
Gregorio Morán ayer, durante la presentación de su libro en Gijón. Foto / Marcos León.
“En España la corrupción periodística es absoluta”, dijo la pasada noche en Gijón el escritor y periodista Gregorio Morán, durante la presentación de su libro El cura y los mandarines ante un centenar de personas que asistieron a un acto organizado por la Sociedad Cultural Gijonesa en el Colegio Jovellanos. En relación a la publicación del libro por la editorial Akal, tras rechazarlo Planeta cuando estaba a punto de ser imprimido por no suprimir un capítulo referido a Víctor García de la Concha, Morán sostuvo que “si se decide que un libro no existe, no existe sin más: lo que no sale en el papel ni en la televisión no existe para la ciudadanía”.
Pese a ello su nuevo libro va por la tercera edición al poco de salir a la calle, en opinión de su autor porque “hay un rechazo a la ortodoxia, la gente está harta, por eso un libro así puede funcionar”.
Morán, colaborador de ATLÁNTICA XXII, piensa que “la censura económica es mucho más eficaz que la política” y que hay temas tabú. “¿Quién va a hacer un libro sobre las eléctricas?”, se preguntó. Y para explicar “el silencio” que caracteriza a este paisaje social y cultural en España, el escritor ovetense puso un ejemplo: “Las grandes empresas financian los suplementos culturales de los medios en España”. Detalló que los medios “están todos quebrados, todos los que tienen una televisión están en la ruina”. “Y con esas deudas, ¿quien echa pulsos?”, reflexiona.
El autor de El cura y los mandarines observa que “ahora todo el mundo tiene un interés morboso en esas páginas”, en referencia a las que aluden al ex presidente de la RAE Víctor García de la Concha, pero piensa que “es más importante el análisis sobre el periódico El País como fracaso intelectual colectivo”. Y resumió en una frase la evolución de la cultura en España desde 1962 a 1996, el periodo que analiza su obra: “La inteligencia en España en los 60 es radical, en los 70 moderada, en los 80 conservadora y en los 90 institucional”.

Numeroso público asistió a la presentación en el Colegio Jovellanos, a cargo de Jerónimo Granda. Foto / Sociedad Cultural Gijonesa.
La presentación del músico Jerónimo Granda, buen amigo de Morán, fue delirante y ocupó una hora, frente a los 20 minutos (más el coloquio) que duró la intervención del autor del libro. Granda arrancó continuas risas y carcajadas con su peculiar lectura del libro y de la evolución de la cultura española. El cura y los mandarines le recuerda a Guerra y paz porque “tiene 1.700 personajes y se lee con la misma facilidad”, pero también a El Padrino, aunque esta obra referida a la mafia le resulta comparada con la de Morán “un chiste”. El libro de su amigo lo ve “con muchas maldades” y lo resumió con un par de frases en relación al oportunismo y el arribismo de sus protagonistas, que son los de la cultura española contemporánea. “Es una ascensión de hormigas a ver quién llega la primera, se ve a los escritores babándose en el poder”.
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