
Eduardo Donaire, Cándido Méndez, Manuel Fernández y Justo Rodríguez Braga entre el resto de los asistentes al centenario de MCA-UGT. Foto / Jesús Díaz.
Fernando Romero / Periodista. MCA, la poderosa federación del metal de UGT, creó sociedades mercantiles para gestionar teóricamente fondos de formación, aunque luego tuvieran otros destinos diferentes. El caso más llamativo es el de Meconaf 2003, una sociedad limitada presidida por el asturiano Manuel Fernández Lito, cuyos consejeros eran toda la cúpula del metal, incluyendo a Santiago Fernández Lanero, uno de sus hijos. Lito abandonó recientemente la secretaría general de MCA-UGT y se ha jubilado. Meconaf 2003 se disolvió a principios de septiembre de este año, justo cuando salía a la luz el reportaje de ATLÁNTICA XXII sobre el entramado empresarial del sindicato. Su actividad societaria se desarrolló durante diez años, desde su constitución el 9 de julio de 2003.
El objeto social de la empresa, según se recoge en la información depositada en el Registro Mercantil, es “la gestión de centros de carácter formativo y social dirigidos a la atención de las necesidades formativas tanto de los trabajadores en general como de sus representantes sindicales”. Sin embargo, como reconoce uno de los consejeros de la empresa, el secretario general de MCA-UGT en Asturias Eduardo Donaire, realmente se constituyó para poder facturar el cobro de la estancia de los clientes de los 9 apartamentos que tiene el sindicato en Torrevieja (Alicante) y para poder alquilar sus locales en el polígono de Prendes en Gijón a la Fundación del Metal. El secretario de MCA-UGT lo justifica porque cuando se constituyó la empresa “no podíamos facturar, al no disponer de CIF como sindicato”.
Meconaf 2003 tenía el domicilio social en Madrid, en la Avenida de América 25, la sede estatal de MCA-UGT. Su capital social en el momento de su liquidación era de 148.700 euros. Entre los consejeros, bajo la presidencia de Manuel Fernández Lito, estaba su sucesor en la secretaría general de MCA-UGT, Carlos Romero González. Además de Eduardo Donaire, el consejo lo completan Félix González Arguelles, secretario de Administración de MCA-UGT, José Manuel Suárez, adjunto a la secretaría general, Luis Arístides García, secretario de la Fundación Anastasio de Gracia, Teodoro Escorial Clemente, adjunto a la secretaría general, y Santiago Fernández Lanero, hijo de Lito, que es además consejero delegado.
Lo que más llama la atención de las cuentas de Meconaf 2003, según el informe financiero del Registro Mercantil al que ha accedido ATLÁNTICA XXII, es la ampliación de capital que tuvo la empresa a finales de 2011 por valor de 145.600 euros, ya que hasta entonces era una sociedad con 3.100 euros de capital solamente. Dichas aportaciones pudieron producirse para sanear las pérdidas acumuladas en el balance cara a una futura liquidación.
En 2011 hay unos ingresos de 70.000 euros por actividades ajenas a su actividad principal y aparecen 50.000 euros de gastos de personal en ese mismo ejercicio, que pueden deberse a una persona contratada o dos a lo sumo.
ATLÁNTICA XXII ha pedido a MCA-UGT información sobre cuánto dinero de fondos de formación se ha gestionado a través de Meconaf 2003, sin obtener respuesta. Fuentes del sindicato señalaron que esta empresa nunca realizó cursos de ningún tipo ya que simplemente era una “tapadera” para otros negocios. Tampoco consta que realizara trabajos para IFES, la fundación que gestiona la formación de la UGT.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 30, ENERO DE 2014
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