
Esta acción en las calles de Kabul hizo que la artista afgana tuviera que exiliarse.
Kubra Khademi se juega el tipo con sus acciones artísticas. Como la que hizo el año pasado en una de las calles más transitadas de Kabul, enfundada en una coraza de hierro que exageraba su silueta. Un paseo de ocho minutos cuyo vídeo ha dado la vuelta al mundo y le valió a esta artista afgana amenazas de muerte diarias y, en consecuencia, el exilio forzado de su país.
Kubra Khademi (Ghor, Afganistán, 1989) cursó estudios de Bellas Artes en Afganistán y Pakistán. Cuando tenía cuatro o cinco años su madre la mandó a comprar y un hombre le tocó el culo. Se quedó helada, y al cabo de un tiempo pensó: “Ojalá llevara ropa interior de hierro». La idea volvió a su cabeza cuando en 2008, al viajar a Afganistán tras completar sus estudios en Lahore (Pakistán), nada más pisar la calle alguien la acosó. Fue en esa misma calle donde salió con su armadura de hierro, entre las risas e insultos de los hombres que se encontraba a su paso.
Khademi se encuentra ahora en Les Escaules, una pequeña localidad ampurdanesa en la que se organiza anualmente La Muga Caula, encuentro internacional de performance y poesía de acción. Hasta entonces se había refugiado en París, ciudad a la que llegó, con la ayuda del embajador francés, huyendo de un Afganistán que había estallado ante su provocación.
No era la primera acción de ese estilo que realizaba. En 2013 se instaló en medio de una avenida en Lahore con una maleta y todas sus pertenencias, denunciando la situación de la gente refugiada que tiene su hogar en la calle. Su intervención provocó grandes atascos porque los coches intentaban no atropellarla. Después de casi una hora de alto riesgo fue desalojada por la policía. En París también ha caminado con todas sus pertenencias encima como la refugiada que es. La idea del refugio y el camino también la hizo recorrer diez kilómetros hacia atrás en Portbou, en homenaje al filósofo alemán Walter Benjamin, que se suicidó allí al encontrarse la frontera cerrada huyendo de los nazis.

Kubra Khademi recorrió las calles de Gijón disfrazada de semáforo igualitario. Foto / Concejo de la Juventud.
Incluso otras acciones que en principio parecen inocentes acaban desatando las reacciones, como cuando Kubra Khademi recorrió la semana pasada las calles de Gijón disfrazada de semáforo con el objetivo de combatir el machismo. Desde que se instalaron en Córdoba (Argentina), los semáforos “igualitarios” son corrientes y ya se encuentran operativos en ciudades como Cáceres, Jaén, A Coruña, Fuenlabrada, Getafe, Sagunto y Valencia, pero hubo quien increpó durante su acción a la artista afgana, apelando precisamente a su condición de refugiada.
La artista plástica y performer estuvo en Asturias invitada por el Consejo de la Juventud del Principado de Asturias, con motivo del treinta aniversario de esta institución. Además de la acción en Gijón, Khademi habló sobre su obra en el Museo de Bellas Artes de Asturias, acompañada por Joan Casellas, performer y fotógrafo documentalista catalán que dirige los Encuentros Internacionales de Poesía de Acción y Performance La Muga Caula, y tuvo un encuentro con artistas asturianas en la Sala Borrón de Oviedo.
La joven creadora visitó la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias, en la que destacó la obra de dos colegas, María Peña Coto y Andrea Fernández Pastor, precisamente por tratar las cuestiones que más le importan a ella, la situación de la mujer y el drama de los refugiados, en un compromiso que hace gala de su valentía femenina.
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