
Lola Amores y Eduardo Martínez son los protagonistas de la película de Carlos Lechuga, que no se podrá ver en Cuba por la censura.
Redacción HabanaInsider (Cuba).
Santa y Andrés será la gran ausente del 38 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, que comenzó ayer y dura hasta el próximo 18 de diciembre. La película que el director cubano Carlos Lechuga propuso a este certamen no podrá siquiera ser exhibida fuera de competición. Desde hace varias semanas, es la cinta que más polémica despierta en la Cuba actual. Será, por tanto, la que más desearán ver los cubanos.
Aunque el propio Carlos Lechuga se pronunció contra la censura al filme desde su perfil de Facebook, y lo siguieron otros cineastas como Enrique Álvarez en el texto Santa, Andrés y la complejidad de la silla (publicado en CubaPosible), la polémica mayor se suscitó tras el agudo comentario Yo quiero ver Santa y Andrés que el crítico de cine Dean Luis Reyes publicaba online en la revista OnCuba. Ese artículo, precisamente, provocaba la respuesta, unos días más tarde, del viceministro de Cultura, Fernando Rojas, que asumía la responsabilidad institucional, pero no respondía sobre la cuestión más candente: ¿es o no la censura un hecho palpable dentro del cine cubano de hoy?
Aun cuando no es la primera vez que el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) decide reservarse la exhibición de un filme de factura nacional, Santa y Andrés carga con el detalle particular de haber sido censurada después de haber sido aprobada previamente, tras el visionado del filme por el ICAIC junto a realizadores y críticos. Se esgrimió una inconveniencia de tipo político. En la película de Carlos Lechuga, casualmente, aparece un escritor vigilado y reprimido por su posición incongruente con la Revolución Cubana y su opinión directa sobre la figura de Fidel Castro.
Aunque resuenen en la memoria casos como el de Fuera de Liga, de Ian Padrón, y algunos otros, ninguno fue tan parecido como el del famosísimo documental PM de Sabás Cabrera Infante y Orlando Jiménez Leal, censurado en 1961. Esto en una Cuba en la que se sigue prescindiendo de una Ley de Cine demandada por los cineastas y en la que se toman decisiones la mayoría de las veces sin que nadie tenga claro de dónde provienen o sobre qué bases se sustentan.
El cine cubano, por su parte, se sigue dedicando a abordar con agudeza los temas de la sociedad cubana –o al menos a intentarlo–. Temas que casi siempre suelen desaprobarse o mirarse de reojo sin el amparo de aquella ley que cada día se vislumbra más lejos.
Mientras el Festival de Cine de La Habana deberá prescindir de Santa y Andrés, festivales extranjeros como el festival FILMAR América Latina, en Ginebra, sí contarán con la presencia de un filme que supuestamente debió ser visto primero en el país de donde salió y que le sirve de contexto. Como Fresa y Chocolate (1994), de Tomás Gutiérrez Alea, Santa y Andrés es una película que habla de la posibilidad de encuentro entre personas diferentes. Habla de la superioridad que tienen la amistad y el arte en comparación con la política, las ideologías o los gustos sexuales.
Exhibida ya en festivales prestigiosos como Toronto, San Sebastián y Chicago, la película formará parte del Festival de Cine de Kerala en la India, que se celebra del 9 al 16 de diciembre próximo. Mientras tanto, habrá que esperar por las bondades del Paquete Semanal y otras vías de circulación alternativa para, finalmente, poder ver Santa y Andrés en La Habana.
You must be logged in to post a comment Login