
El alcalde de Grandas de Salime, Eustaquio Revilla.
Con el inicio del mes de abril y el fin del tercer auto judicial que permitía el acceso al Chao Samartín a los arqueólogos y restauradores de la Consejería de Educación y Cultura, el alcalde de Grandas de Salime dio ayer un nuevo portazo en las narices al Principado en este castro prerromano.
Los restauradores de una empresa contratada por la Consejería no pudieron acceder al castro y sus trabajos quedaron de nuevo interrumpidos. Cultura apeló una vez más al juez David Ordóñez, del Juzgado Contencioso-Administrativo Número 4 de Oviedo, que previsiblemente emitirá un nuevo auto en los próximos días para permitir el acceso de los especialistas al Chao Samartín. Sería el cuarto. Todos los anteriores tuvieron un mes de vigencia, desde que el alcalde grandalés, Eustaquio Revilla, impidió por vez primera el acceso al poblado, tras sufrir desperfectos con los temporales de este invierno.
Este enfrentamiento entre el alcalde de Grandas y el Principado, ambos del PSOE, obligó a intervenir a la Guardia Civil para permitir el acceso del personal del Principado al castro.
Los restauradores contratados para trabajar en el Chao se dedican a la recuperación de las importantes pinturas romanas del siglo I aparecidas recientemente, una operación de gran complejidad técnica.
Es evidente que el pulso entre Revilla y la Consejería ya se ha saldado a favor del alcalde, que se siente apoyado por la inhibición del PSOE asturiano. Los planes de Cultura, que contemplaban visitas turísticas al castro tras los últimos descubrimientos y una Escuela de Arqueología, han sido aparcados indefinidamente ante la imposibilidad de desarrollarlos.
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