Connect with us

Atlántica XXII

Victorino Alonso a la cárcel por destrozar una cueva neolítica

Destacado

Victorino Alonso a la cárcel por destrozar una cueva neolítica

El Juzgado de lo Penal Número 1 de Huesca condenó al empresario minero Victorino Alonso a dos años y seis meses de cárcel y 25.490.805 euros de multa por destrozar el yacimiento neolítico de de la cueva de Chaves, situada en el pueblo oscense de Casbas. Debe responer por ello la empresa Fimbas, de la que el empresario leonés es administrador. También se le obliga a asumir las costas.
En la sentencia se destaca que Alonso conocía la importancia del yacimiento, uno de los más importantes del Neolítico en la Península Ibérica, pero que a pesar de ello realizó unas obras sin control arqueológico alguno para colocar comederos y abrevaderos para la cría de cabras. Se usó una retroexcavadora de gran tonelaje.
ATLÁNTICA XXII se ocupó ampliamente en su número 26, en mayo de 2013, de este y otros escándalos protagonizados por Victorino Alonso en un dossier con varios artículos frimados por los periodistas Fernando Romero y Jaime Santos. La portada de aquel número iba dedicada a Victorino y se titulaba «Don Vito, el capo minero amparado por el PSOE». Reproducimos a continuación esos artículos, hasta publicar ese dossier durante todo el fin de semana.

 

vito-y-varios-caza-1

Alonso disfruta de un día de caza en el coto Bastarás, donde se ubica la destruida cueva de Chaves

 

El expolio de las cabras africanas

Jaime Santos

En el año 2007 Victorino Alonso se hace con el coto de caza Bastarás, enclavada en el Parque Natural de Sierra de Guara, Huesca, a través de una de sus empresas, Maderas Bodelón. La mayor particularidad de esta gran finca es que en su interior alberga la Cueva de Chaves, un yacimiento arqueológico destacado entre los mejores de España por la riqueza de sus descubrimientos del Neolítico.

La idea era rentabilizar la finca como coto de caza exclusivo para aficionados con dinero. Para garantizar buenos tiros, la empresa Fimbas y Ferqui, ambas del grupo Alonso, contruyeron 80 balsas artificiales y varios kilómetros de pistas, y comenzaron a criar animales de caza mayor, entre ellos el arruí, una especie de cabra africana.

A los técnicos de Fimbas y Ferqui la Gran Cueva de Chaves les debió de parecer un lugar idóneo para guarecer su “ganado”, así es que procedieron a allanar el suelo, cubriendo las catas arqueológicas y destruyendo para siempre cualquier posible investigación sobre los restos prehistóricos. Semejante expolio fue valorado por un peritaje en 14 millones de euros, pero resulta difícil pensar cómo se valora la total destrucción de un Bien de Interés Cultural declarado por la Unesco patrimonio de la humanidad.

Hasta la fecha Fimbas solo ha sido condenada a pagar una multa de 30.000 euros por cerrar con vallas el acceso a terreno público y a retirar los ejemplares de cabra africana, una especie alóctona. El juicio por la destrucción de Chaves aún está en proceso de ejecución.

Imputado por estos hechos en 2012, Victorino Alonso declaró ante un juez en Huesca “desconocer estos detalles”, ya que solo acudía a la finca dos o tres veces al año para cazar, algo fácilmente contrastable por fotos colgadas en Internet este mismo año, cinco años después de la destrucción de Chaves. En su declaración Alonso dijo que no se fijaba en esos detalles porque para él “todos los montes son iguales”.

Pistolero

Fernando Romero

Que a Victorino Alonso le gustan las pistolas y las armas es algo sabido. Ya recién terminada la carrera, antes de convertirse en empresario, ayudó a su padre a impedir, pistola en mano, que se celebraran elecciones sindicales en sus explotaciones. La policía judicial adscrita a la Guardia Civil que investigó un posible delito de alzamiento de bienes del empresario leonés cuenta en su informe esa afición por las armas: “El señor Victorino figura en los archivos centrales de la Intervención de Armas de la Guardia Civil, con la condición de vigilante jurado, y en posesión de licencias de armas tipo C, D y E que habilita para tener, poseer y utilizar armas largas, aunque éstas en el desempeño del trabajo. Figura como titular de un arma corta, revólver marca Astra, calibre 38 de 4”, con número 433445. Su mujer María Morán también dispone de permiso de armas. Victorino es muy aficionado a la caza y tiene algunos cotos, que compra a través de sus empresas, en Extremadura y Huesca. En este último lugar fue denunciado por caza ilegal, al soltar especies exóticas para disparar sobre

Continue Reading
Click to comment

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Más en la categoría Destacado

Último número

To Top