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Atlántica XXII

José Eugenio Sánchez: “Se escuchan balaceras, hay que seguir encendiendo el porro”

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José Eugenio Sánchez: “Se escuchan balaceras, hay que seguir encendiendo el porro”

José Eugenio Sánchez este verano en Oviedo. Foto / Iván Martínez.

José Eugenio Sánchez este verano en Oviedo. Foto / Iván Martínez.

Aunque obtuvo el Premio Internacional de Poesía de la Fundación Loewe a la Joven Creación en 1997 y el de Poesía Visual de Bilbao en 2004, el mexicano José Eugenio Sánchez (Jalisco, 1965) sigue siendo un poeta poco conocido en España, a pesar del reconocimiento literario que tiene en Latinoamérica. Locuaz y brillante, escupe palabras a la misma velocidad que muchos de sus paisanos descargan el arma, como si su capacidad de hilar el pensamiento estuviera sorteando las leyes físicas e intelectuales. Vive en Monterrey y lidera el trío musical de spoken word Un País Cayendo a Pedazos.

Carlos Barral / Promotor musical.

Su nuevo libro, Jack Boner and the rebellion, es un canto a la Generación Beat.

Los beats rechazaron la academia, la institución y fueron los primeros antinorteamericanos. Lucharon contra la guerra y el Gobierno aunque se han convertido en una de las corrientes estéticas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Además, está la terrible situación de México, la cual tiene que ser solucionada por una generación liberada de todos los tóxicos; mi intención era escribir para estos jóvenes.

En sus poemarios son recurrentes el rock, el sexo, la violencia, expresados a través de un lenguaje coloquial, pleno de ironía. ¿Se considera un poeta rock?

Me considero una rock star, básicamente, un símbolo sexual de la poesía internacional. Es lo que yo me considero y, ¡ya que los críticos digan lo que sea! (risas).

Es hedonista, epatante, ¿acaso también comprometido en lo político?

Este… Estoy en contra de los que están en contra del aborto y de los matrimonios homosexuales y también de los que están a favor porque lo importante es cuestionarse las cosas y saber para qué se cuestionan. Mi postura política es no vender las nalgas a cualquier pendejo (risas).

Dicen que ha inventado una corriente poética denominada underclown.

Sería una postura estúpida pretender ser de culto en un mundo ventilado como éste donde el juego es precisamente exhibir la intimidad a través de las redes. En mi actitud rebelde lo único que me queda es ser un payaso marginal, porque sabrá usted que en mi país hay un subcomandante con que…

Pero el subcomandante se ha jubilado.

Ja, ja, ja… Entonces estoy a punto de ser un subpayaso jubilado. ¡Podría ser una nueva corriente poética! A pesar de que no tengo las grandes marquesinas de Bowie no puedo evitar existir y Twitter permite tanto decir una estupidez como ventilar una idea. ¿Quién sabe por qué a los poetas les interesa hacer de la poesía un objeto anodino y soso? ¡Como si no fuera capaz de provocar que alguien te la chupe, declarar una guerra o que se acabe el planeta!

Ya. En algunas fuentes clásicas la sodomía, la violencia, el placer… campaban a lo largo y ancho.

La poesía es un objeto peligroso y por eso las mentes cuadradas que dominan el universo no la entienden.

¿Queda entonces algo más allá de la poesía?

Cuando aprieten el botón rojo y nada más permanezca una bola de humo, ese también será un evento poético.

Le gustaría que cada poemario fuese un renacimiento o, más bien, un bautismo. ¿Es usted un iconoclasta?

Sí a todas esas cosas pero, a fin de cuentas, tengo Facebook. Quiero que el lector no pierda tiempo en conectar con lo que escribo porque no es ningún pendejo, hay que tratarle con respeto.

Tiene una banda de rock para ofrecer recitales poéticos. ¿Qué vehiculan para el público?

Hemos actuado para miles de personas que muchas veces no distinguen que lo que se cuenta es poesía pero sí distinguen que se dicen cosas que detonan la cabeza.

También ha dirigido algunos cortos. ¿Son otra forma de poesía o directamente van en otra línea sensorial?

Quiero usar las distintas formas de expresión para investigar en el uso del germen del poema que es la síntesis, la explosión, la emotividad.

Izquierda inoperante

Háblenos de la CCCP.

Fue sede del partido de la izquierda en México y, como nos creemos más de izquierdas que nadie, le pusimos así para hacer una burla de la muerte del comunismo y de las utopías a través de la cultura. Era una broma porque en México la izquierda es inoperante.

¿Considera su mundo actual fascinante en contraposición a tiempos pretéritos?

Hasta mediados de los años ochenta no se permitía que llegasen espectáculos masivos del rock, vivíamos de especulaciones. Cuando estrenaron la película The song remain the same (película sobre Led Zeppelin) estábamos fumando marihuana en el cine como si estuviéramos en el concierto. ¡Ahorita no hay pasión por los afiches ni por los fetiches!

Ha intervenido en la Semana Negra de Gijón donde hace años recitó José Emilio Pacheco (poeta mexicano recientemente fallecido). ¿Le gusta la poesía de su compatriota?

Me encanta. Teníamos una relación muy estrecha poéticamente hablando. Hemos tenido dos editores en común y él es una gloria de la literatura. Estoy exagerando con que fuimos muy amigos, pero sí que soy muy amigo de su hija Laura Emilia, con la que hablé el mismo día de la muerte de su padre.

¿Era un referente?

Claro. Siempre se conectó a los más jóvenes. Siempre estuvo de brazos abiertos. Su poesía te sale al encuentro por todas partes porque es muy popular (recita algunos poemas). Inventó un lenguaje que aportó distancia entre el autor y el objeto textual mediante una inteligencia exacerbada. Antes poetas como Sabines se rompían en cada frase en contraposición al intelectualismo de Octavio Paz. José Emilio era una amalgama entre ambos. Una gran persona. Una gran figura.

Balaceras y traiciones

Viajemos hasta México. La mayoría de las noticias que nos llegan son apocalípticas: feminicidios, violencia del narco. ¿Cómo lo procesa?

¡¡Bufff!! Se escuchan las balaceras y hay que seguir encendiendo el porro, tomando cerveza y tranquilizándose. Pasa también que amigos y conocidos son torturados, asesinados; no sé cómo nos hemos acostumbrado a la violencia porque no se puede procesar, por eso escribo Jack Boner. Tiene que ser la juventud quien se enfrente al Gobierno el cual participa de esto junto a las mafias y junto a otros Gobiernos.

¿Arreglaríamos de un plumazo el problema legalizando las drogas?

Se arreglaría solo uno de los negocios.

Hay dirigentes latinoamericanos de gran carisma, como Mújica, en las antípodas de los gobernantes que dirigen su país. ¿Siente envidia?

Ja, ja, ja. No. Ja, ja, ja. Nuestra historia se basa en tres preceptos: primero nos roban, luego regalamos y al final, nos traicionamos.

¿Es posible un reporte de México en clave optimista?

Es un gran país con un grupo sui generis de personas que podría ser muy útil para la humanidad porque tenemos la capacidad de vivir en la crisis, de no espantarnos ante un futuro que no tenemos. Me da mucha risa cuando les oigo a ustedes decir que están en crisis cuando, allá, la gran crisis es creer que no hay crisis.

¿Cómo es la España que le llega a usted?

Vengo regularmente desde 1997, cuando gano el Loewe, publico con Visor en 2004 y he venido invitado por el Instituto Cervantes… Lo que yo considero poesía está mejor representado aquí en la música pop rock que en los libros, por tanto son más importantes las letras de Berlanga que los libros que edita Visor porque hay más veracidad y cercanía. Hay poetas que me encantan como Elena Medel o Pere Gimferrer aunque la España oficial, convencional, me produce bostezo: allá pasan balaceras constantemente. Ustedes son seres humanos que se la pasan bien mientras que allí estamos más acomplejados, somos menos libres, menos tolerantes y, eso, se lo envidio mucho.

José Eugenio Sánchez sigue siendo un poeta poco conocido en España. Foto / Iván Martínez.

José Eugenio Sánchez sigue siendo un poeta poco conocido en España.
Foto / Iván Martínez.

La atracción de JES

José Ramón Llames / Editor y escritor.

Cuando lo conocí, José Eugenio Sánchez (JES) era un promotor cultural, escribía casi con la misma soltura con la que nos emborrachábamos y hacía montajes poético-teatrales a los que asistía todo el mundo en la ciudad de Monterrey. Era el año 1992. Luego nos volvimos a emborrachar y nos reíamos mucho mientras nos fumamos las mejores cosechas de algunos años especialmente lluviosos, no dejamos de reír y tuvimos hijos y mascotas, y la vida era un regalo (como siempre) entre tanto muerto y tanta tontería.

En 1997, en la décima edición del Premio de la Fundación Loewe, decía Luis Antonio de Villena que JES es un autor mexicano del que “ninguno habíamos oído nombrar nunca”; ahora, casi veinte años después, el desconocimiento en España hacia la obra de JES se asemeja y no porque haya dejado de publicar (El azar es un padrote, Tentativa de un sax a medianoche, Escenas sagradas del Oriente) ni de hacer presentaciones con su banda de rock (Un País Cayendo a Pedazos), ni de promover iniciativas culturales (CCCP, Centro de Investigaciones Poéticas y Performáticas). Es lo que tiene la paradójica incomunicación entre los países hispánicos.

¿Qué fue lo que Villena, Bousoño, Brines, Colinas, Gonzalo Rojas, Siles, César Simón, presididos por Octavio Paz, vieron para premiar a un poeta “que no habíamos oído nombrar”? Estoy convencido que ustedes coincidirán con ellos y a medida que vayan leyendo los poemas de JES se irán enamorando del universo del autor y esto sucederá tanto si son lectores habituales de poesía como si no lo son. Porque ésta es una de las virtudes de la obra de JES, su capacidad de atracción.

Esa capacidad se sustenta en varios ingredientes que constituyen uno de los combinados poéticos más originales y embriagadores de la actualidad y, como las buenas delicias chamánicas, te transfiere lucidez. Su poesía eminentemente narrativa parte de la cotidianidad para crear personajes y situaciones brillantes cargadas de intensa sensualidad; JES lo adereza con un humor despiadado, irreverente y a la vez con una ternura casi infantil, y todo ello acompañado de una exquisita banda sonora. Una gran ópera moderna destinada a satisfacer no solo a los amigos sino a un gran público harto ya de preciosismo, academicismo, juegos florares y demás pajas mentales.

JES viene de una antiquísima tradición de artistas, se traslada con sus palabras a las primeras voces que intentaban poner orden en el caos; con los clásicos grecolatinos que blasfemaban cuando los dioses eran todavía todopoderosos; con los artistas que en la Edad Media, otra de las muchas épocas oscuras de la humanidad, esculpían en los capiteles que adornaban las iglesias de toda Europa escenas de alta obscenidad.

PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 34, SEPTIEMBRE DE 2014

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