Un proyecto de agricultura ecológica aprovecha la humedad de los bosques de Cabranes para crear empleo en el medio rural y producir una tonelada de hongos al año
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Redacción ATLÁNTICA XXII
@AtlánticaXXII
El producto y el método de cultivo forman parte de la cultura agrícola y culinaria de Japón pero el proyecto se desarrolla muy lejos de la isla nipona. Gracias a la humedad de un valle de castaños y robles ha germinado en Cabranes el proyecto Fungi Natur, que se dedica al cultivo ecológico de shiitake empleando un método “muy respetuoso con el medio y con el proceo natural del cultivo de las setas”.
“El proyecto lo creamos en 2013 y comenzamos a vender en 2016”, cuenta el biólogo Leandro Meléndez, que gestiona junto a Macario Iglesias y Gerard Nierga una aventura que da prioridad al comercio local: “Nuestros clientes principales son tiendas de productos ecológicos, fruterías, restaurantes y grupos de consumo”.
Aunque sus setas también llegan hasta la sartén gracias a la celebración de ferias y mercados ligados a la alimentación ecológica en las que encaja a la perfección Fungi Natur, que se dedica también a impartir cursos y talleres de cultivo de hongos. “Pensamos que es posible hacer las cosas de otra manera y producir alimentos de forma respetuosa con el medio”, cuenta Leandro Meléndez.
Y la ética empresarial no se queda en las setas. Afecta también a las relaciones laborales y económicas del proyecto. “Creemos en la economía social y circular”, explica el fundador, que rechaza los intermediarios en el proceso y prefiere un producto elaborado pensando en todo momento en los consumidores y que llegue directamente a ellos a través de las tiendas de barrio.
Eso en la parte final de la cadena. En el origen se gestiona con la preocupación de llevar actividad al medio rural para “crear puestos de trabajo de calidad y ayudar a fijar población”. En el concejo de Cabranes, además, han encontrado recursos forestales que gestionan de forma sostenible y que mejoran el cultivo de setas. Y su actividad ayuda al mantenimiento y la conservación de un bosque autóctono. Una apuesta original y de provecho frente al monocultivo de pinos y eucaliptos que se ha extendido por otras zonas de la región.
El cultivo de setas favorece también el mantenimiento y la conservación del bosque autóctono
Siguiendo estas directrices medioambientales y de cultivo, Fungi Natur obtiene al año una tonelada de setas shiitake y ya está pensando en ampliar el negocio. Quieren expandirse a una nueva finca y multiplicar por cinco su producción. Y para ello embarcarán a nuevos socios en su proyecto, han iniciado una campaña de microcréditos que aún está en marcha y solicitarán un crédito a Coop57, una cooperativa de servicios que destina sus recursos a dar préstamos a proyectos de economía social y solidaria.
Si consiguen sacar esta aventura adelante crearán otros cuatro puestos de trabajo estable en la zona rural, seguirán velando por la salud de los bosques asturianos y quienes apuestan por el comercio local podrán continuar degustando las setas japonesas que han llevado nuevas oportunidades a Cabranes.
Instalaciones de Fungi Natur.
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