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Atlántica XXII

Humorista gráfico, profesión de riesgo

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Humorista gráfico, profesión de riesgo

El acto contra los atentados en París y en defensa de la libertad de expresión contó con numeroso público. Foto / Alex Piña.

El acto contra los atentados en París y en defensa de la libertad de expresión contó con numeroso público. Foto / Alex Piña.

“Sabía que la de humorista gráfico es una profesión de riesgo, pero parecía cosa de fuera y de regímenes totalitarios, y el atentado en París contra Charlie Hebdo nos ha hecho ver que es algo que también puede suceder aquí en Europa. Ha sido un shock, le veo una solución difícil”, dijo ayer el dibujante de prensa Neto en el transcurso de la mesa de testimonios organizada por la Alianza Francesa de Oviedo en el Museo de Bellas Artes de Asturias como rechazo a los atentados de París y en defensa de la libertad de expresión.

El acto, titulado “Lápices contra las armas”, se realizó por indicación de la Embajada francesa en España y en él participaron el director de ATLÁNTICA XXII, Xuan Cándano, los también periodistas Javier Cuervo y Ceferino Vallina, este último en representación de la Asociación de la Prensa, y el fotógrafo Jesús Díaz, representante de la Asociación Profesional de Fotoperiodistas Asturianos (APFA). Coincidió con otros encuentros similares desarrollados al mismo tiempo en distintas ciudades españolas y al menos el de Oviedo contó con vigilancia policial y un furgón colocado en la puerta.

Para Neto, “el humor es distorsión, y hacen falta muchas claves culturales para entenderlo. Me da sudores fríos pensar que el primer dibujo de Mahoma que suscitó la polémica, en el que aparecía con una bomba en el turbante, ya lo había hecho yo cuatro años antes, aunque sin referencia explícita al profeta. Eso sí, el humorista danés enfatizó la blasfemia, al resaltar el tabú de representarlo. Y por fortuna nadie llevó un ejemplar de La Voz de Asturias a El Cairo. Se ha perdido el punto de respeto mutuo y el miedo puede suscitar la censura y la autocensura. Estamos en una guerra de ideas que no sé dónde va a acabar”.

Por su parte, Xuan Cándano aseguró que, “aunque a los de ATLÁNTICA XXII nos dicen que somos una revista muy valiente, yo jamás me atrevería a hacer lo que hace Charlie Hebdo”. Destacó el gesto provocador que el director de la publicación, Charb, les hizo con el dedo a sus asesinos antes de que éstos empezaran a disparar y que consideró “toda una declaración de intenciones” y se declaró afrancesado y seguidor del ideal republicano francés, “como todos los demócratas”. “Tenemos que estar preocupados. Lo que ha ocurrido puede suponer una regresión en las libertades”.

Propuso un “pacto”, no una alianza entre civilizaciones -“esa tontería que se le ocurrió a un mal gobernante”-, y afirmó que “no podemos retroceder un milímetro en las libertades”. En referencia al nuevo pacto antiterrorista en España, consideró que “el Estado va a sacar su cara de ogro, cuando lo que se necesita es justo lo contrario. Nos van a considerar terroristas a todos los disidentes, colocándonos en la otra trinchera. Espero que la sensatez se imponga y nos ilumine Charb, allí donde esté”.

Portada del último número de Charlie Hebdo, publicado después del atentado.

Portada del último número de Charlie Hebdo, publicado después del atentado.

Javier Cuervo hizo hincapié en un género, la sátira, que demuestra que la libertad de expresión genera conflictos. “Dios ocupa muchísimo espacio, incluso en las cabezas de los que no quieren. Lo que han hecho ahora es matar a alguien que creía que Dios es un personaje de ficción. Hasta hace un siglo la opinión había que defenderla en Europa incluso con la vida, pues la sátira, para que funcione, se ha de ejercer contra el poderoso. Y es un problema de imágenes, contra el que se revuelven los iconoclastas. La imagen los descoloca. La sátira necesita ir dilatándonos en nuestras concepciones y por eso, a pesar de lo que se ha venido escuchando en estos días, casi nadie es Charlie, porque su humor bestia nos descoloca a todos”.

Ceferino Vallina instó, en representación de la  Asociación de la Prensa, a “no ceder en la libertad” y recordó que en algunos países de oriente medio siguen los ataques, como resultado de “un sistema de Estado que no ha evolucionado” y que no separa poder político y creencia religiosa. Subrayó la “escasa movilización” que ha habido en España con respecto a los atentados de París, a pesar de actos como el de ayer, y señaló el riesgo ya citado de autocensura, cuando la libertad de expresión tiene unos límites muy claros marcados por el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen tutelados por los tribunales. “Si uno piensa que va a ofender cuando opina, viviríamos en silencio”. Y, en un tono más esperanzado, concluyó diciendo que “la libertad no tiene marcha atrás”.

Finalmente, el fotoperiodista Jesús Díaz se preguntó en voz alta si entre nosotros hay verdadera libertad de expresión y de información y su conclusión es que no, puesto que “el poder siempre coacciona”. Aun así, aseguró que “lo que ha pasado en Francia es muy doloroso” y es producto de “un choque cultural”. “Tengo familia que vive allí y sé que hay problemas entre las múltiples culturas. Si aquí es difícil ejercer la profesión de periodista, me imagino con qué límites pueden trabajar en el país vecino”.

Cerró el acto la directora de la Alianza Francesa de Oviedo, Sabrina Clemente, que al comienzo ya había dicho que “hay que resistir las tentaciones de venganza”, y pidió a los humoristas gráficos y a los periodistas en general que “no dejen de molestar, porque la crítica y la impertinencia equivalen a salud democrática”.

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