones han invertido en personal de limpieza y lo han contabilizado como inversión en recursos humanos, mientras que los que cuidamos directamente a los dependientes somos cada vez menos”. Al mismo tiempo, los trabajadores también reconocen que Gerusia, la actual empresa que administra casi todos los Centros de Día adscritos al Principado, ha mejorado mucho con respecto a la gestión de otras empresas que hubo en el pasado. Pero insisten en que se necesitan más contrataciones y más horas: “Estamos saturadas de trabajo y ha habido un incremento en las bajas laborales debido a que estamos al límite”.
Fuentes de la Consejería niegan la mayor y aseguran que “el funcionamiento y personal para los Centros de Día en el Principado está regulado, marcando los ratios de personal que deben cumplirse. Y se están cumpliendo”.
Más allá de este choque de argumentos entre el Principado y la Plataforma de Trabajadores, estos últimos han conseguido el apoyo de casi toda la oposición. Partidos tan dispares como el PP y Podemos han presentado mociones a la Junta General para instar a hacer modificaciones a la ley que se ajustan a las demandas de los trabajadores. “Curiosamente los dos únicos partidos que no han apoyado estas mociones son los dos que han gobernado, Foro y PSOE”, se queja Gil Rico. “Nos dicen que es un asunto laboral que tenemos que tratar con la empresa”, asegura.

Familiares de usuarios apoyan las movilizaciones de las trabajadoras de los Centros de Día. Foto / Marieta.
Sin convenio
En este sentido la plataforma también se queja de la negativa por parte de la patronal para crear un convenio propio para su sector. Las empresas que consiguen la gestión de los Centros de Día aplican a sus trabajadores el convenio de Ayuda a Domicilio, un convenio que según los trabajadores “no se ajusta a nuestras necesidades, ya que no se atiende a la especificidad de este sector, que es minoritario”.
Recientemente se ha conseguido un compromiso con la otra parte para abrir negociaciones, algo que se interpreta como un pequeño triunfo por parte del colectivo movilizado. En este sentido los trabajadores han mostrado públicamente su optimismo sobre una eventual resolución de este punto concreto de su lista de reclamaciones.
La Consejería de Servicios y Derechos Sociales asegura que su intención es “potenciar este importante recurso que son los Centros de Día”, al tiempo que están previstas modificaciones para “introducir mejoras en la intensidad de atención” aunque no esclarecen qué tipo de cambios pretenden implementar. Por el momento, según la Consejería, el Principado se limita a cumplir la ley existente.
Los trabajadores están convencidos de que si no se atienden sus reivindicaciones laborales se estará poniendo en riesgo la calidad de la red asturiana de los Centros de Día. Ante este convencimiento, aseguran que continuarán movilizándose el tiempo que haga falta.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 54, ENERO DE 2018
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