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Rafaela Pimentel: “Los sindicatos pasan de nosotras olímpicamente”

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Rafaela Pimentel: “Los sindicatos pasan de nosotras olímpicamente”

Rafaela Pimentel, portavoz de Territorio Doméstico. Foto / Bernardo Solís.

Rafaela Pimentel, portavoz de Territorio Doméstico. Foto / Bernardo Solís.

Rafaela Pimentel, dominicana, llegó a España en 1992 y desde entonces ha estado empleada en el sector del trabajo del hogar y los cuidados. Es una de las fundadoras de Territorio Doméstico y portavoz ocasional ante los medios de comunicación.

Bernardo Solís / Periodista.

Ustedes se definen como un colectivo, pero no se han constituido como asociación. ¿Por qué?

Porque hemos creado un espacio donde nos sentimos cómodas. Las estructuras verticales no funcionan para nosotras. Somos todas iguales: todas hablamos y todas nos escuchamos unas a otras. En Territorio Doméstico nos apoyamos solidariamente como trabajadoras del empleo doméstico y los cuidados, pero cada una de nosotras tiene otras facetas: somos emigrantes, feministas…

¿Por qué no se han unido a alguno de los sindicatos?

Porque los sindicatos han pasado olímpicamente de nosotras. Han negociado con los Gobiernos del PSOE y del PP sin consultarnos, y tenemos nuestra propia voz. Además, sus estructuras no se adaptan a lo que es Territorio Doméstico: una asamblea horizontal donde cada una de nosotras participa en igualdad, y los sindicatos son organizaciones jerárquicas que no nos sirven, entre otros motivos porque no están dispuestos a adaptarse a nuestros horarios. En ocasiones nos han invitado a colaborar en actividades programadas, por ejemplo, un jueves a las 10 de la mañana. ¿Qué trabajadora del hogar y cuidados puede acudir a esas horas a un seminario sin el riesgo de perder su puesto de trabajo?

Territorio Doméstico surge en Madrid. ¿Han pensado en expandirse a nivel nacional?

Resultaría un poco complicado. Lo que sí se ha dado es que la forma de trabajar de Territorio Doméstico ha llevado a que se hagan grupos similares en otras ciudades. Sabemos que, a partir de nuestra experiencia, se han formado otros colectivos en defensa de las trabajadoras del hogar y los cuidados. Además en varios de los sitios donde nos han invitado, no solo en España -en julio estuvimos en Zúrich-, a hablar sobre nuestra experiencia, luego han adaptado nuestra metodología y forma de trabajo. Eso es algo que nos produce una gran satisfacción y no nos importa que usen el nombre: lo que queremos es que las mujeres se organicen para luchar por los derechos de las trabajadoras de hogar y el cuidado.

¿Por qué es el suyo un sector ocupado casi en su totalidad por mujeres, inmigrantes principalmente?

Por las condiciones laborales: si tuviéramos contratos en condiciones, buen salario, se pudiera cotizar, derecho a baja en igualdad con otros trabajadores… seguro que no solo trabajaríamos las mujeres. Además los hombres, por tradición, no se involucran en las tareas de hogar y el cuidado de niños y mayores. Por eso uno de nuestros objetivos es que se hable sobre ello en las escuelas, que los jóvenes aprendan que este trabajo no tiene género. Respecto a la inmigración, el empleo de hogar y los cuidados es prácticamente la única vía de entrada a España. En nuestro colectivo hay médicas, abogadas, modistas, enfermeras, a las que se les ponen todo tipo de trabas para convalidar sus títulos y tienen que emplearse en el servicio doméstico para poder sobrevivir.

“Nos embargan las cuentas”

¿Cómo les ha afectado la crisis?

La crisis nos ha afectado y no nos ha afectado. Nuestra situación laboral era y sigue siendo muy precaria. Si en los tiempos de bonanza se pagaban 300 euros a una empleada de hogar como interna, ahora hay empleadores que se aprovechan para que trabajemos más y cobremos menos. Además, con nuestra lucha conseguimos que desde 2012 el empleador tuviera que pagar las cotizaciones a partir de las dos horas de trabajo. Ahora el Gobierno ha modificado la normativa y, si se trabajan menos de 60 horas mensuales, somos las trabajadoras las que tenemos que pagar la Seguridad Social. Y si no pagamos, el Estado va a por nosotras: nos embargan las cuentas corrientes o los bienes que tengamos en propiedad.

¿Qué acciones tienen previstas para seguir avanzando en la visibilidad y el reconocimiento de su trabajo?

Nuestra línea es seguir saliendo a la calle para reivindicar nuestros derechos: la reforma de la Ley de Extranjería y nuestro régimen en la Seguridad Social, y que España ratifique el convenio 189 de la OIT, para equipararnos con el resto de los empleados por cuenta ajena. Y, dentro del colectivo, seguir todo el año con las reuniones y los talleres, para estar más informadas y poder defender mejor nuestros derechos.

PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 35, NOVIEMBRE DE 2014

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