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The Weather Underground: “No lo hicimos mal, el FBI nunca logró cazarnos”

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The Weather Underground: “No lo hicimos mal, el FBI nunca logró cazarnos”

Bernardine Dohrn y Bill Ayers antes de intervenir en el Local Cambalache de Oviedo. Foto / Pablo Lorenzana.

Bernardine Dohrn y Bill Ayers antes de intervenir en el Local Cambalache de Oviedo. Foto / Pablo Lorenzana.

El final de los años sesenta fue agitado en todo el planeta y EEUU no fue una excepción. Bernardine Dohrn y Bill Ayers pertenecen a esa generación de activistas que se politizó en la lucha contra el racismo y la Guerra de Vietnam. Tras liderar la principal organización estudiantil de los EEUU fundaron The Weather Underground, un grupo armado que colocaba bombas en edificios públicos. No causaron ninguna muerte, pero fueron tenazmente perseguidos por el FBI. Tras una década de clandestinidad, Ayers, Dohrn y sus compañeros se entregaron a las autoridades. Se casaron y hoy son profesores en Chicago, donde siguen volcados en el activismo social. La editorial asturiana Hoja de Lata acaba de publicar en castellano las memorias de Ayers, Días de fuga.

Diego Díaz / Historiador.

¿Cómo fue su iniciación en el activismo social?

Bernardine: Fue en la Universidad de Chicago, a raíz de una visita de Martin Luther King. Allí tomé contacto con el movimiento por los derechos civiles. Comenzamos a luchar sobre todo contra la segregación racial en los barrios de gente negra y contra las mafias que controlaban los alquileres de los apartamentos. Organizamos manifestaciones por el derecho a la vivienda y asesorábamos legalmente a los inquilinos en defensa de sus derechos. Luego, a medida que la Guerra de Vietnam avanzaba, comenzamos a ayudar a la gente a que evitase el reclutamiento.

Bill: Yo también comencé luchando en el movimiento por los derechos civiles. Para la América optimista y de clase media en la que yo había crecido descubrir el racismo y la situación de la población negra fue un shock. Una vez que se te cae esa venda ya todo lo ves de forma diferente.

En Europa, Mayo del 68, el Otoño Caliente italiano o la lucha contra la dictadura en España tenían una pata universitaria, pero también otra obrera. Sin embargo, ¿dónde estaba la clase trabajadora blanca en la Norteamérica de los años sesenta?

Bernardine: Bueno, los trabajadores blancos se organizaban en dos grandes centrales sindicales que apoyaban muy activamente la invasión de Vietnam, y lo que quedaba del viejo movimiento obrero en el que los comunistas tenían aún alguna influencia, como los mineros y los estibadores, se oponía a la guerra pero no tenía mucha fuerza. En los años cincuenta la “caza de brujas” macarthista  había limpiado de izquierdistas los sindicatos y aunque dentro de ellos había una oposición pacifista, los dirigentes eran partidarios de la guerra. Por ejemplo United Automobile Workers, el sindicato de los trabajadores de la industria del automóvil, apoyaba y financiaba por un lado el movimiento por los derechos civiles, pero por otro presionaba a Martin Luther King para que no siguiera oponiéndose a la guerra. Incluso en la época de Nixon los sindicatos llegaron a movilizar y pagar a trabajadores de la construcción para que fueran a reventar las manifestaciones pacifistas.

Ficha del FBI de Bernardine Dohrn cuando estaba activo The Weather Underground.

Ficha del FBI de Bernardine Dohrn cuando estaba activo The Weather Underground.

¿Cómo era Students for a Democratic Society (SDS)?

Bill: Era en sus inicios una organización muy socialdemócrata, centrada en la lucha contra el racismo y las armas nucleares. Luego llegaría la Guerra de Vietnam y se implicaría totalmente en el movimiento antiguerra.

Bernardine: Luego el movimiento se dividió en muchas facciones y todos nos volvimos muy sectarios. Por un lado el FBI nos estaba atacando porque nos habíamos convertido en un movimiento muy fuerte, y por otro estaban los grupos maoístas que estaban tratando de controlar la organización y que se oponían a que apoyásemos a los Panteras Negras y al Vietcong, cuando eran dos movimientos revolucionarios que estaban siendo muy perseguidos. Nos enfrentamos a ellos, pero, al final, terminamos siendo tan sectarios como los que criticábamos.

Jerarquía o estupidez

En aquella época, no solo eran activistas políticos, sino que también estaban totalmente inmersos en la contracultura.

Bill: Había gente dentro del movimiento que te decía “córtate el pelo, vístete bien”, pero nosotros pensábamos que había que desafiar todo lo establecido, e igual que estábamos experimentando políticamente, queríamos experimentar también con las drogas, la vida sexual o las relaciones personales…

Cuando finalmente se rompe SDS y fundan The Weather Underground no eran los únicos que ponían bombas en los EEUU.

Bill: Si, fuimos parte de un movimiento mucho más general, un fenómeno, no terrorista, sino de sabotaje.

Bernardine: Después de que dos compañeros muriesen fabricando una bomba decidimos que había que evitar cualquier muerte o causar heridos.

Bill: No lo hicimos mal, porque el FBI nunca logró cazarnos.

Bernardine: Colocando bombas en los edificios oficiales queríamos demostrar que el Gobierno de los EEUU era mucho más débil y vulnerable de lo que aparentaba.

Volviendo a las comparaciones entre EEUU y Europa, aquí sería impensable que un grupo armado como el suyo fuera ideológicamente tan ecléctico o que tomase su nombre de una canción de Bob Dylan.

Bill: La izquierda norteamericana había sido arrasada al principio de la Guerra Fría y lo que quedaba del Partido Comunista de los EEUU lo encontrábamos demasiado conservador. La Nueva Izquierda norteamericana partía casi de cero. Por un lado era un problema, por otro una ventaja, porque así no teníamos que acatar la jerarquía o la estupidez de la URSS o de China.

Bernardine: Nuestros referentes eran sobre todo los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo, y queríamos contribuir a destruir al imperialismo desde dentro.

¿En algún momento pensaron que se podía vencer al Imperio?

Bill: Sí, pensábamos que una gran revolución estaba al alcance de la mano.

Bernardine: Hay que redefinir lo que significa ganar o perder. Las victorias de los movimientos sociales nunca son claras, son pequeñas conquistas que van logrando cambiar el mundo. Y el movimiento antiguerra logró cambiar la opinión de la mayoría de la población norteamericana sobre Vietnam. La prueba es que tardaron muchos años en meterse en otra guerra similar por temor a la reacción de la gente.

Bill: Si quieres cambiar las cosas tienes que arriesgarte. No podemos ser pasivos. ¿Ganaremos? No tengo ni puta idea, pero no puedo resignarme a vivir en un mundo con armas nucleares.

Ficha policial de Bill Ayers .

Ficha policial de Bill Ayers .

Presos y educación

Bill y Bernardine ya no ponen bombas, pero, como otros ex compañeros, siguen muy activos en diferentes colectivos. Bernardine, como abogada, trabaja contra la pena de muerte y por los derechos de los presos. “EEUU tiene el 5% de la población mundial y el 20% de las personas presas del planeta”, recuerda su marido. Ayers, por su parte, además de ser un prestigioso pedagogo, es un activista por la escuela pública y la renovación educativa. Para este viejo rockero de la izquierda norteamericana “es necesario volver a conectar entre sí todos los movimientos sociales, como pasó en los años sesenta”. Aún así, están ilusionados con las semillas plantadas por Occuppy (algo así como el 15-M norteamericano) y por los nuevos movimientos pacifistas, antirracistas y sindicales que están surgiendo en los EEUU.

PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 35, NOVIEMBRE DE 2014

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