Una consejera asturiana forzada a dimitir por sus negocios

Javier Fernández cuando presentó a su Gobierno, con Esther Díaz a su izquierda. Es la primera consejera que cesa. Foto / Mario Rojas.

Se confirmó lo esperado en su comparecencia en la Junta General esta mañana y la consejera de Bienestar Social del Gobierno asturiano se vio forzada a dimitir tras airearse sus negocios privados. Esther Díaz es accionista de varias empresas de su marido que fueron contratadas para obras de todas las Administraciones Públicas, incluido el Principado de Asturias. Su marido también es uno de los propietarios de un geriátrico de Posada de Llanes que tiene convenios con la Consejería de Bienestar Social.

En su comparecencia, Esther Díaz negó que incurriese en ilegalidad e incompatibilidad, pero anunció su marcha para no perjudicar al Gobierno asturiano y al PSOE. La oposición en pleno rebatió sus argumentos y la acusó de falta de ética.

La dimisión de Díaz llega después de la del ex director general de Administración Local, José Balmori, que tuvo que dejar su cargo la semana pasada al aparecer en la investigación judicial del Caso Aquagest, al conocerse que aceptó una invitación de la empresa para pernoctar en el balneario de Las Caldas (Oviedo). En esa época Balmori era el concejal de Urbanismo de Llanes, un concejo en entredicho por sus planes urbanísticos, reiteradamente rechazados por los tribunales de justicia.

Esta crisis en el Gobierno socialista de Javier Fernández llega justo después de que el presidente asturiano manifestase en el Parlamento autonómico que no ponía la mano en el fuego por nadie en materia de corrupción, con excepción de su Gobierno.