Cultures
José Benito Álvarez-Buylla, un ilustrado maltratado por la historia

José Benito Álvarez-Buylla.
Chéfor Rad / Periodista.
José Benito Álvarez-Buylla nació en Oviedo el 16 de junio de 1916 dentro de una ilustrada familia asturiana, con integrantes dedicados a las ciencias y a las letras. Un bisabuelo suyo, Plácido Álvarez-Buylla, médico, fue un auténtico pionero de la sanidad pública y universal. En su consulta esperaban turno por igual ricos y pobres para recibir una atención igualitaria.
Su abuelo, Adolfo Álvarez-Buylla, fue una de las figuras emblemáticas de la Universidad asturiana, compañero y amigo de otros profesores brillantes como Adolfo Posada y Leopoldo Alas ‘Clarín’, que llegó a decir de él que tenía madera de sabio. Para Adolfo, la ciencia era una religión y la libertad una patria. Fue alumno, amigo y colaborador de Francisco Giner de los Ríos y estuvo vinculado siempre a la Institución Libre de Enseñanza. En esos años Adolfo Álvarez-Buylla fue uno de los fundadores del llamado Grupo de Oviedo del que formaron parte hombres como Posada, Alas, Rafael Altamira, Aniceto Sela y el propio Clarín. Entre las actividades que salieron de aquellos avanzados profesores influidos por el krausismo está la Extensión Universitaria, importada de Inglaterra, que tanto benefició a las clases populares, porque consideraban urgente la educación del proletariado. Adolfo Álvarez-Buylla impulsó el Instituto del Trabajo y el Instituto de Reformas Sociales. Constituyó la llamada Unión Obrera de Oviedo, que llegó a contar en su nacimiento con 200 socios, reivindicando la educación de la mujer y su dignificación y reclamando para ella los mismos derechos que se reconocen al hombre.
Su padre, Benito Álvarez-Buylla, fue catedrático de Química de la Universidad de Oviedo. Fue fundador del Instituto del Carbón, poeta y animador de la vida cultural asturiana, con artículos sobre arte que publicaba en los periódicos ovetenses con el seudónimo de ‘Silvio Itálico’.
Preso en Celanova
José Benito Alvarez-Buylla fue un estudiante modelo, que acabó la carrera de Derecho a los 18 años, con premio extraordinario. Este premio llevaba aparejada la invitación a asistir a un curso de verano en la Universidad Menéndez y Pelayo de Santander. Al terminar el verano de 1935 viaja a Inglaterra para perfeccionar su inglés y preparar el ingreso en la carrera diplomática por tradición familiar, ya que su tío Vicente era cónsul en ese país.
A la vuelta de Inglaterra desembarca en Santander y se encuentra con una España en guerra. No puede viajar a Asturias y no sabe dónde está su familia ni lo que les ha pasado. Logra enterarse de que se encuentra en Luarca y consigue pasar unos días con ellos, pero es arrestado casi inmediatamente. Es conducido a Gijón, donde permaneció preso en la cárcel del Coto desde diciembre de 1937 hasta febrero de 1938. Fue sometido a un consejo de guerra injusto en el que el fiscal militar llegó a solicitar la pena de muerte para él, pero ante la inexistencia de pruebas fue condenado a cadena perpetua.
De Gijón es trasladado al monasterio de San Rosendo en Celanova, Orense, convertido en cárcel. Allí comparte la celda 42, estrecha y mísera, con su tío Pepe Prieto, con el actor Goróstegui y con el médico Guillermo Carballal. Llegarían a convertirse en amigos entrañables. En Celanova recibe la visita de Polda Ferreiro, hermana del gran poeta gallego Celso Emilio Ferreiro. Nunca le abandona mientras está en Celanova y organiza un grupo de señoras que llevan comida, cartas y consuelo a los presos. Celso Emilio Ferreiro cuenta en una carta a Benito y Virginia, padres de José Benito, que éste había conseguido una gran popularidad en la prisión. En el primer año en Celanova la situación era terrible, José Benito contaba que había presos que morían ejecutados y otros por enfermedad por las malas condiciones de la cárcel.
En la cárcel de Celanova coincidieron José Benito y Gaspar Fernández, padre de la histórica militante y ex senadora del PSOE Nelly Fernández. Los dos, aficionados y dotados para la música, llegaron a interpretar la misa de Perosi, uno al órgano y otro al violín. La belleza fue posible en medio del dolor y la tristeza.
Purgado por rojo
José Benito salió de la cárcel en 1940 y opta a las primeras oposiciones del Cuerpo Diplomático convocadas después de la Guerra Civil. Supera todos los exámenes, hasta que un delator le denuncia por “rojo”, lo que equivale a su eliminación de las oposiciones. Consigue trabajos temporales, como el que desempeñó como secretario de la Mutualidad Siderometalúrgica de Gijón. Estudia Filología Románica y logra sacar una plaza de profesor de inglés en el Instituto Carreño Miranda de Avilés, donde trabajó durante muchos años. Más tarde se trasladaría a Gijón a dar clases en el Instituto Jovellanos.
Años después consigue plaza en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo. En esta Facultad fui uno de sus alumnos en el año 1974. Aun dentro de la “longa noite de pedra” del franquismo, dio muestras en las clases de inglés de un temperamento liberal en el amplio sentido de la palabra, con unos estudiantes que se distinguían por su lucha contra la dictadura franquista.
José Benito Álvarez-Buylla llegó a ser vicerrector de Extensión Universitaria. Consiguió sacar de su marasmo al Coro Universitario y creó la Semana de la Música que se celebró en Gijón, Oviedo y Avilés. También impulsó un taller de las artes que englobaba la música, el teatro, la danza y la pintura. Uno de sus alumnos, Emilio Sagi, descubre gracias a él que su vocación era ser director artístico, por lo que siempre le ha estado agradecido. José Benito Álvarez-Buylla escribió artículos de opinión en el periódico Asturias Diario Regional. También fue un montañero asiduo y, cuando por motivos de salud le prohíben ir al monte, escribe un libro de poemas, Alta soledad, dedicado a la montaña asturiana con amor y nostalgia.
José Benito Álvarez-Buylla murió en 1981, lleno de proyectos y sin poder optar a la cátedra de inglés de la Universidad de Oviedo que acababa de salir convocada. Dejó un vacío imposible de llenar en su familia, en sus alumnos y en el mundo de la cultura.
Celda 42

Portada de ‘Celda 42’.
Celda 42 es un poemario recién editado gracias a la recopilación hecha por dos hijas de José Benito, Virginia y Carmen, y dos nietas, Coco Moya y Ainhoa Valdés. El escritor chileno Luis Sepúlveda, residente en Gijón desde hace tiempo, les aconsejó que esos versos vieran la luz. Son versos derivados de su estancia en la cárcel de Celanova, condenado por ser un hombre culto e ilustrado. La dinastía de los Álvarez-Buylla se distingue por el sello de la Ilustración, la Ciencia y el Derecho. Aquellos versos que resonaban contra los barrotes de la cárcel de Celanova, como un grito de libertad frente al fascismo, no los pudo ver impresos su autor en vida. Celda 42 es además de la confirmación de un gran poeta un homenaje póstumo a José Benito Álvarez-Buylla.
No le deis poder al hombre
No pongáis el poder
En las manos del hombre
No dejéis que lo tome
Y lo posea
Bajo ningún pretexto
Ni disculpa
Lo usará contra mí
Y contra ti
No le dejéis dogmas
Ni ideales
Son armas fraticidas
No le deis la verdad
Siquiera
Es quijada de burro
Mil y una noches en Celanova
(Poema dedicado a Celso Emilio Ferreiro)
Largas noches de piedra
tradiciones traiciones
soledades eternas
pesando sobre nos.
La esperanza
y el miedo
ancestral de Galicia
su entrañable miseria
y su abrazo telúrico
pesando sobre nos.
San Rosendo y su corte
devota y milagrera;
los sueños mal dormidos
de monjes pecadores
pesando sobre nos.
Injusticias ocultas
mentiras inconfesas
soledades de piedra
pesando sobre nos.
Largos siglos de encierro
querido u obligado
decantando o pudriendo
las almas olvidadas
pesando sobre nos.
Y la densa mirada
y la muda palabra
de amigos arrastrados
al linde de la muerte.
Una noche de otoño
ante mis propios ojos
desde mi corazón
pesando sobre nos.
España
larga noche de piedra
patria del dolor.
Canciones y sonetos

Portada de su traducción de John Donne.
Canciones y sonetos de John Donne es una traducción de los poemas del autor inglés hecha por José Benito Álvarez Buylla. Emborronó centenares de folios para conseguir una traducción lo más ajustada posible al espíritu original de un autor que escribió sus poemas al mismo tiempo que en España lo hacían Quevedo y Góngora. El esfuerzo de José Benito no ha resultado baldío. Ediciones Saltadera acaba de publicar una cuidada versión de los poemas de Donne, recuperando una traducción hecha en los años setenta por José Benito. Recrea la poesía del londinense con los atributos que percibe el lector inglés: rigor métrico, rima incluida. Tal y como vio en Donne su compatriota T. S. Elliot, “una aprehensión del pensamiento directa y sensual, una recreación del pensamiento en forma de sentimiento”.
La traducción hecha por José Benito Álvarez-Buylla es calificada como magistral por el escritor Martín López Vega, que subraya su capacidad para traducir esa voz única de Donne al castellano y hacerlo respetando los elementos lúdicos del poema, como la rima. Si como quiere Edith Grossman, maestra de traductores, la mejor forma de traducir un poema es imaginar cómo lo hubiera escrito su autor en la nueva lengua, Álvarez-Buylla lo logra con creces; lo que leemos no es más que una traducción, pero consigue que leamos a John Donne como si hubiera escrito estos versos en castellano. Mejor aún: como si los hubiera escrito en castellano anteayer y no hace siglos.
El amor es el tema fundamental de estos versos traducidos magistralmente por Álvarez-Buylla:
Is there then no kinde of men
Whom I may freely prove?
I will vent that humour then
In mine own selfe love.
¿Es que no hay hombre que sea
digno realmente de amor?
Entonces al amor propio,
Enderezaré mi humor.
Tamién n´asturianu
José Benito Álvarez-Buylla ye autor d’una breve, anque interesante, obra poética en llingua asturiana. Poemes suyos son “Tedium vitae”, “Cesarón” (recoyíos en 1977 en l’antoloxia Del aráu a la pluma) o l’“Himnu de la xuventú d’Asturies”, publicáu pol Seminariu de Llingua Asturiana de la Universidá d’Uviéu en 1976 y popularizáu pol grupu musical Nuberu. Tuvo vinculáu a la revista de filoloxía Archivium coordinada por Emilio Alarcos y participó na I y II Asamblea del Bable, asina como nel Seminariu de Llingua Asturiana de la Facultá de Filoloxía uvieína. Ye también autor d’un ensayu sobre la tonada tradicional, La canción asturiana, y de numberosos trabayos y artículos sobre temes asturianistes.
PUBLICADO EN ATLÁNTICA XXII Nº 50, MAYO DE 2017

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