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Atlántica XXII

La factoría materialista

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La factoría materialista

Los Bueno, padre e hijo, con el entonces alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo. Foto / Eloy Alonso - Semeya Press.

Los Bueno, padre e hijo, con el entonces alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo. Foto / Eloy Alonso – Semeya Press.

Luis Feás Costilla / Periodista.

Aunque el rango heterodoxo de Gustavo Bueno en los últimos años del franquismo no alcanza el de otros compañeros de Universidad, el sistema del materialismo filosófico se ha revelado posteriormente útil y han sido numerosos los discípulos y seguidores, en tres oleadas sucesivas en las que no han faltado las turbulencias políticas. El debate está en si, una vez trasciende su funcionalismo ontológico y se pretende como sistema totalizador de todo el conocimiento humano, no desvela las tramas de su filiación nacional-sindicalista. Desde la publicación de los Ensayos materialistas en 1972, han pasado por la “factoría cultural de Bueno” (en palabras de Javier Delgado) gente como Vidal Peña, José María Laso, Alberto Hidalgo Tuñón, Elena Ronzón, David Alvargonzález, Juan Bautista Fuentes, Alfonso Tresguerres, Fernando Pérez Herranz, Felipe Giménez, Pedro Insua, Sharon Calderón o Atilana Guerrero, presidentas estas dos últimas de Nódulo Materialista, asociación constituida en 1996 y editora desde 2002 de la revista electrónica El Catoblepas.

Pero el discípulo más aventajado ha sido sin duda su propio hijo, Gustavo Bueno Sánchez, nacido en Salamanca en 1955 y luego joven antiimperialista. Entró como profesor en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo gracias a su padre, que le dirigió en 1989 su tesis doctoral sobre la obra filosófica del tomista fray Zeferino González. Ambos comparten popularidad gracias a su presencia en los debates de la televisión, a la que el padre ha llegado incluso a categorizar en libros como Telebasura y democracia, 2002. En esos programas, Gustavo Bueno Martínez adopta, en pos del espectáculo, el papel de energúmeno polemista, hecho un basilisco, mientras que Gustavo Bueno Sánchez se mantiene siempre en una posición más distanciada e irónica. Sin embargo, el hijo no ha tenido nunca el apoyo de la prensa que ha tenido el padre, en especial por parte de La Nueva España, que a través del periodista Javier Neira se ha convertido en portavoz del filósofo materialista, no por el origen falangista de este diario ovetense, sino por su pertenencia al grupo Prensa Ibérica, que publicó El mito de la cultura en 1997.

Gustavo Bueno Sánchez es editor de la revista El Basilisco desde 1978 y coordinador desde 1996 del proyecto Filosofía en español, dedicado a divulgar la obra de los pensadores en este idioma y en latín, no sólo la de Feijoo y el propio Bueno, sino también la de los más oscuros y controvertidos. Desde 1997 dirige la Fundación Gustavo Bueno de Oviedo, que se ha convertido en la única cátedra de su padre desde su jubilación forzosa como emérito en 1998. El alcalde la ciudad, Gabino de Lorenzo, le ofreció como sede un palacete de propiedad municipal, situado justo enfrente de la casa del filósofo. La cesión, por medio siglo, se autorizó ese mismo año con el voto de toda la corporación (PP, PSOE e IU). Desde entonces, el Ayuntamiento, que sufragaba ya la edición de El Basilisco desde el número 14 de su segunda época (1993) y le había nombrado Hijo Adoptivo en 1995 (con la abstención de IU), corre con todos los gastos, cifrados en unos 100.000 euros anuales por Oviedo Diario. En 2005, este presupuesto se incrementó hasta los 160.000 euros, con vistas a la preparación de las celebraciones de 2008, que contaron con una dotación extraordinaria de 800.000 euros. De ellos, la mayoría, 565.198,40 euros, fue a parar a la exposición Oviedo Doce Siglos, cuatro o cinco veces más cara de lo que cuesta organizar y montar la mejor de las exposiciones. Para colmo, la empresa contratada fue la sevillana Ingenia-qed, de la que es directora de proyectos, socia, consejera y principal accionista Carmen Bueno Sánchez, hija y hermana de los dos Gustavos, lo que incrementa las sospechas sobre una fundación cuya principal finalidad parece ser la promoción de la propia familia Bueno.

PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 9, JULIO DE 2010

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