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‘El Árbol’ de Llaranes: un conflicto plagado de irregularidades
Los 30 trabajadores de la tienda El Árbol de Llaranes ven peligrar sus puestos de trabajo ante el rechazo de la SEPI a firmar un nuevo contrato de alquiler. En un proceso repleto de sospechas el organismo busca un acuerdo con el grupo Vegalsa-Eroski pese a que la oferta de la compañía DÍA es mejor

Entrada principal de la tienda de Llaranes. / Foto: Carlos Álvarez,
Carlos Álvarez Rodríguez | Periodista
“Esta carta la escribimos 30 trabajadores; 30 personas que llevamos 2 años viendo como nuestro puesto de trabajo y el único sustento para la mayoría de nosotros corre peligro y ese peligro se lo debemos a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)”
Son las primeras líneas de las cartas que los trabajadores del supermercado Árbol de Llaranes, en Avilés, han enviado a numerosos directivos, sindicatos y políticos a nivel nacional, regional y local. Unas misivas que han llegado incluso a tres ministerios, al Secretario General de la FSA y a la presidencia del SEPI y han obtenido, salvo contadas excepciones, el silencio por respuesta.
Para comprender el origen de este problema es necesario remontarse a octubre del año 1995. Fue entonces cuando la SEPI firmó el alquiler del local, antiguo Economato de ENSIDESA, a la empresa Árbol, hoy en día integrada en la compañía de supermercados DÍA.
Un contrato por veinte años que venció en octubre de 2015, momento en que ambas entidades, DÍA y SEPI, comenzaron las negociaciones para la firma de un nuevo acuerdo. Entre tanto, tres prórrogas. La primera hasta el 31 de agosto, la segunda hasta el 6 de noviembre y la tercera hasta el 30 de diciembre. Negociaciones que no llegaron a buen puerto y terminaron con la extinción definitiva del acuerdo el 29 de febrero de 2016.
Dicen los trabajadores afectados que esa fue la fecha en la que comenzó su pesadilla. Una pesadilla de la que aún no han podido despertarse. “Estamos desesperados, llevamos aquí toda la vida, la que menos llevo soy yo y llevo 18 años, los demás 23”, explica Marta Menéndez, empleada de la tienda.
Es en ese momento de la historia cuando se conoce al tercer actor implicado. El grupo gallego Vegalsa, participado al 50% entre la familia Ventura González y el grupo vasco Eroski, entra en escena con una oferta superior por el local, a lo que DÍA responde, denuncian los empleados, con una mejor oferta económica por el alquiler que alcanzó los 8.000 euros, el compromiso de una inversión superior al millón y medio de euros en las instalaciones y la inclusión de una indemnización al grupo gallego.
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Una suculenta oferta que incluía además la restauración de los descuentos a los trabajadores de la antigua ENSIDESA, de los que se beneficiaban en el servicio de Economato y que tiene paralizados la SEPI, denuncian los empleados del Árbol de Llaranes, con la única intención de perjudicar el día a día de la tienda. “Este local es una mina de oro; van a abrir un Mercadona pero ahora mismo no hay ningún otro supermercado por aquí, por eso el volumen de ventas es brutal”, explica Marta Menéndez, empleada de la tienda.
La oferta al completo fue rechazada en la reunión que tuvo lugar en Madrid en junio de 2018. En ella estuvieron presentes las dos partes las partes. En representación del organismo público asistieron Javier Loriente y Eduardo Riesco, director y asesor jurídico respectivamente de COFIVACASA, una sociedad instrumental liquidadora de varias sociedades y que es propiedad de la SEPI. Por el grupo DÍA, Gustavo Sánchez, director nacional de expansión de La Plaza de Día, y Leticia Polo, directora de expansión de La Plaza de Día en el norte. “Allí el grupo DÍA planteó un posible subrogación de la plantilla pero no hubo respuesta”, explica una de sus empleadas, Alicia Nuevo. La reunión se saldó con un cruce de denuncias entre ambas partes.
IRREGULARIDADES EN EL PROCESO
Pero las irregularidades no se quedan ahí. “Se trata de un local público y no ha salido a concurso en el BOE o el BOPA, mientras que el local de correos que hay aquí, que también les pertenece, sí que fue sacado a concurso” explican las trabajadoras.
Aunque no son más que suposiciones de los propios empleados, sospechan que existen más intereses económicos detrás de esta decisión. Según los trabajadores, Ensidesa dejó de poner su parte para los descuentos como medida de presión. “Forman parte del mismo grupo, de COFIVACASA, y en él trabajan hijos de dirigentes sindicales”, explica Alicia Nuevo.
Ahora empleados, grupo DÍA, grupo Vegalsa y SEPI se mantienen a la espera de la respuesta del Tribunal Supremo. Los afectados no comprenden la actitud del gobierno socialista, que de acuerdo con la Ley 5/1996 nombra a propuesta del Ministerio de Hacienda los cargos de presidencia, vicepresidencia y vocales del Consejo. “El PSOE de obrero no tiene mucho en esta institución: se desvinculan de nosotros y les importa un pimiento nuestro futuro”, denuncian en sus cartas unos trabajadores que no comprenden como el organismo público es capaz de poner en peligro el sustento de 30 trabajadores por 500 euros de diferencia entre las ofertas.
Sus sospechas se centran en la falta de transparencia en el proceso de adjudicación y en lo que consideran una serie de incongruencias en el proceso. ¿Por qué la SEPI llega tan lejos para gestionar la renta de este local que pasa desapercibido e insignificante por su volumen de ventas? ¿Por qué le ofrecen el local al grupo Vegalsa? ¿Por qué no poner una clausula en el contrato de arrendamiento o adjudicación en donde el nuevo operador tenga que asumir la subrogación de los trabajadores? Son las preguntas que los empleados del Árbol de Llaranes se hacen.
La única contestación de la SEPI, aseguran los trabajadores, llegó a través de una escueta y simple carta en contestación a la pregunta formulada en el Congreso de los Diputados.
En sus cartas los afectados recalcan la misión de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales es rentabilizar sus participaciones empresariales y orientar todas sus actuaciones atendiendo al interés público. Aseguran que desde el PSOE, a través de la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, y del Consejero de Empleo, Isaac Pola, lo único que les han transmitido es que la SEPI tendrá sensibilidad social con nosotros y que intentaran no perjudicar los intereses de los trabajadores. “Nosotros no comemos de eso, una vez que tengan una sentencia en la mano no se van a acordar de nosotros”, denuncian.
“Sabemos perfectamente que los trabajadores no tenemos vinculación laboral directa con la SEPI, pero si indirectamente y estamos informados de que este proceso judicial se puede parar llegando a acuerdos”, explican en sus comunicados.
APOYO VECINAL
Alicia Nuevo López, portavoz de los trabajadores afectados, asegura que la falta de apoyo se deja notar también desde los sindicatos. “Cuatro fotocopias, venir a sacarse la foto y nada más”, reprocha la portavoz. Aunque desde CC.OO. sí han mostrado su apoyo, desde UGT, explica Nuevo López, también les han dado la espalda por decir en prensa que no comprenden la postura del sindicato.
Con lo que sí cuentan es con el apoyo del barrio de Llaranes, asociaciones de vecinos y algunos partidos políticos que han logrado recabar más de 7.000 firmas que fueron enviadas a la anterior presidenta de la SEPI. Una cifra muy importante si se tiene en cuenta que la población de este barrio avilesino apenas supera los 6.000 habitantes.
“Nos hemos manifestado en numerosas ocasiones y la respuesta es que hay que esperar a una sentencia judicial”, dice su portavoz. Algo con lo que no están de acuerdo. “Llevamos dos años así y cuando dicten sentencia nadie se va a acordar de nosotros y se olvidaran de la sensibilidad social que dice la SEPI que tendrá”, concluye.
Mientras esperan por un final que ven más que complicado, continúan con sus habituales concentraciones en las que recorren el trayecto desde la tienda hasta la plaza de Llaranes, donde se encuentran las oficinas de COFIVACASA.
Haremos manifestaciones, concentraciones y todo lo que haga falta para que la gente nos escuche y conozcan la situación en la que nos encontramos y como hemos llegado a ella. Por todo ello creemos necesario y nos merecemos que accedan a reunirse con nosotros, puesto que está en sus manos nuestros puestos de trabajo.
Esperando su respuesta.
LOS 30 TRABAJADORES DE EL ÁRBOL.
Así concluyen su carta. Esperando respuesta.
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