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El sueño federalista europeo de Altiero Spinelli

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El sueño federalista europeo de Altiero Spinelli

Altiero Spinelli con otros antifascistas durante su confinamiento en la isla de Ventotene, donde escribió su manifiesto.

Altiero Spinelli con otros antifascistas durante su confinamiento en la isla de Ventotene, donde escribió su manifiesto.

Steven Forti / Historiador e investigador del Instituto de Historia Contemporánea de la Universidade Nova de Lisboa.

En junio de 1941, en los mismos días en que Hitler lanzaba la operación Barbarroja e invadía la Unión Soviética, dos jóvenes antifascistas italianos confinados en la isla de Ventotene ponían los cimientos de una Europa unida y federal. Fueron unos visionarios, de esto no cabe duda. En medio de un continente dominado por la esvástica y el fascio Vittorio, y asolado por la barbarie de la II Guerra Mundial, Altiero Spinelli y Ernesto Rossi demostraron una capacidad de análisis excepcional y una valentía notable. Repensaron Europa, los errores de los partidos políticos en los años de entreguerras, la debilidad de la Sociedad de las Naciones nacida tras el primer conflicto mundial, el drama del tratado de Versalles que favoreció el revanchismo alemán y detectaron en una Europa federal que superase los Estados-Nación la única solución para un futuro de paz y democracia.

Estas reflexiones se fraguaron en un texto titulado Manifiesto por una Europa libre y unida, más conocido como el Manifiesto de Ventotene, por el nombre de la isla en que Spinelli y Rossi se encontraban confinados. Según una versión de los hechos, fue la mujer de Rossi, Ursula Hirschmann –que tras quedarse viuda se casó con el mismo Spinelli–, la que consiguió llevar a la península italiana el texto, escrito en papel de fumar y guardado en el doble fondo de una caja de hojalata. Impreso primero en ciclostil, el Manifiesto fue publicado clandestinamente en Roma en enero de 1944 bajo el título de Problemas de la federación europea, editado por el socialista Eugenio Colorni, junto a otros dos ensayos redactados por Spinelli, Los Estados Unidos de Europa y las diversas tendencias políticas y Política marxista y política federalista.

En la introducción al volumen, Colorni explicaba los principios del movimiento: ejército único federal, unidad monetaria, abolición de las barreras aduaneras y de las restricciones a la inmigración entre los Estados que pertenecen a la federación, representación directa de los ciudadanos en las asambleas federales y política exterior única. El mensaje central del Manifiesto era que “todos los hombres razonables reconocen ya que no se puede mantener un equilibrio de Estados europeos independientes […] Los múltiples problemas que envenenan la vida internacional del continente […] encontrarían en la Federación Europea la más sencilla solución”. Palabras sencillas, retos inmensos.

Ficha de la policía fascista italiana de Spinelli.

Ficha de la policía fascista italiana de Spinelli.

Spinelli, un comunista heterodoxo

Mientras Rossi, que escribió la primera parte del tercer capítulo del Manifiesto, provenía del socialismo liberal de Giustizia e Libertà, fundado en el exilio parisino por los hermanos Rosselli, Spinelli, que puede considerase el autor de la gran mayoría del texto, había estado afiliado al Partido Comunista Italiano (PCI), del cual fue expulsado en 1937 por haber tomado distancias con el estalinismo. Nacido en Roma en 1907, con tan solo veinte años fue condenado por el Tribunal Especial fascista por actividad subversiva. Pasó diez años en diferentes cárceles de la península y otros seis desterrado, primero en la isla de Ponza y después en la cercana Ventotene. A finales de agosto de 1943, tras la liberación del confinamiento y la caída del régimen de Benito Mussolini, Spinelli impulsó la fundación del Movimiento Federalista Europeo y entró en la resistencia antifascista italiana.

Ya antes del final de la II Guerra Mundial, Spinelli se dedicó alma y cuerpo a la realización de su proyecto. En marzo de 1945 organizó en París la primera conferencia federalista europea en la cual participaron, entre otros, Albert Camus, George Orwell y Emmanuel Mounier. Sin embargo, el sueño de Spinelli no pudo convertirse en realidad por las resistencias de unos y otros en un contexto internacional marcado por la Guerra Fría.

Los primeros pequeños pasos que dieron los Estados de la Europa occidental para construir la Comunidad Europea de Defensa (CED) y la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) no satisficieron a Spinelli que, respecto a Schumann o Monnet, abogaba por un verdadero proceso de ruptura. Los momentos de desánimo, motivados también por la marginación política que sufrió, se combinaron con una incansable y generosa actividad. En los años cincuenta, por ejemplo, lanzó la campaña para un Congreso del Pueblo Europeo: la idea era la de la creación de una especie de Parlamento federal constituido por unos representantes elegidos por una serie de asambleas locales. Sin duda, Spinelli se adelantaba a sus tiempos.

Spinelli en el Parlamento europeo a finales de los años setenta del pasado siglo.

Spinelli en el Parlamento europeo a finales de los años setenta del pasado siglo.

El proyecto de los Estados Unidos de Europa

No obstante, no se dejó vencer por las derrotas políticas que sufrió. Al contrario, en 1965 consiguió crear en Italia un centro de estudios de envergadura como el Instituto de Asuntos Internacionales y durante los años sesenta y setenta consiguió mantener buenas relaciones con los partidos progresistas europeos, incluido el PCI, hasta el punto que en 1976 fue elegido diputado en el Parlamento italiano como independiente en las listas del partido de Enrico Berlinguer. Tres años más tarde, en 1979, fue elegido diputado en la Eurocámara, siempre como independiente en las listas del PCI, cargo que renovó en los siguientes comicios de 1984.

En la última etapa de su vida, Spinelli vio reconocidos parte de sus esfuerzos para una Europa unida y federal. Ya entre 1970 y 1976 había estado nombrado comisario europeo para Asuntos Industriales bajo los mandatos de Franco Maria Malfatti y de Sissco Mansholt. Y a principios de los años ochenta, tras haber promovido el llamado “Club del Cocodrilo”, un grupo transversal que defendía la reforma de las instituciones comunitarias en un sentido más unificador, Spinelli fue promotor de un proyecto de Constitución de los Estados Unidos de Europa que, aunque no fue aprobado, influyó en el Acta Única Europea, el primer intento de modificaciones de los tratados comunitarios preexistentes. Sin embargo, no le dio tiempo para ver su entrada en vigor ya que falleció el 23 de mayo de 1986.

Hoy en día solo un hecho le recuerda: el edificio principal del Parlamento Europeo de Bruselas lleva su nombre. Es poca cosa para un hombre que entregó toda su vida a un sueño que en la última década ha entrado en una crisis que para algunos parece ya irreversible. Si se hubiese escuchado más a Spinelli, quizás ahora Europa sería más justa, más unida y más fuerte.

PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 45, JULIO DE 2016

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