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Atlántica XXII

ATLÁNTICA XXII: seis días a trote veloz

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ATLÁNTICA XXII: seis días a trote veloz

Manuel Miranda, presidente de la Asociación de Vecinos de La Luz, con el último número de la revista en su presentación este mes en ese barrio avilesino. A su lado están Jara Cosculluela y Xuan Cándano, de la redacción de la revista. Foto / Sergio López.

Manuel Miranda, presidente de la Asociación de Vecinos de La Luz, con el último número de la revista en su presentación este mes en ese barrio avilesino. A su lado están Jara Cosculluela y Xuan Cándano, de la redacción de la revista. Foto / Sergio López.

Xuan Cándano/ Director de ATLÁNTICA XXII.

Admiré mucho en vida a Juan Benito Argüelles, con el que compartí risas y gozos, porque era un excelente representante de esa burguesía progresista e ilustrada que tanto contrasta en Oviedo con la rancia y decadente que describe ‘Clarín’ en La Regenta. Caústico, irónico e inteligente, con Juan Benito sigo disfrutando ahora mientras leo Doy mi palabra, sus memorias, primorosamente recopiladas por su viuda, Lola Lucio, que conserva un entusiasmo intelectual admirable.

Con uno de los capítulos de Doy mi palabra, a pesar de su brevedad, las carcajadas me hicieron difícil la lectura. Aquí el ingenio de JB se desborda describiéndonos uno de sus inventos, “los plurales singulares”, una figura gramatical “que es aquella –apostilla el autor– a la que apelan quienes desean hacer extensivas al prójimo sus propias deficiencias”. Un ejemplo, que explica el origen del hallazgo, aclara el término pocas líneas después:

“De cómo vine en descubrir el plural-singular lo explicaré brevemente. Hace bastantes años, un amigo me dijo: ‘A nosotros ya no se nos sube’. Como yo acababa de pasar la noche con su mujer, naturalmente deduje que al que no se le subía era a él. Deducción fácil y mal llevada por su mujer”.

Si me hubiera hablado alguna vez del plural-singular, del que me entero por sus memorias, le hubiera dicho a JB que tiene otro ejemplo con ATLÁNTICA XXII, de la que ambos fuimos fundadores, al igual que Lola Lucio. La revista es plural precisamente porque lo somos sus fundadores, un grupo de profesionales diversos, también en sus ideologías, entre la que no falta la socialista. Y también es singular por semejante origen y modelo de gestión.

Como sus promotores no encontramos editor que apostara por nuestro proyecto, aquel grupo asumió ese papel con su propio dinero, por lo que ATLÁNTICA XXII es, en este mundo mercantilizado y en este sector tan controlado por grandes poderes, una auténtica rareza. Montamos entre todos una empresa porque era imprescindible, pero en realidad no hay gestión empresarial alguna sino una redacción entusiasta y competente que lleva casi ocho años haciendo posible este milagro bimestral mediático, que tiene una legión de fieles seguidores y un bien ganado reconocimiento nacional.

He de reconocer que cuando nacimos hasta algunos de los nuestros dudaban de que pudiéramos pasar de cuatro o cinco números. Pero estamos preparando el 48 con la misma ilusión que el primero. Somos uno de los más veteranos entre los medios emergentes y las ideas con las que nacimos, que entonces podían parecer extravagantes, son hoy realidades o demandas unánimes en la sociedad española.

Eran los ideales del 15-M, coincidentes con el espíritu y la línea editorial e informativa de esta revista, muy anterior a aquella rebelión cívica esencial en la historia reciente de España: democracia participativa, lucha contra la corrupción, rescate de un Estado secuestrado por los partidos y por poderosos grupos de intereses, meritocracia en las Administraciones públicas, justicia social…

La independencia se paga y en medios de comunicación es a través de la publicidad institucional. Baste decir que del último año con datos disponibles, el 2014, de más de cinco millones y medio repartidos en publicidad institucional en Asturias, esta revista recibió 1.700. El veto es total por parte de las dos grandes instituciones autonómicas, los grandes financiadotes de los medios por esta vía, que sigue siendo un “fondo de reptiles”: Principado y Junta General.

A ATLÁNTICA XXII la sostienen sus escasos anunciantes, entre ellos grandes Ayuntamientos como Oviedo, Gijón, Langreo y Mieres, pero sobre todo la ciudadanía, a través de las ventas y especialmente de las aportaciones de sus más de 800 suscriptores.  A esos apoyos añaden otros en campañas especiales. Ahora estamos con la segunda por una injusta condena judicial, al admitir parcialmente un recurso por una de las múltiples denuncias de UGT la Audiencia de Oviedo. La primera sirvió la dignificar esta web.

Cuando redacto estas líneas, para obtener 10.000 euros que nos sirvan para hacer frente a la condena y al recurso al Tribunal Supremo, de la campaña en marcha se lleva recaudado el 75% y nos quedan seis días por delante.

Juan Benito ponía otro ejemplo de sus plurales-singulares: “Tú y yo no estamos ya para esos trotes”. En ATLÁNTICA XXII seguiremos trotando a nuestro ritmo, que tanto molesta a los enemigos del periodismo libre, mientras nos siga empujando el aliento de la ciudadanía crítica. Quedan seis días para confirmar que no cesa.

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