La Plataforma C1 Ya reclama que se reconozca la formación de auxiliares de enfermería, farmacia o geriatría y pide mejoras salariales de unos 300 euros mensuales
Protesta del pasado mes de diciembre por la categoría C1.
Consideran que su trabajo es fundamental en hospitales o geriátricos y que son la base de servicios como la ayuda a domicilio y la atención a las personas discapacitadas. Y piden que se les reconozca de una vez por todas la categoría (y los beneficios que lleva aparejados) que deberían tener desde 1995, cuando se estableció el ciclo formativo de grado medio que les capacita para el ejercicio de sus funciones.
“En España puede haber en torno a medio millón de personas afectadasentre técnicos auxiliares de enfermería, técnicos de farmacia, técnicos de emergencias sanitarias, sociosanitarios, gerocultores…”, destaca Javier Madrazo, secretario de la Plataforma C1 Ya, que revindica que todos estos sectores suban una posición y dejen atrás el subgrupo C2, en el que solo se reconoce el Graduado Escolar o la Educación Secundaria Obligatoria. “Somos un colectivo muy amplio. Trabajamos en hospitales, en residencias, en atención domiciliaria, a quienes trabajan con personas con discapacidad”, resalta antes de añadir que en Asturias habría decenas de miles de profesionales afectados, la mayor parte de ellos en el Servicio de Salud del Principado de Asturias.
Tanto por el número de trabajadores como por el tipo de funciones que desempañan, muy ligadas a los cuidados y supervisadas por profesionales de categoría superior como los enfermeros, los técnicos agrupados en el C1 se consideran el “pilar básico de la sanidad”. Una condición que esgrimen como causa principal para reclamar que termine el “bloqueo” en el que su situación lleva 24 años.
“Tenemos calculado que la falta de reconocimiento de la categoría supone unas pérdidas salariales de unos 300 euros al mes”, destaca Javier Madrazo, que desde hace 23 años trabaja como técnico de enfermería en Cantabria y cuanta con un ciclo formativo que justifica su reclamación de pasar a la categoría C1. Una diferencia que, apuntan los afectados, tendría un enorme impacto mes a mes y también a la hora de la jubilación.
El secretario de la plataforma relata, además, que desde primera hora este tipo de trabajadores realizan funciones fundamentales como el aseo y la alimentación de los pacientes o la limpieza del instrumental. Y que sirven de apoyo a los celadores, por ejemplo, a la hora de levantar a las personas ingresadas. O a las enfermeras a la hora de realizar las curas y administrar la medicación. Y eso en los centros públicos, donde la cantidad de personal es mucho mayor. «En los centros privados se multiplican las tareas, hacemos prácticamente de todo. No se cumple la ratio y hay poco personal», denuncia.
Para que se escuchen sus reivindicaciones, están tratando de generar un movimiento reivindicativo en toda España que tuvo su primera protesta el pasado 13 de diciembre frente al Congreso de los Diputados. En el interior se discutía una Proposición No de Ley (PNL) para dar respuesta a sus demandas que, sin embargo, fue rechazada. Pero la Plataforma C1 Ya, formada por quienes se consideran los grandes olvidados de la sanidad, no se da por vencida. Y sus miembros siguen trabajando para tratar de sacar adelante un calendario de movilizaciones que les permita poner fin a un cuarto de siglo de espera por una mejora salarial.
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