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Atlántica XXII

TEATRO PRECARIO: La empanada

Cultures

TEATRO PRECARIO: La empanada

Otro diálogo de Teatro Precario escrito por Maxi Rodríguez. En esta ocasión una empanada y Facebook se entrelazan en una nueva conversación entre ÉL y ELLA.

maxi rodríguez

El dramaturgo Maxi Rodríguez. Foto / Eloy Alonso – Semeyapress.


Maxi Rodríguez / www.maxirodriguez.net

(Conversación telefónica ÉL, ELLA y sus móviles)

ÉL.-¿Diga?

ELLA.-¿Qué tal, David? Soy Marta.

ÉL.-Hombre, ¿cómo te va?

ELLA.-Aquí, esperando…

ÉL.-¿Qué?

ELLA.-La empanada, tío. Ya he puesto las fotos. Me harías un favor si…

ÉL.-No, no.

ELLA.-¿No te gusta? ¿Es por el hojaldre, el relleno…?

ÉL.-¡Qué va, me encantan, Marta, de verdad!

ELLA.-Pues dilo, nos harías un gran favor.

ÉL.-Claro, eso hago. A todos los que me preguntan, ya les he dicho que el negocio os irá bien porque tu empanada está cojonuda.

ELLA.-Ya, ya, pero eso no sirve de nada.

ÉL.-¿Cómo?

ELLA.-No te hagas el loco, David. ¡El Facebook, coño! ¡Necesitamos que le des a “like” en nuestro muro de Facebook! (Pausa) ¿David? (Pausa) ¿Hola?

 

(Silencio)

 

ELLA.-¿Se ha cortado? ¿Sigues ahí?

ÉL.-Sí.

ELLA.-Pues venga, cuando puedas le das a la tecla.

ÉL.-Yo le doy a “like” y Cambridge Analytica se ocupará del resto, ¿no?

ELLA.-¿Qué?

ÉL.-Así, Marta, así se jode la democracia.

ELLA.-¿Con una empanada?

ÉL.-Tú sigue así, bonita, sigue fingiendo que Facebook es una diversión inofensiva. Y mientras…

ELLA.-¿Qué?

ÉL.-Ellos siguen gestionando el flujo de información de miles de millones de seres humanos.

ELLA.-¿Ellos? ¿Y tengo yo la culpa, coño?

ÉL.-Mientras sigas haciéndoles el juego…

ELLA.-¿Qué juego ni qué leches, David? Yo lo único que hago son empanadas.

ÉL.-Y ellos, gracias a ti y a todos los pardillos como tú, fomentan hábitos de compra y opiniones…

ELLA.-¿Gracias a mí?

ÉL.-Sí, Marta, sí. Vigilan la comunicación entre los usuarios y deciden hasta lo que tenéis que votar.

ELLA.-¡Jajaja! Sí, hombre, ¡venga ya!

 

(Pausa)

 

ÉL.-Esa mierda es un agujero en el que millones de personas volcáis vuestros gustos personales, vuestras ideas políticas y vuestra vida.

ELLA.-¿Y tú? ¿No estás tú también en el Facebook?

ÉL.-Y toda esa información, bonita, tiene un inmenso valor para las campañas políticas, las grandes corporaciones y los servicios de inteligencia.

ELLA.-¡Di! ¿Estás en el Facebook o no?

ÉL.-Ya no.

ELLA.-¿Cómo que no? Eres cliente como yo.

ÉL.-Producto, Marta. Por eso es gratis, porque eres el producto.

ELLA.-¡El producto son mis empanadas!

ÉL.-Que no, cielo, a ver si lo entiendes. Somos el producto que ellos venden a sus anunciantes. Por eso nunca pongo nada.

ELLA.-¿Nunca?

ÉL.-No, se acabó. No pienso decir ni mú sobre tu empanada.

ELLA.-¡Qué hijo de puta!

ÉL.-¿El Zuckerberg?

ELLA.-No. ¡Tú, David! ¡Tú! ¡Estás hecho un cabrón!

ÉL.-¿Yo?

ELLA.-Si no te gusta el relleno o prefieres las de bacalao me lo dices, pero no te montes películas. Lo que te jode, tío, es que el negocio empiece a irme bien y pueda salir adelante.

ÉL.-No eres tú, Marta, es el algoritmo.

ELLA.-¿El qué?

ÉL.-¡Estamos en sus manos! El Zuckerberg no rinde cuentas a nadie y tiene información detallada sobre más de una cuarta parte de la población mundial. ¡Una cuarta parte, Martita! ¿Tú sabes lo que es eso?

ELLA.-¿Y tú sabes lo que a mí me cuesta vender empanadas, eh? (Pausa) ¿Sabes lo que me cuesta? (Pausa) ¡No te estoy pidiendo que te fotografíes en bolas con mi masa de hojaldre en tu polla!

ÉL.-¡Por Dios, Marta, por Dios!

ELLA.-Solo te pido un comentario o que le des a “me gusta” o “me encanta”. Solo eso: una tecla. ¡Una puñetera tecla!

ÉL.-Ni de coña. No pienso filtrar nada de tus empanadas de chorizo a la Agencia de Inteligencia del Gobierno de los Estados Unidos.

ELLA.-Flipo contigo, David.

ÉL.-Escucha…

ELLA.-Yo es que flipo.

ÉL.-Ni te imaginas la cantidad de información que tienen sobre nosotros.

ELLA.-Nunca me has echado una mano, ¡nunca!, desde que nos hemos separado.

ÉL.-Ellos dominan el mundo, así, a lo pijo, recabando datos.

ELLA.-Etiquetas a golfas, agregas a jovencitas, pones corazones a…

ÉL.-¡Ya no, Marta! ¡Ya estoy fuera, me he salido! Y lo malo es que los datos que me han extraído no los voy a recuperar porque están en manos del mercado.

ELLA.-¡Eres un paranoico de mierda!

ÉL.-Marta, yo…

ELLA.-¡Puf, no sé cómo pude estar quince años contigo!

 

(Pausa)

 

ÉL.-Eran otros tiempos, cielo.

ELLA.-Ya, ni siquiera había Facebook.

ÉL.-Ni selfies, ni emojis, ni nada. Éramos más libres, Marta.

ELLA.-(Irónica) Libres, sí.

ÉL.-Creíamos que nadie nos controlaba.

ELLA.-Pero tú eras igual de insolidario.

ÉL.-Y tú tenías la misma empanada.

 

TELÓN

PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 56, MAYO DE 2018

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