Cultures
Artistas en el campo sostenible

Los componentes de Re.colectivo en una captura fotográfica del vídeo «Nuevos pobladores del Medio Rural», de Noé Baranda, Cabranes, 2012.
Desde hace unas décadas, la producción artística contemporánea vive un giro ecológico y social que se manifiesta en proyectos de retorno a lo rural de los que son buen ejemplo tres iniciativas recientes surgidas en Asturias y León.
Lorena Lozano / Artista e investigadora.
Los discursos del arte y la ciencia son importantes productores de conocimiento e historias públicas sobre el paisaje. En el discurso científico, el paisaje se relaciona con la biodiversidad y la sostenibilidad, conceptos ligados a aspectos ecológicos y económicos y considerados clave en la gestión de la vida y el bienestar de los seres humanos. Mientras que la biodiversidad es el grado de variación de las formas de vida y la herencia genética de determinadas especies, ecosistemas, o biomas, la sostenibilidad es el grado de inteligencia y explotación eficiente de los recursos naturales. Pero la biodiversidad va, además, de la mano del conocimiento local, e integra las manifestaciones culturales ligadas a un ecosistema particular, es decir, el conocimiento popular que los humanos han desarrollado a lo largo de la historia y que está basado en su relación estrecha con el entorno. Esta biodiversidad cultural incluye creencias, mitos, sueños, leyendas, lenguaje y actitudes psicológicas; o lo que es lo mismo, gestión, explotación, disfrute y comprensión del ambiente natural.
Las transformaciones sociales y culturales y los avances científico tecnológicos modifican aceleradamente el paisaje y ese sueño mitológico de equilibrio y acuerdo entre hombres, mujeres y sus necesidades, la llamada gestión sostenible, no llega a alcanzarse. Las consecuencias de la crisis ecológica se reflejan de forma particular en los territorios rurales, allí donde se localizan los mayores y más importantes acervos de biodiversidad. En Europa, el medio rural sufre la presión de la urbe y da paso a áreas metropolitanas de segunda residencia y descanso, lo que genera relaciones urbano-rurales nuevas. Los usos del medio cambian y la función ya no es solo la producción de alimentos, también se producen variedad de paisajes y otros materiales para las zonas urbanas: suelo, agua, áreas verdes, bienes manufacturados.
En el caso de España, desde el siglo XX, los planes estatales de desarrollo industrial aplicados al campo, las políticas de conservación de la naturaleza y la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea han venido guiando el desarrollo del medio natural y agrario. Hoy vemos cómo el modelo económico basado casi exclusivamente en el desarrollo agroganadero o silvícola fracasa y las pequeñas empresas familiares dan paso a explotaciones grandes de un solo propietario basadas en el monocultivo. Ninguna de las medidas estatales posee una perspectiva integral, ni histórico-cultural, y no incluye la activación de las economías agroecológicas a la par que el desarrollo rural y la conservación del patrimonio cultural y natural.
También el modelo de reproducción social está en crisis. El éxodo a las ciudades y el envejecimiento de la población, la ausencia de generación soporte, el alto índice de masculinización y de población dependiente, las diferentes oportunidades de movilidad, el analfabetismo digital, el declive de la explotación familiar y la ambigüedad el rol de las mujeres como “ayudas familiares” son algunas características sociodemográficas más comunes del campo español. A esto se le suma la reciente amenaza sobre los consejos de vecinos en algunas localidades, lo que pone de relieve la importancia de la gobernanza y la participación en la gestión y distribución de los recursos y saberes. En este sentido, la educación jugó un papel clave en el éxodo a la ciudad. Las manifestaciones culturales más importantes de las culturas campesinas se basaban en la fiesta y la asamblea y los seminarios y colegios religiosos fueron los centros de enseñanza en el medio rural durante largo tiempo. Los modelos de escolarización durante el régimen franquista y posterior promovieron una idea de modernización y urbanidad como categoría de progreso y desarrollo, lo que supuso una ruptura con el entorno rural de las generaciones más jóvenes, la llamada huida ilustrada, que conformó identidades marcadamente urbanas y la cultura de desarraigo del campo.
Nueva relación con la naturaleza
Así como desde la ciencia, desde el discurso del arte se ha forjado una cultura del paisaje muy particular. A través de la lente estética, artistas, pintores, escultores y directores de cine han representado los sentimientos y significados inspirados por un paisaje a lo largo de la historia. Son ilustraciones históricas y representaciones que ponen de manifiesto la lucha por el control sobre el mundo natural. Su apreciación estética descansa sobre los modelos del jardín inglés, una visión romántica que no concuerda con la realidad. Estas representaciones de los paisajes están muy lejos de parecerse a los paisajes reales, los vividos cada día, paisajes degradados, ruinas industriales, periferias metropolitanas….
Sin embargo, más allá de las representaciones de la naturaleza y el paisaje, la producción artística contemporánea trabaja también en la creación de nuevos imaginarios de relación con la naturaleza y ya no solo crea realidades imaginarias a una escala escogida por el artista. Desde los años sesenta, a la par de los movimientos ambientalistas, se ha venido viviendo un giro ecológico y social en la sociedad que en el ámbito del arte y la creación contemporáneos se manifiesta en la producción de imágenes, representaciones y proyectos que interpretan cuestiones sobre biodiversidad y ecología en conexión al cambio social. Algunos proyectos cuestionan temas relacionados con la biotecnología, mientras que otros surgen de la hibridación de prácticas que usan espacios verdes en las ciudades o re-apropian espacios rurales con infinidad de propósitos.
Herbarium, Proyectos Artísticos Casa Antonino PACA y Re.colectivo son solo tres ejemplos de iniciativas emergentes e interesantes que surgen desde el medio rural y dan cuenta de que la ciudad y lo urbano no son ya los únicos ámbitos en los que se desarrollan actualmente las manifestaciones artísticas más relevantes. Las prácticas artísticas juegan un papel clave en el desarrollo sostenible, especialmente en la comprensión del medioambiente natural y en la necesidad de cultivar las aptitudes tecnológicas apropiadas. Así como la biodiversidad no se refiere solo a la naturaleza orgánica, sino que incluye necesariamente la biodiversidad cultural, la sostenibilidad no se refiere solo a la explotación de los recursos naturales, también se refiere a la capacidad de adaptación al cambio, lo cual es una habilidad que caracteriza a los artistas en la incierta economía del conocimiento. Las iniciativas descritas son formas de habitar el medio rural que vinculan actuaciones locales con globales y suponen un tipo de ocupación del entorno rural diferente a la internacionalización de tipo económico de grandes empresas, y a la mano de obra para el campo. Además, re-usan espacios más allá de la preservación de edificios, considerando la reconstrucción del propio lugar como el proyecto; fomentan la participación a través de procesos de identificación e implicación en el entorno; trabajan en red, entretejiendo el territorio y vinculando iniciativas locales, intercambiando información, ideas y metodologías; manejan las nuevas herramientas informáticas y reinterpretan las tecnologías más tradicionales de relación con el entorno, estableciendo así un diálogo entre las nuevas y las no tan nuevas tecnologías.
En suma, son iniciativas que generan toda una serie de prácticas culturales alternativas a los programas públicos institucionales y crean una nueva escena de organización social. Proponen alternativas al cambio y crean un vínculo entre el mundo del arte y la realidad sociopolítica, estableciendo estrategias de representación cultural vinculadas a la realidad social rural de hoy día y reconstruyendo formas de conservar y legar “lo común”. Su significado social reside en su potencial de ser el motor de un tejido de redes instituyentes de nuevas economías y culturas alternativas y en su capacidad de reafirmar a la naturaleza como algo necesario para la experiencia humana.
Algunas ideas de este artículo están inspiradas en los trabajos de investigación de Esparcia y Buciega (New rural-urban relationships in Europe: A comparative analysis, Universidad de Valencia, 2005), Izquierdo (La casa de mi padre, KRK, Oviedo, 2012) y Benito Lucas (“Despoblación, desarraigo y escuela rural: condenados a encontrarse”, en Encrucijadas nº 6, 2013).
Herbarium, reinterpretación de la flora local

Mujeres trabajando en el proyecto Herbarium en la Fundación Cerezales Antonino y Cinia en 2013. Foto / Lorena Lozano.
Herbarium propone una aproximación a las formas de comprender e interpretar la naturaleza, el paisaje y el mundo vegetal, a través de la ciencia, el arte y el conocimiento popular. El proyecto se ha desarrollado durante 2013-14 en el marco del programa de etno-educación de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia en Cerezales del Condado (León), con una pequeña actuación en la Granja Escuela Cando (Villafranca del Bierzo) y el promotor es la plataforma ecoNodos, un operador cultural que trabaja en el ámbito de la ecología y la comunicación en Asturias. Es un proyecto itinerante en el medio rural que construye un herbario en colaboración con grupos locales de trabajo. Los objetivos son el intercambio de conocimientos, la interpretación del entorno y su redefinición, atendiendo a las especies vegetales y el contexto cultural y social en el que crecen. Los colaboradores están invitados a interpretar la flora local de acuerdo a sus propias subjetividades, memorias y usos, además de buscar formas de representación propias. El proyecto maneja una idea de lo común que van más allá de la supervivencia, trabaja en la reconstrucción del tejido social que ha sido empobrecido por la globalización. Se documenta y archiva en una base de datos de acceso público que organiza conocimiento científico, popular y diferentes formas de representación de las plantas y que pretende ser una herramienta y un espacio virtual de aprendizaje sobre los discursos de la biología y la vida.
Re.colectivo, proyecto de revitalización rural
Re.colectivo se define como un proyecto de revitalización rural y es un equipo interdisciplinar de creadores procedentes del entorno urbano de Barcelona y Madrid, que se propusieron hace tres años vivir en el campo y desarrollar un proyecto de convivencia. Desde 2012 están afincados en Camás, Santa Olaya de Cabranes, donde, además de una vivienda, han creado un espacio de encuentro y actividades. Trabajan desde cuatro ejes principales: la pedagogía crítica, el trabajo psicosocial, el arte y el diseño como herramientas reflexivas y comunicativas. Son nuevos pobladores del medio rural en conexión con el llamado movimiento neorrural y su mirada al paisaje viene del compromiso ambiental y de un discurso con marcada herencia de los movimientos ambientalistas. Promueven la alimentación y el consumo responsable y plantean mercados y modelos de intercambio y educación basados en valores tradicionales de vinculación del ser humano con la naturaleza. Proponen la creación sostenible de un modelo colaborativo de repoblación y reutilización del campo donde la autosuficiencia y la autoorganización son claves. Entre las actividades que organizan, destacan talleres de aprendizaje de habilidades artísticas, de cuestiones sobre salud, agricultura y otros aspectos de conocimientos del medio y los recursos, así como también ofrecen espacio para residencias de creadores de diferentes ámbitos.
PACA, microhistoria de la casería asturiana
Proyectos Artísticos Casa Antonino PACA es un proyecto cultural en la zona rural de Gijón, con sede en una antigua casería asturiana (“Casa Antonino”), situada en la aldea de Trubia (Abadía de Cenero). Está pensado como espacio de formación y creación artística a través de actividades como residencias artísticas, exposiciones, educación y talleres de arte. El proyecto se integra en redes regionales, nacionales e internacionales y planifica la colaboración con entes públicos y privados, artistas locales y asociaciones vecinales locales. La concepción del proyecto pone especial atención al estudio y valorización del entorno rural en el que está emplazado, una zona rural en proximidad a la ciudad que posee gran interés paisajístico, económico y cultural. Los promotores del proyecto, Virginia López y Giovanni Linterna, son una artista e historiadora del arte y un restaurador y conservador de obras de arte italiano y su objetivo es “vivir, estudiar, valorar, conservar, dinamizar y difundir el patrimonio cultural de la zona, entendiendo la cultura rural como cultura viva y no musealizada”. Destaca su idea de narrar la “microhistoria de la casería asturiana” a través de la investigación en la historia y memoria de Casa Antonino. El declive económico de la casería ha generado una pérdida de su dimensión social y cultural y el proyecto pretende re-conocer la importancia de la casería y su dimensión arquitectónica, histórica, económica y ritual. Un trabajo de “archivo” que recupera voces, datos y construye una cartografía de la situación de la casería en la zona.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 34, SEPTIEMBRE DE 2014

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