
José Ángel Fernández Villa en la marcha minera a Madrid con otros sindicalistas del SOMA. Foto / Marcos Martínez.
José Ángel Fernández Villa no acudió esta mañana, como estaba previsto, a la comparecencia a la que había sido citado en la Junta General del Principado para explicar el origen de su fortuna oculta de 1,4 millones de euros. Alega problemas de salud.
Su incomparecencia provocó una gran trifulca entre los diputados del PSOE y los del resto de los partidos de la oposición, especialmente los del PP, que acusaron a los socialistas de tapar el Caso Villa. El PP pretendía hacerle llegar a Villa en su casa un cuestionario con preguntas.
Mientras se producía en el Parlamento autonómico lo que IU calificó de “bochorno y lamentable espectáculo”, se conocía, por el digital de La Nueva España, que también una hija del ex presidente del Montepío de la Minería, José Antonio Postigo, ingresó más de 50.000 euros en un banco acogiéndose como su padre y como Villa a la amnistía fiscal del ministro Montoro.
Patricia Postigo será despedida por ello del Montepío, donde la había colocado a dedo su padre, como a otros parientes. La mutua era un cortijo de su ex presidente, que no abre la boca desde que se conoció su relación con el Caso Villa. Para el SOMA-UGT la coordinación entre Villa y Postigo está clara.
La larga carrera sindical de Villa finalizó en 2012 tras el fracaso de las movilizaciones mineras que lideró y justo ese año tanto el ex secretario general del SOMA como su mano derecha, José Antonio Postigo, ingresaron en el mismo banco su fortuna oculta. La estrategia que marcó Villa en aquel conflicto fue errónea y suicida, con huelgas, encierros en los pozos y enfrentamientos con la Policía en los primeros compases, algo que desgastó a los mineros, a pesar de la ola de solidaridad que despertó entre la ciudadanía la marcha a pie hasta Madrid desde Asturias y León.
El colofón de aquella marcha minera, recibida con entusiasmo en Madrid, también fue polémico y ahora levanta algunas suspicacias. Fue Villa el que abortó el plan de los mineros para iniciar una acampada en la capital española. Que en aquellas mismas fechas Villa y Postigo depositaran en el banco sus fortunas ocultas acogiéndose a la amnistía fiscal del PP, que tanto criticaban públicamente, causa estupor ahora en la familia minera. Y es una coincidencia que ahora resulta realmente sospechosa en relación al fin de lo que pudo ser la última movilización minera de la historia de España. Jaime Santos lo cuenta a continuación.
El comandante Villa mandó a parar
Jaime Santos / Periodista.

La marcha minera de 2012 entrando en Madrid. Foto / Marcos Martínez.
Son muchos los sindicalista que acusan directamente a José Ángel Fernández Villa del fracaso de la movilización minera de 2012, que culminó con una marcha gloriosa por la calles de Madrid pero que terminó abruptamente. Mariano Rajoy no solo no retiró su recortadísimo Plan del Carbón de los presupuestos, sino que apenas le cambió una coma.
El delegado de CCOO en la mina de Cerredo (Asturias), Omar García, recuerda que en la comarca asturleonesa del carbón “la figura de Villa había perdido mucha fuerza en los últimos años. Era visto como uno que llegaba del centro y con prepotencia nos decía lo que teníamos que hacer. Durante la organización de la Marcha de 2012, Villa intervino en pequeños detalles que crearon un mal ambiente entre las centrales, pero lo gordo es otra cosa. Tras la llegada a Madrid estaba prevista una acampada en las inmediaciones del Congreso, habíamos movilizado a muchos compañeros para que llevaran equipo de acampar. Entonces recibí una llamada diciéndome que se suspendía la campada porque el viejo, Villa, no lo veía”.
Segundo Menéndez Collar, que acudió con el sindicato CSI a la marcha minera, recuerda la emoción que se vivió en aquella legada al Madrid post 15-M, en la que un miles de ciudadanos salieron a la calle apara recibir a los mineros del Norte. “Fue algo increíble, daba la sensación de que en aquel momento cualquier cosa podría suceder. Pero aquella noche murió todo -recuerda este minero prejubilado-, llamó el comandante y mandó a parar. Me apuesto la cabeza a que a Villa lo pararon amenazándole con sus trapos sucios, como los 1,4 millones del colchón”.
Jose Gonzalez
miércoles, 5 noviembre (2014) at 21:25
De todos los personajes repugnantes que uno va conociendo a lo largo de la vida, los que más asco me producen son los que medran a base de traicionar a los suyos. Que quienes se consideran de una estirpe superior traten de explotar, engañar y envilecer a sus supuestos súbditos, como hace una buena parte de la derecha en el gobierno, es comprensible, por más que sea inadmisible. Al fin y al cabo es consecuencia de su ideología filofascista. Pero que quien sale de entre aquellos a los que dice representar y defender, aquellos que depositan en él su confianza y le son leales, resulte ser un traidor ideológica y materialmente, que se comporte como un cacique y un avaro, enriqueciéndose a costa del dinero de todos, eso es digno de la mayor de las repulsas. Como no soy creyente, espero que disponga de una larga vida y pague duramente y durante mucho tiempo por el daño que ha hecho a sus compañeros y a su tierra.